La Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversas organizaciones solicitan a los líderes del G-20 recursos por 23 mil 400 millones de dólares para poder implementar en los países más pobres un plan contra la Covid-19.
En conferencia de prensa, Carl Bildt, enviado especial de la OMS para el Acelerador de Herramientas de Acceso a Covid-19, dijo que efectivamente esa cantidad de dinero es considerable, pero que “si se compara con el daño que la pandemia también causó a la economía mundial, en realidad no es tanto”.
Entre los gastos integrados en el presupuesto solicitado están 7 mil millones de dólares para vacunas e igual cantidad para pruebas de diagnóstico; 5 mil 900 millones para sistemas de salud y 3 mil 500 para tratamientos.
El plan no sólo incluye pruebas y vacunas para detectar y combatir la Covid-19, sino también el uso de una píldora oral de Merck & Co para tratar casos leves, y que aún se encuentra en fase experimental.
En un comunicado, la OMS incluso señaló la conveniencia de que los países poderosos contribuyan al financiamiento del plan: “El acceso no equitativo a las pruebas de Covid-19, a los tratamientos y las vacunas prolonga la pandemia en el mundo entero y presenta el riesgo del surgimiento de nuevas variantes, más peligrosas, que podrían escapar a los medios de lucha contra la enfermedad”.
La gravedad de la desigualdad y la concentración en la distribución mundial de los recursos contra la Covid-19 fue destacada por la OMS al indicar que solamente 0.4 por ciento de las pruebas diagnósticas y 0.5 por ciento de las vacunas aplicadas han sido en los países más pobres, pese a que significan el 9 por ciento de la población mundial.
Según expresó Bildt, ha habido problemas para financiar el plan, pero que esperan que el G-20, durante su reunión en Roma, dé buenas señales al respecto.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, manifestó que “estamos en un momento decisivo que exige un liderazgo decisivo para lograr que el mundo sea más seguro”.
Eso ocurre casi al mismo tiempo que la Comisión Europea anunció la suspensión de su financiamiento a programas de la OMS en la República Democrática del Congo debido a abusos sexuales de trabajadores que fueron contratadas para atender el ébola.