En un torpe y evidente juego político, el presidente Andrés Manuel López Obrador busca lo mismo lavarle la cara a su gobierno ante el desastre en Acapulco que bajar el tono de la confrontación con los trabajadores del Poder Judicial al proponerles que los 15 mil millones esquilmados de sus fideicomisos se repartan entre damnificados y que ellos “vigilen” dicho reparto.
Además, propuso a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación aceptar un recorte a su salario a cambio de aprobarles íntegro el presupuesto de más de 80 mil millones que solicitó el PJ para 2024.
Tras muchos días de protestas de trabajadores y ante la grave situación humanitaria, sanitaria y social que se vive en Acapulco tras el paso del huracán “Otis”, AMLO quiso verse astuto, pero solo logró evidenciar su afán de lucrar políticamente con la tragedia, cuyos efectos pudieron ser menos graves si su gobierno hubiera alertado a tiempo a la población.
En su conferencia de este martes, AMLO salió con la novedad de proponer “un acuerdo” al Poder Judicial, una actitud totalmente distinta a la de días pasados, en que menudearon los insultos tanto a trabajadores como a magistrados y ministros.
“¿Qué les propongo a los integrantes del Poder Judicial? Un acuerdo, que se destinen los 15 mil millones apoyar a los damnificados de Acapulco y que ellos formen parte del comité que va a vigilar la aplicación de los fondos para que le llegue a la gente de Acapulco”, dijo.
Y abundó en su “propuesta”, que, enfatizó, no depende de él que sea aprobada, pues eso “lo van a resolver en el Congreso”, como si no fuera bien sabido que la mayoría morenista acata todo lo que AMLO ordena.
“Están solicitando 84 mil millones de pesos para el año próximo. Que se le autorice su presupuesto, es una propuesta. Yo no decido, lo van a resolver en el Congreso y que los 15 mil millones del fideicomiso se regresen a la Federación y que se haga un acuerdo conjunto para que ese dinero vaya a los damnificados”.
Y dijo que otra posibilidad es que a los que ganan más que él se les reduzca el salario y que es reducción es “nada”, solo unos dos o tres mil millones y que como ya existiría el fondo para Acapulco, proveniente de los fideicomisos, entonces esos dos o tres mil millones se usarían para becas de “familias pobres”.
Las cuentas de AMLO solo dejaron en evidencia que, contrario a lo que pregona, el gobierno no tiene dinero para enfrentar la tragedia.
Así, dijo en un intento de chantaje, ya quedaría arreglado “el problema de fondo” y en el Poder Judicial cuidarían su “prestigio”.
Dijo que si no se llega a dicho acuerdo, de todos modos el dinero tiene dinero de sobra para poner de pie a Acapulco. Agregó que mañana comenzará el reparto de “apoyos directos” para alrededor de 50 mil personas censadas por Servidores de la Nación.
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