Entre los saldos de la jornada de revocación de mandato, un instrumento propagandístico de Andrés Manuel López Obrador, está la muestra de que el presidente y su partido están en disposición de hacer una elección de Estado en 2024, señaló el politólogo José Antonio Crespo.
El politólogo afirmó, en entrevista con Marco Levario, director de etcétera, que la revocación de mandato fue un instrumento de propaganda política de López Obrador y también para golpear al INE, pero que fue un ejercicio al que 83 por ciento de la ciudadanía no le hizo caso. “Fue casi una fiesta de Morena”, dijo.
Dijo que, por los resultados de la votación del pasado domingo, se puede decir que López Obrador ha perdido la mitad de sus votantes de 2018, además de que de los 15 millones que participaron muchos fueron acarreados, clientelas de sus programas sociales y funcionarios obligados a votar por sus jefes. En ese sentido, Crespo dijo que se trató de “una consulta de Estado”, en la que se cometieron una gran cantidad de ilícitos y delitos electorales.
Una de las tareas de López Obrador ha sido ir minando a las instituciones, con una polarización que hace crecer mediante trampas, calumnias, acusaciones y confrontaciones, y eso lo hacen también sus seguidores. Ambos son dos fenómenos peligrosos: una creciente polarización, y por otro una destrucción institucional, que abren la puerta a una confrontación. Y en ese marco, “las instituciones son las que permiten dirimir pacíficamente las diferencias. Si las destruyes y estás generando odio y enfrentando a la sociedad, existe el riesgo de que al final del sexenio empecemos a tocar las fronteras de la inestabilidad”, explicó.
“Si tienes una destrucción legal e institucional y un proceso de polarización creciente, pues quién sabe cómo acabe este sexenio”, abundó al respecto.
Acerca de una probable crisis institucional debida a lo anterior, Crespo dijo que estamos en la frontera de ella y en lo que resta de la actual administración vamos a estar en esa situación: “No hay garantías de que se mantengan la estabilidad y la institucionalidad”. Al respecto, la jornada del domingo alerta de que los actuales gobernantes “están en toda la disposición (abierta, porque ni siquiera la disimularon) de hacer una elección de Estado en 2024. A lo mejor lo comienzan a hacer con las elecciones estatales, pero lo que vimos ayer ya es la disposición que tienen para llegar, en el 2024, a hacer una elección de Estado, y por eso quieren controlar al INE y al Tribunal Electoral. Si lo lograran, ya tendrían todos los elementos para asegurar un triunfo al margen de la voluntad ciudadana, haiga sido como haiga sido”.
La oposición partidista en México “de pronto deja pasar muchas cosas en las que tendría que hacer pronunciamientos muy firmes”, consideró Crespo. Pero espera que sí lo sea y también sea consistente en frenar las reformas eléctrica y electoral que plantea López Obrador.
Además, le pidió a la oposición que se vaya preparando lo mejor posible para el 2024, y que los partidos y muchos ciudadanos vayan planteando un método aceptable para todos para seleccionar un solo candidato, “pero que no vaya cada quien con su candidato porque entonces sí gana Morena”. Sólo así habría posibilidades de ganarle al partido en el poder, estimó.
Al respecto, el especialista destacó el papel crítico y de denuncia de periodistas, analistas y medios, “a veces rebasando a la propia oposición partidista”. Agregó que varios de ellos se han convertido “en un valladar de contención política” de las acciones gubernamentales.
Preguntado sobre las posibilidades de división de Morena en la sucesión presidencial, dijo que no deben descartarse fracturas dentro de ese partido: “Puede haber desprendimientos: me imagino, por ejemplo, a Ricardo Monreal en algún momento salirse, a lo mejor Marcelo Ebrard, en fin. Pero eso puede agregar, a la decadencia de Morena, pero también a un terreno de mucha confrontación e inestabilidad”.
