jueves 18 abril 2024

De robots, automatización y calcetines

por Leo García

Hay temas que piden volver a ellos, aún más si ya han sido puestos en la agenda de temas nacionales. No, en las redes sociales digitales el principal problema, estrictamente hablando, no son los (ro)bots, es la forma en que se utilizan para generar percepciones en la audiencia, lo que incluye inducir narrativas que inicien ciclos de polarización.

Otro problema, además, es la insistencia en adoptar una acepción equivocada de los conceptos.

El abuso en la automatización de las interacciones en el entorno social digital se usa para campañas extensas que tienen propósitos poco legítimos. Lo primero, lo que se debe insistir tanto como sea necesario, un (ro)bot siempre es software, es un programa que está generando interacciones automatizadas. Bot no es una persona a la que le paguen. Bots no son los usuarios groseros. Bots no son los usuarios que buscan polemizar. Es necesario elevar el nivel en la conversación.

Las cuentas falsas

Este es posiblemente el punto donde no termina de quedar claro, y al contrario, se insiste en el error. Las cuentas en redes sociales creadas para parecer un usuario, una persona, pero que no lo son, se les conoce como cuentas falsas, “sockpuppets”, o cuentas “títere”, en referencia a las marionetas hechas con calcetines. No todas las cuentas falsas en las redes sociales son (ro)bots, como equivocadamente se piensa. Pero las cuentas falsas son necesarias para implementar (ro)bots.

Y todas las plataformas de interacción social son susceptibles a este problema.

Robots y Automatismos

Las reservas de cuentas falsas son un recurso valioso cuando se trata de manipular la conversación dentro de las redes sociales, y en consecuencia la percepción de los usuarios reales. Una de las maneras de hacerlo es “conectando” las cuentas falsas a algún sistema automatizado, algún software que las opere como robots. Estos si son los tan populares “bots”.

Bot es la abreviatura de robot, que para el caso es un programa, software. Nunca es una persona. No son exclusivos ni inician con las redes sociales globales, pero son los que se han popularizado por el alcance y penetración.

La intención de los bots de redes sociales es automatizar interacciones que pueden simular el comportamiento de un usuario, mediante programación, para tareas repetitivas de manera que se puedan realizar optimizando el tiempo de respuesta. Además, permite ampliar el alcance multiplicando la capacidad de atención.

Hay diferentes funciones de robots, no hay “solo un modelo”. Algunos son obvios en su limitación de solo poder recibir ciertas consultas y arrojar las respuestas que evalúan más adecuadas. Suelen usarse para dar información comercial o de atención a clientes.

Los robots siempre replicaran contenido de manera automática, pero limitados a un cierto alcance y tipo de interacciones. Un robot es casi imposible que responda fuera de su rango. Los que abundan son los más básicos y evidentes, los que nomás replican de manera repetitiva ciertos modelos de frases o contenidos, y que en su caso pueden manipular otro tipo de métricas dentro de las redes sociales, como los likes y los retuits.

Los más complejos y que son los que menos abundan, pueden tener un cierto grado de interacción con los usuarios a través del procesamiento de lenguaje natural, los llamados chatbots. Es una característica que requiere de un desarrollo más amplio, y por consecuencia necesita más recursos y es más costoso. Y pese a eso, su alcance se limita al rango de respuestas que tengan programado.

Otra práctica donde se multiplica la acción de un mismo usuario es a través de en un deck. Un deck se forma de varias cuentas falsas manejadas por un mismo usuario y es una práctica común para hacer parecer que se interactúa con más personas, sin que realmente sea así. De ninguna manera se pueden considerar como robots porque no se realiza mediante métodos automatizados ni de programación.

Abusos y excesos

Es precisamente por el abuso al replicar mensajes y manipular otras métricas de manera automatizada que el problema con los bots se considera una práctica no legitima a partir del potencial que tienen para amplificar de manera artificial un mensaje, con respecto al interés de quienes los esté operando. Tanto, que se incluyen entre los riesgos y advertencias relacionados a las campañas de manipulación y desinformación política y social que saturan actualmente las redes sociales.

El riesgo más complejo esta en las campañas de influencia adversaria, donde las reservas de cuentas falsas sirven para multiplicar la acción de usuarios hostiles, los troles. Esta dinámica es realizada por seres humanos y se recurre a la influencia hostil y la persuasión agresiva: coerción y coacción. El objetivo es conducir la conversación al irrumpir en ella para empujar el tren de ideas, o romperlo.

Los troles son ideales para las interacciones que buscan hacer presión, en forma casi siempre de amenazas veladas o explicitas, a quien difiere en posturas o ideas. Este esfuerzo se multiplica en tanto de más cuentas falsas se puede disponer para hacer sentir mayor presencia y volumen de interacción.

También sirven como una forma de ejercicio de censura mediante interacciones de coerción; es el ataque constante, reiterado, infundado, que busca callar voces y opiniones. Se distinguen claramente en forma de ataques, descalificaciones, groserías, y amenazas. No atiende la más mínima forma de razonamiento, es linchamiento digital.

Estas prácticas digitales inducidas a nivel social cumplen con el objetivo de interrumpir el libre flujo de ideas y opiniones, propiciando confusión y desinformación. Es un modelo altamente efectivo y peligroso. Es posiblemente la parte más peligrosa del nuevo escenario digital que estamos viviendo.

Hagamos red, sigamos conectados.

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