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Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara que, por decreto, la Guardia Nacional pasa a depender de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), menudearon las críticas por la militarización de la seguridad pública y, también, los recordatorios a quienes ayer se opusieron a ese proceso pero que hoy guardan silencio o incluso lo defienden.

Así, circularon en redes sociales videos en los que se ve a antiguos opositores de la militarización en anteriores gobiernos, pero que hoy, en el de López Obrador, la observan positivamente. El primero de ellos es del propio presidente, de abril de 2010, en el que se le escucha decir: “El presidente Juárez sabía que no podíamos apostar a una república militar sino a una república civilista. Esta es una enseñanza mayor; nos debe de servir para entender que no es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de inseguridad y de violencia, que no se utilice para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles”. Pero, por lo sucedido, ya olvidó la lección juarista.

Otro político encumbrado en el actual gobierno es Manuel Bartlett Díaz, quien, en abril de 2017, cuando era senador y coordinador de la bancada del PT en el el Senado, en plena discusión de la Ley de Seguridad Interior exclamó: “Es esa necedad de meter al Ejército a donde no debe de estar y poner en riesgo al país. Seriamente, analicen, porque sí se va a militarizar al país, corriendo un riesgo que han corrido todos los países de América Latina menos nosotros, porque se logró un ejército civilista y destinado a sus tareas”.

Durante ese periodo la hoy secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, también se fue contra la militarización y hasta anunció el fascismo, como se ve en un video: “Esto viene aceitándose desde hace varios sexenios. Es una política de seguridad. Hay una violación de derechos humanos en este país que se intentan legalizar con esta ley, que se intenta fortalecer al darle más poder a las fuerzas militares (…) Con mucha responsabilidad, digo que prácticamente es la puerta a instaurar un fascismo en nuestro país”.

Pero ya desde antes había expresado en Twitter su repudio a la política militarista; así, en enero de 2012 tuiteó: “Le avisan a @FelipeCalderon por fa, que me purga ver al ejército en las calles”.

En mayo siguiente, Hernández anunció lo que creía que haría López Obrador: “Si AMLO fuera presidente retiraría el ejército en 6 meses de la calle. PRI y PAN se oponen… ¿en qué país viven eh?”. En estos momentos debe estar purgada.

El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, también se lució en sus expresiones contra la militarización durante la discusión de la Ley de Seguridad Interior. En 2017, como senador, dijo que el Congreso no puede pretender militarizar la seguridad pública, ya que la Constitución claramente establece que las instituciones encargadas de dicha tarea deben ser de orden civil.

En un programa de televisión Delgado se puso a leer y, muy didáctico, a mostrar un a cartulina con un fragmento del artículo 21 de la Constitución: “Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil”, y enfatizaba: “Civil, civil, no militar”.

Al intento militarizador le daba un matiz antiprotestas, según escribió en Twitter el 10 de enero de 2017: “No será que les urge la #LeyGolpista y la militarización del país para ‘poner en orden’ las protestas en todo el país por el #Gasolinazo?”.

Después, ya con la profundización del proceso militarizador de López Obrador en marcha, en diciembre de 2019 Delgado escribió: “El PAN y al PRI hoy dicen que están en contra de la militarización, cuando ellos militarizaron al país . Con la #GuardiaNacional el ejército regresará a las tareas que le corresponden”.

Ya para mayo de 2020 promovía la militarización con la promesa de que en 2024 acabaría: “Sigo en lo mismo. El despliegue del ejército al margen de la Constitución desde Calderón no tuvo resultados. Aprobamos una #GuardiaNacional civil con el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas, porque es la vía para asegurar el retiro del ejército a los cuarteles en 5 años”. Hoy, con el anuncio de la integración de la Guardia Nacional en la Sedena, eso ya parece utópico.

Si alguien fue un crítico apasionado de la militarización fue el productor de televisión Epigmenio Ibarra. La ley mencionada también sirvió para que repartiera metralla; así, el 24 de noviembre de 2016 publicó en Twitter: “X los más de 161mil ejecutados de FCH y EPN X sus más de 30mil desaparecidos X l@s periodistas asesinad@s Contra la militarización”.

Con foto de una bota militar y soldados marchando, Ibarra continuó el 24 de diciembre del mismo año: “México bajo la bota militar? Permitiremos que el Congreso legalice golpe de Estado? Toleraremos este retroceso?”. En marzo de 2017, con estampas de un rostro de Felipe Calderón ensangrentado y la cara de Peña Nieto con la mitad en forma de calavera, publicó: “Hace una década, con su militarización Escalaron la violencia, el crimen, el horror #HablemosDeSuGuerraEPNyFCH”.

La dramatización del productor de televisión fue in crescendo, lo que alcanzó la cúspide el 5 de diciembre de 2017: “Yo he vivido la guerra Se de sus horrores He visto los cuerpos destrozados por la metralla He filmado a la población civil atrapada entre dos fuegos Yo no quiero mas guerra en Mexico Quiero paz con justicia y libertad #ElEjercitoAlCuartel #NoAlGolpeDeEstado”. Pues en el país actual puede y, al parecer, podrá continuar filmando esas historias.

Otro que abrazó con fe la causa fue John Ackerman, para quien la profundización de la militarización de la vida nacional ha sido, ni más ni menos, que “desmilitarización”. Desde 2012, en Twitter dio fe de su creencia: en septiembre escribió: “La militarización no es la solución”, y puso un vínculo a su artículo en Proceso. Tres años después, en mayo, también se fue por la línea antifascista: “Militarización de seguridad pública es ILEGAL y propio de gob fascistas. 1ero #Michoacan, ahora #Jalisco, sigue #Guerrero ¿Hasta cuándo?”. Pero el listado no terminó allí y se extendió a Nuevo León, como lo denunció el locutor el 12 de octubre de 2015: “INFAME MILITARIZACIÓN DE LA SEGURIDAD PÚBLICA CON EL SEÑOR ‘BRONCO’”.

En marzo de 2017 Ackerman anunció así su artículo en Proceso: “Si no detenemos militarización rampante,Los Pinos pronto podría ser ocupado x un general”. En noviembre de ese año aprovechó el tema para hacer propaganda electoral: “Con la aprobación de la #LeydeSeguridadInterior el régimen se quita la máscara y transita abiertamente hacia una dictadura militarizada. #Ayotzinapa y #Nochixtlan fueron apenas el inicio. Es nuestra obligación ciudadana parar el baño de sangre, con nuestro voto en #2018”.

Sin embargo, ya en los primeros días del gobierno de López Obrador empezó a justificar la militarización; así, el 20 de diciembre de 2018 escribió: “No se dejen engañar. La reforma constitucional que crea la #GuardiaNacional camina hacia la desmilitarización del país”. Y así ha seguido, anunciando que ese proceso no va, aunque evidentemente va avanzando.

Los moneros adictos al gobierno no podían quedar fuera de este listado. Así, el 15 de febrero de 2011 el monero Hernández, famoso por sus repetidas caricaturas de Calderón vestido con camisola militar, convocaba: “Velada por la NO militarización. Jueves 17 de febrero. 17:00 horas. Zócalo de Puebla. Lleva una vela”.

Su cómplice, El Fisgón, también le entró con una buena frase de propaganda: en 2011 circuló una cita de su libro Narcotráfico para inocentes: “Si ‘militar’ es lo contrario de ‘civil’, ¿entonces ‘militarización’ es lo contrario de ‘civilización?’”.

Sin embargo, el 23 de diciembre de 2018 Rafael Barajas ya escribía, en tono justificatorio de lo que ya estaba ocurriendo: “¿Se puede militarizar lo que ya está militarizado?”. Ahora está claro que sí se puede incrementar esa proceso.

Otro entusiasta del presunto antimilitarismo de López Obrador fue José Merino, hoy titular de la Agencia Digital de Innovación Pública del Gobierno de la Ciudad de México. En abril de 2018 escribió un tuit que, más que optimista, resultaba extremadamente ingenuo: “Más militares Más operativos Más balazos Más abatidos Más asesinados Más desaparecidos… o AMLO”. De ese tamaño.

El mensaje fue respondido por el político panista Jorge Triana, quien le hizo ver que “AMLO propone una Guardia Nacional que fusione Marina con Ejercito y todas las policías del país. Es decir, más balas y más Estado. Propuesta aún más ´toxica y golpistaque la LSI”.

A esto, Merino, soberbio, contestó:

“Bajo

Un

Mando

Civil

(tres planas)”.

A dos días del anuncio presidencial sobre la Guardia Nacional y la Sedena, parece que a Merino se le fue el internet, cuando menos sobre el tema.

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