Después de que ayer la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, la declaró persona non grata y le diera 72 horas para abandonar el país, hoy por la mañana la embajadora de México en aquél país, María Teresa Mercado, tomó un vuelo hacia Lima, Perú, en su viaje hacia México. De allí irá hacia Guayaquil, Ecuador, y de allí a Ciudad de México.
Según reportó el comandante nacional de la Policía boliviana, Antonio Montero, la embajadora fue la única diplomática mexicana en dejar el país, y que el recorrido hacia el aeropuerto fue normal y con un gran despliegue de vehículos diplomáticos.
El jefe policiaco comentó: “No se ha registrado ningún incidente, todo se desarrolló con normalidad. Los vehículos que salieron de la sede diplomática de México no fueron revisados porque hay tratados internacionales que no lo permiten”.
Sin embargo, la caravana tuvo que pasar por un control instalado por un grupo de ciudadanos que se han hecho llamar “La Resistencia”, quienes pretenden impedir la evasión de los exfuncionarios bolivianos asilados en la sede mexicana. Una de esas activistas declaró que Mercado accedió a que hicieran una revisión de su vehículo.
Todavía ayer la embajadora mexicana escribió lo siguiente en Twitter tras los elogios que hacia ella hizo Marcelo Ebrard Casaubon, titular de la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) de México: “Muchas gracias señor Secretario por sus palabras, apoyo constante y liderazgo!!!!Orgullosa de servir a mi país y de sus principios y tradición de asilo!!!!”.
Karen Longaric, ministra de Relaciones Exteriores de Bolivia, comentó que la medida contra Mercado y dos funcionario de la Embajada española no significa una ruptura de relaciones diplomáticas con España o México, sino que se trata de una sugerencia para que ambos gobiernos acrediten a nuevos diplomáticos en reemplazo de “quienes irrespetaron la soberanía de Bolivia”.
Por su parte, Maximiliano Reyes, subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe de la SRE, dijo que con el gobierno boliviano sólo hay la comunicación necesaria pero que le deja “la mano tendida”.
El diplomático dijo que “hay comunicación, pero el diálogo se dará el día que nos sentemos a platicar. La comunicación se mantendrá e insisto que vamos a evaluar los acontecimientos día con día”.
Agregó: “Nosotros tenemos la mano tendida. El problema es que en la respuesta a nuestra invitación de diálogo corren los insultos al presidente López Obrador. Luego fue lo de España y ahora esto, además de lo del asedio que se mantiene. Entonces dialogar sí está complicado”.
Mientras tanto, mediante un comunicado la Delegación de la Unión Europea en Bolivia manifestó su “profunda preocupación por la escalada de tensión diplomática” entre España y el país sudamericano.
La Delegación afirmó que ya conocen la versión de España acerca de lo sucedido en los últimos días, por lo que ahora solicita “a la mayor brevedad una explicación por parte del Gobierno interino de Bolivia.
También expresó que “la expulsión de funcionarios diplomáticos es una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a situaciones de gravedad”, y concluyó con el deseo de que la situación sea superada con celeridad “y que las tradicionales y excelentes relaciones de Bolivia con todos los Estados Miembros y la Unión Europea se restablezcan”.