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viernes 13 diciembre 2024

Sheinbaum politiza Ayotzinapa: desde llamados a mítines hasta porras a AMLO

por etcétera

Tras el reciente siniestro de la Línea 3 del Metro, que costó la vida de una persona y más de 100 lesionadas, y de las críticas hacia los responsables, el oficialismo desató una campaña propagandística para defender a Claudia Sheinbaum por la politización del choque de trenes. Pero ella es un gran ejemplo de cómo politizar una tragedia, como lo ha hecho con el caso de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa: con ello como pretexto, pidió la renuncia de Peña Nieto, llamó a mítines y ha elogiado a López Obrador.

El 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, fueron desaparecidos 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa. Al pasar de los días ese terrible hecho se fue convirtiendo en un escándalo mundial porque no se daba con su paradero ni se aclaraban las circunstancias ni los responsables de las desapariciones (lo cual, en buena medida, permanece hasta hoy).

Ese indignante suceso provocó muchas reacciones y reclamos muy pronto, muchos de ellos de carácter político, más enfocados en golpear al gobierno de Enrique Peña Nieto (ni siquiera tanto al de Guerrero, encabezado por Ángel Aguirre Rivero) que en preocuparse por las víctimas de las desapariciones.

Así, por ejemplo, Sheinbaum escribió en Twitter el 21 de octubre de 2014, poco menos de un mes después de los atroces hechos: “Por el derecho del pueblo de México a ser consultado, alto a la violencia del Estado, por Ayotzinapa”. Y colocó la imagen de una convocatoria a una movilización de Andrés Manuel López Obrador a favor de una consulta sobre la reforma energética, las que se llevaría a cabo el 26 de octubre. Muy poco o, mejor aún, nada tenía que ver un tema con otro, pero era una muy buena oportunidad para politizar el asunto.

En un tuit del 29 de octubre, la política le escribía a los padres de los jóvenes desaparecidos para manifestarles que “#NoEstanSolos #JusticaYA” (sic). Noviembre también fue movido para sacar raja política: el día 23 Sheinbaum difundió una jornada de solidaridad con Ayotzinapa en Tlalpan (al siguiente año sería jefa delegacional de esa demarcación), y aprovechó para castigar al entonces procurador Jesús Murillo Karam con el hashtag “#YaMeCanse”.

El día 27 Sheinbaum despachó un par de mensajes políticos para aprovechar las desapariciones: “Y los 43 normalistas Sr EPN?”, preguntó en uno, y en el segundo ya de plano pidió la salida de Peña Nieto del gobierno: “A dos meses de la desaparición de los 43 normalistas la única salida #Articulo39RenunciaEPN #YaMeCanse”.

A partir de la noticia de un acto cultural, Sheinbaum también se colgó de lo que ya era una tragedia. Así, el 20 de diciembre refirió que Spencer Tunick, fotógrafo neoyorquino, había celebrado en San Miguel de Allende el 30 de octubre anterior una de sus famosas sesiones de desnudos, dedicada en esa ocasión a los normalistas. Para entonces ya iba en el hashtag “#YaMeCanse9”

Ya como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Sheinbaum siguió con el asunto: así, el 18 de septiembre de 2019 dio noticia de que había recibido a una comisión de familiares de los normalistas, a los que volvió a manifestar “solidaridad y apoyo”, y aprovechó el viaje para difundir que “el gobierno de la CDMX es otro”.

El 26 de septiembre, a cinco años de los deplorables acontecimientos, con el hashtag “#NosFaltan43”, volvió a manifestar su solidaridad a las familias de las víctimas, lo que aderezó con política: “Nuestro apoyo al @GobiernoMX para llegar a la verdad y hacer justicia”. Un día después politizó todavía más: “Verdad y Justicia el compromiso de @lopezobrador_ con padres y madres de 43 normalistas de Ayotzinapa”.

En 2022 Sheinbaum volvió a la carga con más animo propagandista, y más ya como una de las aspirantes a la candidatura presidencial de Morena: recordó que “nos faltan 43”, pero “la búsqueda continúa, pero hoy hay un gobierno comprometido con la verdad y la justicia”.

Sin embargo, el 26 de septiembre de 2022, en la marcha que realizaron del Ángel de la Independencia al Zócalo de la capital del país, los familiares de los normalistas desaparecidos le reclamaron a la jefa de Gobierno que dejara de proteger a Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, a quien se había señalado de ser jefe de la Policía Federal en Guerrero cuando ocurrieron los hechos. Ellos exigían que se presentara a declarar sobre el caso, aunque él dijo que en la época de lo ocurrido se encontraba en Michoacán.

Pero el 30 de septiembre de 2022, en plena etapa de críticas sobre la versión que ha ofrecido el actual gobierno federal sobre lo ocurrido en 2014, Sheinbaum reconoció a Alejandro Encinas por su “trabajo ejemplar” y cerró con más politización: “Nuestro apoyo al presidente @lopezobrador_”.

Así ha sido la politización que Sheinbaum ha hecho del caso de los normalistas de Ayotzinapa: le ha servido lo mismo para convocar a manifestaciones que nada tienen que ver con el crimen que para echarle porras al presidente López Obrador, pasando por la solicitud de renuncia del anterior presidente.

Sin embargo, desde el sábado 7 de enero, en nado sincronizado (en redes sociales ha circulado un presunto guion en ese sentido), el oficialismo ha denunciado la politización de lo ocurrido en la Línea 3 del Metro y ha defendido políticamente a Sheinbaum, aun por encima de las denuncias y la situación de las víctimas, las que mencionan muy de pasada.

Así, por ejemplo, en su conferencia del lunes 9 de enero López Obrador se refirió a las críticas y denuncias por lo sucedido en el Metro; dijo, por ejemplo, que “se alborotan los zopilotes, con todo respeto. Quiero aprovechar para expresar mi solidaridad, mi apoyo, todo lo que necesite el gobierno de la ciudad y la jefa de gobierno, que es una mujer trabajadora, íntegra, honesta. Entonces, quiero también aprovechar para expresarlo, porque como estamos ya en temporada electoral pues se aprovechan para descalificar, atacar”.

Y dijo que se trataba de “grilla, politiquería”, porque “estamos hablando de una joven fallecida, de heridos, es dolor humano. Por eso lo de los zopilotes. Es fuerte, pero es que no se puede traficar con el dolor humano, esa es una enajenación, eso es no tener escrúpulos morales de ninguna índole”.

Poco después, en su propia conferencia de prensa, siguiendo el guion marcado por López Obrador y después de enterarse de una denuncia del PAN en su contra por lo ocurrido en la Línea 3, Sheinbaum dijo que eso “habla de ellos, quiénes son. A ellos no les importa la gente, lo que les importa pues es la politiquería que se realiza alrededor de eso. Y nosotros no, nosotros estamos dedicados al servicio público”.

Un día antes gobernadores y dirigentes de Morena denunciaron la politización del caso: “Condenamos el uso político y faccioso que la oposición ha hecho de este accidente. Es reprobable e inmoral que se busque lucrar con el dolor de las familias para sacar raja política atacando al Gobierno de la Ciudad”.

Pero Sheinbaum (y no pocos de ellos) lleva cuando menos ocho años usando políticamente la tragedia de Ayotzinapa, como hemos podido ver. Ahora, a la politización se opone hasta quien se ha congratulado porque “tenemos un pueblo muy politizado”.

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