Tras varias décadas de activismo por parte de los colectivos LGBTI en Baja California Sur, el Congreso local aprobó por 14 votos a favor y cinco en contra la iniciativa de homologación de código estatal con la Constitución Federal para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La votación fue la culminación de un proceso arduo y tenso de varias semanas. Durante el periodo previo, grupos conservadores se hicieron continuamente presentes para protestar por la iniciativa, entorpeciendo el debate, particularmente este jueves, día de la votacón.
Debido a la política de puertas abiertas (“parlamento abierto”) que sostiene la actual legislatura, grupos religiosos y de defensa de la familia estuvieron presentes dentro del recinto, gritando consignas en contra, mientras miembros del colectivo LGBTI se manifestaron de manera pacífica.
En entrevista con etcétera, Alejandro Borges, miembro de la comunidad LGBTI, señaló que el trabajo más relevante e intenso a favor de la igualdad de derechos en el estado lo han realizado los grupos La Paz es Diversa y el Colectivo CODISE, en su mayoría conformados por mujeres.
Miembros de estos grupos han hecho activismo, educación y concientización durante décadas y fueron fundamentales para que los diputados entendieran la importancia de aprobar esta iniciativa, “que llevaba muchos años en la congeladora”.
Refirió que su involucramiento con el tema del matrimonio igualitario inició cuando él y su pareja decidieron que querían casarse. La única vía posible era el amparo y así, se acercaron “con una de las activistas que tramitaban amparos y empezamos a participar”.
Los miembros de diversos colectivos, dijo, han “trabajado muy fuerte y en este periodo de sesiones se dio la coyuntura”. Hoy, jueves 27, último día del periodo, era la última oportunidad de votar la iniciativa
La discusión y la votación “se fueron retrasando” y hoy, último día, hubo muchos amagos para evitarlo por parte de grupos conservadores.
Los diputados que impulsaron la iniciativa organizaron a foros de debate para “socializar” su propuesta, es decir que invitaron a activistas y miembros de la comunidad LGBTI para hablar con los legisladores sobre su experiencia y la necesidad de aprobar una reforma que les brinde derechos y protección.
“Porque no se trata, como muchos piensan, que nosotros los gays lo que queremos es una fiestota de boda. Lo que realmente está en juego es la protección de los miembros de la pareja: desde obtener un crédito para la vivienda hasta poder cuidar del otro si se encuentra enfermo en el hospital”.
Durante la sesión de hoy, los diputados contrarios a la iniciativa esgrimieron los argumentos habituales: que el matrimonio igualitario atenta contra la familia, que es darle prioridad a las exigencias de una “minoría” por encima del bienestar de la mayoría y que la unión de dos personas del mismo sexo no puede llamarse matrimonio.
Alejandro Borges consideró que, dadas las sentencias que ha emitido la Suprema Corte de Justicia respecto a la inconstitucionalidad de las leyes que niegan el matrimonio igualitario, inevitablemente los Códigos Civiles de los estados van a tener que aceptarlo tarde o temprano. Sobre el caso de Sinaloa, en que recientemente su Congreso votó en contra, dijo que la Corte está en posición de revertir dicha decisión.