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Luego de que se hicieron públicas las supuestas irregularidades en los permisos de la casa que habita Xóchitl Gálvez, los farsantes de la 4T emprendieron una campaña de linchamiento en contra de la senadora, exigiendo, incluso, la demolición de la casa. 

Desde las filas de Morena-CDMX se exigió al alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, que la casa que actualmente habita la senadora sea demolida porque carece de licencia de ocupación. 

Según ellos, dicha casa la adquirió a “precio preferencial”, ya que cuando fue delegada les concedió permiso de construcción. 

Cabe señalar que el afán con que actualmente difunden este tema contrasta con la actitud que tomaron frente a numerosos casos de viviendas escandalosas, irregulares e inexplicables propiedad de miembros de la llamada “cuarta transformación”. 

Una revisión hecha por etcétera en medios de comunicación recopiló que existen 44 casas (sin contar terrenos) sobre los que el obradorismo no lanzó una sola crítica. 

Así, mientras en Morena-CDMX exigen “sancionar al Director Responsable de Obra” por carecer de permiso de uso y ocupación, a seis años del colapso del Colegio Rébsamen, siguen sin exigir que se sancione a Claudia Sheinbaum, entonces delegada en Tlalpan, por conceder permisos de construcción irregular a dicho inmueble. 

Y, en tanto exigen también investigar “el posible conflicto de interés que hubo en la construcción del complejo”, callan (excepto para defender) sobre el muy evidente conflicto de interés en la renta de la “Casa Gris” de Houston hecha por el hijo del presidente, José Ramón López Beltrán. 

Los miembros de Morena y sus propagandistas en redes sociales han defendido activamente o al menos, callado en torno al escándalo que en 2019 se destapó en torno a las 23 casas de lujo y dos terrenos propiedad de la pareja del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, sus hijos y él mismo. Un patrimonio conjunto estimado en 800 millones de pesos y sobre el cual la entonces secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, dijo que no había nada irregular. 

 Otros casos que los farsantes han defendido, justificado o querido disimular son: 

-El departamento de lujo del general Luis Cresencio Sandoval, adquirido a un proveedor de la Sedena a un precio mucho más bajo de su valor de mercado, que es de hasta 30 millones de pesos. Sandoval lo adquirió por casi diez millones. Dijo que porque estaba en “obra gris”. 

-El penthouse en Houston de Olga Sánchez Cordero, exsecretaria de Gobernación, que posee en conjunto con su marido. Esta propiedad no fue declarada por la ahora senadora en tiempo y forma. Vale 11.1 millones depesos.  

-Las cinco casas de la familia Ackerman-Sandoval, que entre John y Eréndira compraron tan solo en 9 años, al contado y cuando tenían salarios de investigadores de la UNAM.  

-Las cinco propiedades del extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto. En mayo de 2021 declaró tener tres casas, un departamento y un terreno. 

-Las numerosas propiedades de la gobernadora de Campeche Layda Sansores, especialimente su mansión en Jardines del Pedregal (CDMX), su finca en Chiapas, algunas casas en Morelos, casas en Campeche y la Hacienda San Lorenzo, de 100 hectáreas de extensión y con dos kilómetros de playa privada. 

-La mansión en Houston del exsuperdelegado en Jalisco y empresario farmacéutico Carlos Lomelí. 

-El lujoso departamento en París de Alejandro Gertz Manero.  

-El penthouse en Nueva York de Julio Scherer Ibarra, hoy alejado de la élite morenista. 

-La casota en Jalisco de Yeidckol Polenvsky con valor de 14 millones de pesos y 788 metros cuadrados de construcción. 

-La “Casa Gris” de José Ramón López Beltrán.

*ofv

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