En febrero de 2006 ocurrió una enorme tragedia en Pasta de Conchos, en una mina en el municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila. Todos nos enteramos con asombro y tristeza de esta terrible explosión (por acumulación de gas metano) que dejó sin vida a 65 trabajadores. En aquel momento supimos que desde el año 2000 se habían presentado reportes por fallas importantes en la seguridad laboral. Únicamente dos cuerpos fueron rescatados, el resto permanece ahí donde murieron todos estos hombres a consecuencia de la explosión.
Ahora, en agosto del 2022, volvemos a experimentar esta misma sensación de horror y desamparo ante esta desgracia que se da nuevamente en una mina de carbón en el estado de Coahuila.
Ambos casos muestran la incapacidad y falta de respeto por los derechos humanos de los trabajadores mineros que se lo juegan todo por ganarse la vida y que son victimas de la indiferencia de empresarios y autoridades. Ni prevención ni mantenimiento, total, de unos cuantos muertos no pasa la cosa, supongo que dicen irresponsablemente.
Por si nos faltara alguna desgracia más, la CNDH ha desaparecido durante la actual administración y dudo que se puedan mostrar las peligrosas condiciones en las que desarrollan su trabajo los mineros de México y dudo mucho también que se dé un peritaje sólido e independiente que nos deje saber exactamente quiénes son los responsables de lo que pasó. Y bueno, mi pesimismo ante lo que sucede en nuestro país es tal que, aunque se finquen responsabilidades y se diga pomposamente que se “llegará hasta las últimas consecuencias…caiga quien caiga” a la hora de la verdad no va a cambiar nada y nadie resultará responsable (igualito que en la Línea 12 del metro).
¿Dónde está la Secretaría del Trabajo o como se llame ahora? Y como decía antes… ¿Y la CNDH? Todos hacen como que aquí no pasa nada y toleran y se hacen los desentendidos ante las irregularidades en las que incurren muchos empresarios para que no mermen sus ganancias.
Hace unas horas, en una misteriosa e inusitada muestra de solidaridad, el presidente se digno acudir (durante no más de 40 minutos) a visitar a los familiares de los mineros atrapados. Primera vez en cuatro años de gobierno que el señor López tiene al menos un gesto (a regañadientes, basta ver su cara y declaraciones) de humanidad. ¿Será, me pregunto yo, por la proximidad de las elecciones de Coahuila? ¿Será que solo lo electoralmente redituable conmueve al presidente? Francamente no me importa.
Lo qué si me importa y nos debería importar a todos es que estos hechos no se vuelvan a producir por la falta de medidas preventivas y condiciones laborales inseguras. En la vida siempre puede darse una catástrofe, nadie escapa a ello, pero condiciones de trabajo apropiadas, protocolos de prevención y una supervisión profesional y ajena a la corrupción, evitaría la pérdida de muchas vidas en este país en donde la impunidad, la codicia y la falta de mantenimiento es lo cotidiano.
Energías limpias y no más carbones, pero ya.