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En 2013 Andrés Manuel López Obrador usó el montaje de la Agencia Federal de Investigación (AFI) de la detención de Florence Cassez e Israel Vallarta, transmitido por Televisa y TV Azteca, para atacar al gobierno de Enrique Peña Nieto y descalificar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en la que era magistrada Olga Sánchez Cordero, hoy secretaria de Gobernación.

En su conferencia de prensa de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador, sin venir al caso, sin ser preguntado sobre ello (más bien él cuestionó a los asistentes si no le iban a preguntar sobre “la vacuna patito”), retomó el tema de la vacuna de aire que circuló el pasado fin de semana.

Dijo que pudo haber sido un error o un montaje. Esto último lo dijo sin ninguna base, para lo cual tuvo que ignorar por completo la explicación que al respecto ofrecieron el Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México y el Instituto Politécnico Nacional, que, pese a que están investigando, han afirmado que se trató de un error humano.

Pero levantar la sospecha sin fundamento alguno le sirvió a López Obrador para desplegar el auténtico tema que le interesaba: hablar de montajes para atacar a Carlos Loret de Mola por su participación en la transmisión en vivo de la supuesta detención de Florence Cassez e Israel Vallarta por presunto secuestro, lo que ocurrió el 9 de diciembre de 2005.

Aunque noticiosamente Jorge Alcocer Varela, titular de la Secretaría de Salud, le robó la atención al decir que la población le regaló al presidente inmunidad contra la Covid-19, López Obrador quiso destacar su acusación, aunque de los hechos a los que se refirió no sabía el año en que ocurrieron, ni quién gobernaba entonces ni cuál era el cuerpo de seguridad que entonces tenía bajo su mando Genaro García Luna.

En su ignorancia, López Obrador atribuyó sólo a Televisa aquellos hechos; Hugo López-Gatell intervino para sumar a Milenio y 24 Horas (sic). Pero ambos omitieron mencionar a TV Azteca, televisora que también transmitió la falsa aprehensión, pero cuyo presidente es Ricardo Salinas Pliego, uno de los empresarios más cercanos al mandatario.

Así, entre la ignorancia y la irresponsabilidad, López Obrador quedó de transmitir este miércoles el montaje de la detención de Cassez y Vallarta, y hasta ofreció la presencia de Olga Sánchez Cordero para explicar cómo va el caso de Israel.

Llamada telefónica

Entre quienes validaron abiertamente aquel montaje a cargo de la Agencia Federal de Investigación y las dos televisoras, y que además culpabilizaron a Cassez y Vallarta, estuvo Andrés Manuel López Obrador, quien repudió contundentemente que la SCJN hubiera liberado a la francesa, lo que hizo, según dijo, por una llamada telefónica de Miguel Ángel Osorio Chong.

Entre los ministros del máximo tribunal del país figuraba Olga Sánchez Cordero, hoy titular de la Secretaría de Gobernación, quien hizo el proyecto para otorgarle al amparo federal a la francesa, pero que terminó por retomar una ponencia anterior que había sido rechazada, elaborada por Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

El 23 de enero de 2013, tras poco más de siete años en prisión, la Primera Sala de la SCJN determinó otorgar un amparo directo a Cassez porque sus derechos humanos (la presunción de inocencia y la inmediatez) fueron violados y no fue sometida a un juicio justo, lo que implicó su liberación inmediata. En las consideraciones de los ministros el montaje fue un elemento importantísimo.

Sin embargo, hubo un amplio rechazo social a la decisión de la SCJN: según una encuesta de Reforma, 83 por ciento de los entrevistados estuvieron en contra, mientras que 9 por ciento se manifestaron a favor; 7 por ciento consideraron inocente a Cassez, 73 por ciento culpable y sólo 6 por ciento consideró que fueron respetados los derechos de las víctimas.

López Obrador fijó su posición sobre el asunto ocho días después, el 31 de enero. Durante una visita a Coatzacoalcos, Veracruz, se sumó al linchamiento de Cassez: reprochó a los ministros de la SCJN su liberación, y afirmó que las víctimas de secuestro y sus familias se quedaban en el desamparo, sin acceso a la justicia.

Según el entonces dirigente del naciente partido Morena, lo anterior ocurrió por orden de Enrique Peña Nieto, presidente de la República en 2013. Entonces Miguel Ángel Osorio Chong, relató el tabasqueño, tomó el teléfono e instruyó a los ministros de la Corte para que liberaran inmediatamente a Florence Cassez, quien cumplía una sentencia de 60 años.

Por ello, López Obrador concluyó que no había ni división ni equilibrio entre los Poderes de la Unión, que la SCJN trabajaba por consigna, que las instituciones públicas estaban secuestradas y que en México imperaba el “Estado de chueco”.

La liberación de Cassez por una supuesta llamada telefónica del secretario de Gobernación le pareció un retroceso a López Obrador “porque el poder de los Poderes es el Ejecutivo, pero sí es claro que intervino el Ejecutivo en la decisión de dejar libre a la señora francesa”.

Los blancos de aquellas acusaciones de López Obrador fueron los ministros que estuvieron a favor de liberar a Cassez. En la votación de la Primera Sala de la SCJN la votación fue cerrada: tres por el amparo (Sánchez Cordero, hoy secretaria de Gobernación; Arturo Zaldívar, hoy presidente de la SCJN y cercano al gobierno federal, y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena), y dos en contra (José Ramón Cossío Díaz, quien recientemente ha sido fustigado por el tabasqueño, y Jorge Mario Pardo).

Contentillo y revancha

Mucho antes de 2013 el montaje televisivo realizado por la AFI y transmitido por Televisa y TV Azteca ya había sido aceptado como “recreación” incluso por Genaro García Luna, aunque culpó a las televisoras. Loret de Mola y Javier Alatorre, en días cercanos a la fecha de la liberación de Cassez y cada uno por su parte, reconocieron la falsedad de la supuesta detención, aunque responsabilizaron a la AFI y a su director.

En el programa de Televisa Punto de partida, conducido por Denise Maerker, desde 2006 se había evidenciado el engaño por un reportaje de Yuli García. También en ese espacio se escuchó a Cassez, desde la prisión, interpelar lo que decía García Luna sobre su detención.

Pero en 2013 López Obrador ignoró todos esos antecedentes y que en la determinación de la Corte también se había señalado aquella farsa, y prefirió participar en el linchamiento de Cassez para así poder atacar al gobierno de Peña Nieto y descalificar a la SCJN.

Todavía en sus conferencias de los días 10 y 14 de diciembre de 2020 el presidente fue inquirido sobre el caso Vallarta, y en la segunda ocasión una reportera le puso al presidente una grabación en la que Israel se queja de la violación de sus derechos humanos en prisión (en el audio incluso se mencionaba a Loret de Mola). Ni siquiera en esas ocasiones López Obrador se refirió a ningún montaje.

Por el contrario, se ha acusado que Azucena Pimentel Mendoza, productora de Primero Noticias, el programa que conducía Loret de Mola cuando fue transmitido el montaje y que está relacionada con su emisión, ahora labora en Comunicación Social de la Presidencia de la República.

En diciembre de 2019 López Obrador fue avisado que Pimentel Mendoza estaba en su equipo, pero solicitó esperar a que se defendiera (lo que no hace con casi nadie). Ella negó su participación en la organización del montaje, y depositó la responsabilidad en la AFI, sustentada en documentos de Televisa, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la ponencia del ministro Zaldívar Lelo de Larrea.

Hoy, por conveniencia y por revancha contra Loret de Mola, López Obrador retoma aquel montaje sin explicar ni corregir contundentemente su antigua postura. Al contentillo, nada que ver con la justicia ni la división y equilibrio de poderes ni con el Estado de derecho.

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