Tras admitir que en algunas regiones del país se da la venta de niñas y adolescentes con fines de matrimonio forzado y comercio sexual, la Secretaría de Gobernación anunció una estrategia nacional para enfrentar esta problemática.
El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, informó que se trata de un programa piloto que dará inicio en Guerrero y contará con el acompañamiento otras dependencias gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, reporta Forbes.
El funcionario explicó que uno de los objetivos de largo plazo de este plan es erradicar el embarazo infantil y adolescente. Asimismo, se busca dar a atención a las víctimas para separarlas de una relación matrimonial a la que fueron obligadas.
Encinas Rodríguez aceptó que en las comunidades donde se produce este fenómeno, se han originado conflictos económicos por las “dotes” que se ofrecen pagar. Indicó que este programa se extenderá en todos los estados donde existe este problema.
Por su parte, Gabriela Rodríguez, directora del Consejo Nacional de Población (Conapo), expuso que aun cuando el gobierno federal es respetuoso del régimen de usos y costumbres bajo el cual se rigen varios pueblos originarios, éste de ninguna manera debe estar por encima del derecho de las mujeres y niñas a una vida libre de violencia.
“El derecho a decidir sobre su cuerpo no puede someterse a ninguna costumbre, a ninguna creencia. Nuestra campaña, que vamos a arrancar el próximo mes, enfocada a las comunidades rurales, indígenas y afromexicanas, va en este sentido: que las niñas y adolescentes indígenas no son sujetos de segunda, son mujeres que deben ser libres”, manifestó.
El anuncio de la Secretaría de Gobernación se produce dos meses después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador minimizara la problemática de la venta de niñas que se da en algunas regiones de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, que se rigen por usos y costumbres y pidiera no estigmatizarlas.
Cuestionado al respecto en su conferencia del 21 de mayo, sostuvo que es clasista y racista extender la idea de que en las comunidades indígenas ocurren estas situaciones; más aún, aseveró que no corresponde a la realidad. Evadió profundizar en el tema y solo señaló que los hechos de barbarie se dan en todas las clases sociales.
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