Sheinbaum: prohibir dulces y papitas, sí; prohibir narcocorridos, no 

La presidenta Claudia Sheinbaum justificó una vez más su postura en el sentido de no prohibir un género musical como los narcocorridos, al tiempo que validó su decisión de prohibir la venta de dulces, botanas y refrescos en las escuelas de todos los niveles.  

Según lo que dijo este miércoles y varios días anteriores, no es lo mismo una cosa que la otra. 

Sobre los narcocorridos dijo: “Yo no soy partidaria de las prohibiciones en este caso, hay otras que me parece son importantes como el caso de los dulces en las escuelas, que ahora no se permite porque es un tema de salud pública”.  

Ayer 15 de abril consideró que prohibir un género musical “sería absurdo”, pero no tiene la misma visión respecto a prohibir la venta y consumo de vapeadores o los dulces, botanas y refrescos en las escuelas. Ello, a pesar de que la experiencia ha probado que la prohibición de comida chatarra nunca ha funcionado para bajar los niveles de obesidad infantil, como no lo hizo la imposición de los famosos tres sellos en los productos procesados. 

En lo que se refiere a los contenidos musicales y audivisuales relativos al narcotráfico, aunque no los ha apoyado, su postura ha sido la de generar “una conciencia social”, un proceso “formativo”. 

“Es mejor seguir difundiendo y promoviendo una cultura de paz y evitar por decisión propia que un joven decida escuchar esta música por el contenido. Entonces esa es nuestra posición, pues cada quien cada municipio y cada estado tiene sus propias atribuciones”, manifestó el martes, en relación con las prohibiciones que algunos estados han hecho sobre la difusión de este tipo de composiciones. 

Hoy miércoles dijo que “no soy partidaria de las prohibiciones, sino de promover la educación y la paz para que la sociedad vaya haciendo a un lado este género musical.” 

Pero en cambio, sí ha usado la palabra “prohibir” en relación con la comida chatarra, pero de manera contradictoria, ha insistido que no es una estrategia punitiva y que no habrá castigos, sino que estas limitantes forman parte de una estrategia para “impulsar” la vida saludable. Dicha estrategia incluye educación en nutrición e impulso a la actividad física. 

El 12 de diciembre pasado dijo que “es cierto, se va a prohibir toda la comida chatarra en las escuelas porque la comida chatarra hace daño, tiene grasas saturadas, muchos azúcares, les hace daño a la salud… No te van a castigar, pero no debes comer ni papitas ni refrescos ni nada de eso porque le hace mucho daño a la salud”.  

Como parte de la mencionada estrategia, Sheinbaum pretende controlar o restringir la venta de estos productos dentro y  fuera de las escuelas, para reducir el acceso de los estudiantes a alimentos no saludables.  

Algunos analistas han apuntado el absurdo de que se prohiba algo sin establecer la sanción correspondiente, ya que no se castigará ni a las escuelas ni a los padres de familia que no manden comida saludable a sus hijos. En ese sentido, algunos planteles se apresuraron a pedir amparos para poder seguir vendiendo toda clase de productos en sus tienditas. Sheinbaum criticó duramente esas peticiones e incluso las relacionó con actos de corrupción al interior del Poder Judicial.  

Y aunque en ambos casos, los narcocorridos y la comida chatarra, ha hablado de educación, de promover valores y de educar, solo en lo relativo a la comida chatarra ha expresado prohibiciones debido a que es una medida “de salud pública”. No ha hecho la misma relación entre los narcocorridos y la seguridad pública, aunque sí ha reprobado la “apología de la violencia”. 

Cabe señalar que la postura no prohibicionista de Sheinbaum hacia los narcocorridos se manifestó con toda claridad luego de una trifulca en la Feria del Caballo de Texcoco, en donde el público hizo destrozos en protesta porque un cantante anunció que no cantaría ciertas composiciones alusivas al narcotráfico. La postura de Sheinbaum era distinta dos semanas antes, luego de que un grupo, Los Alegres del Barranco, proyectara en un concierto imágenes del “Mencho”, líder del CJNG. 

Ese 31 de marzo Sheinbaum incluso exigió que las autoridades investigaran lo ocurrido, postura que derivó en que varios estados prohibieran los narcocorridos. Como se apuntó arriba, dos semanas después dijo que su gobierno no prohíbe este género, lo que causó confusión por la contradicción entre permitir las canciones violentas y restringir el consumo de papitas. 

 ofv

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