Joker, la película de Todd Phillips sobre el origen del gran enemigo de Batman, está derribando muchas barreras en torno al cine de superhéroes. Sin dejar de ser una película taquillera, ganó el León de Oro a mejor película del Festival de Venecia en septiembre y, desde entonces, ha generando múltiples conversaciones en torno a ella.
Un cómico con problemas mentales, Arthur Fleck, vive en Gotham City con la única intención de hacer reír a la gente con su disfraz de payaso, pero la gente lo trata como un bicho raro. Una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. Hasta que surge en él una nueva personalidad: el Joker.
¿Hace la película apología de la violencia? ¿Muestra ideas demasiado anarquistas para ser una producción de Hollywood? ¿Trata las enfermedades mentales con el debido respeto?, se preguntan críticos cinematográficos y usuarios de redes sociales. Entre tantas cuestiones, se analiza con especial atención las referencias que han construido al personaje interpretado por Joaquin Phoenix. Una de ellas es la de sus excéntricos movimientos.
La coreografía que el cómico y bailarín Ray Bolger interpretó en televisión en 1957 a partir de la canción The Old Soft Shoe ha sido su inspiración principal a la hora de crear buena parte del lenguaje no verbal de Joker. Un canal de YouTube ha compartido un vídeo comparando varios momentos del villano interpretado por Phoenix con la actuación original de Bolger. Puede verse al principio de este artículo.
“Vi el vídeo. Hay una extraña arrogancia en sus movimientos que le robé. Hace ese gesto con la barbilla… El coreógrafo Michael Arnold me enseñó un montón de vídeos y me concentré en imitar eso. Así es el Joker, ¿verdad?”, dijo el actor a Associated Press durante una de sus entrevistas promocionales. Este es uno de los momentos de la película.
Una publicación en Twitter muestra una versión más extensa de la actuación original. Aunque la coreografía recuerda a la de Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia (1952), que solo unos años antes había marcado un hito en la historia del cine, Bolger incorporaba su propia personalidad y esos extraños movimientos que llamaron la atención de Phoenix.
La gestualidad de Bolger, formado en el género del vodevil antes de triunfar en Hollywood y Broadway, contrastaba con la perfección de movimientos de Kelly. Esa particular presencia escénica es la que le llevó a interpretar a El Espantapájaros en El Mago de Oz (1939).
Para desarrollar la personalidad de Arthur Fleck, el hombre que se transformó en Joker, Phoenix investigó sobre criminología y trastornos narcisistas que complementó con los excéntricos movimientos de Bolger y de un mito del cine mudo como Buster Keaton, comenta el actor en un amplio reportaje en la edición estadounidense de Vanity Fair.
Más información en: Verne El País