El presidente Andrés Manuel López Obrador negó haber dicho que el Ejército volvería a sus cuarteles y abandonaría tareas de seguridad pública. Como lo mostró WikiLeaks, la militarización era su plan desde 2006, pero el tabasqueño prefirió engañar a sus seguidores con la promesa contraria en sus discursos, de lo que hay numerosas evidencias.
En su conferencia de prensa de este jueves, un reportero le recordó a López Obrador que cuando fue candidato presidencial había dicho que no utilizaría al Ejército en tareas de seguridad pública, con absoluta desfachatez el mandatario contestó: “Yo nunca dije eso”.
Cuando el periodista le recordó que dijo que regresaría al Ejército a los cuarteles, el tabasqueño lo negó y supuestamente aclaró: “No, no. Yo dije de que había que apoyarnos en las Fuerzas Armadas por una razón muy sencilla: cómo es posible que con la experiencia que tiene el Ejército, que tiene Marina, cerca de 300 mil elementos, con instalaciones, con equipo, no puedan ayudarnos en el problema que más preocupa a los mexicanos, que es el de la seguridad al interior”.
Justificó que con anterioridad, “otros tiempos”, existía la prohibición en la Constitución debido a las invasiones que ha sufrido el país, pero que en los tiempos recientes lo que más nos afecta es la inseguridad. Preguntó: “¿Cómo es posible que hay un cuartel del Ejército y en la esquina se está cometiendo un asalto y no pueden intervenir los elementos del Ejército porque constitucionalmente lo tienen prohibido?”.
Debido a ello, dijo, se modificó la Constitución “para que Defensa y Marina nos ayudaran, y por eso creamos la Guardia Nacional”.
En realidad, la militarización de la seguridad pública formaba parte del proyecto de López Obrador cuando menos desde 2006, y las declaraciones que sobre el Ejército hizo antes de ser presidente eran un engaño, como lo reveló muy claramente WikiLeaks (la organización fundada por Julian Assange, hoy tan defendido por el tabasqueño) desde 2011 al exhibir una comunicación diplomática que informaba de un encuentro con el embajador de Estados Unidos.
Entonces WikiLeaks mostró un cable en el que se refería una conversación de 2006 entre López Obrador y Tony Garza, entonces embajador de Estados Unidos en México, en la que el tabasqueño le comentó al diplomático que en su plan de gobierno contemplaba impulsar una reforma a la Constitución para dar más poder al Ejército, al que consideraba como “la menos corrupta y la más eficiente de todas las agencias en México”, para combatir el narcotráfico.
Sin embargo, López Obrador mantuvo en secreto ese plan y prefirió engañar a sus seguidores con el discurso del retiro del Ejército de las labores de seguridad pública. Así, en un video de abril de 2010 afirmó, contundente: “No es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de seguridad y de violencia; que no se vayan a otorgar facultades excesivas al Ejército. Ya estamos viendo cómo se están violando derechos humanos, cómo inocentes están perdiendo la vida. No podemos nosotros aceptar un gobierno militarista. Además, esto no le conviene ni siquiera a la misma institución militar. En esto últimos tres años se ha deteriorado mucho la imagen del Ejército porque los ha lanzado a la calle a una aventura, es toda una estrategia fallida porque si no se atienden las causas no se va a poder enfrentar el problema de la inseguridad y de la violencia”.
Continuó: “Hay que cuidar a esa institución que es el Ejército. Que no se utilice para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles, que no se utilice al Ejército con ese propósito. Hay que cuidar a la institución militar: que regresen los soldados a los cuarteles. Este es un asunto que se tiene que resolver de otra manera”.
Posteriormente el tabasqueño continuó sacando raja de la veta antimilitarista. En febrero de 2012, en otro video, también categórico, expresó que “tenemos que ir sacando al Ejército de las calles. El Ejército no está preparado para esta función; es otro su encargo: es defender la soberanía nacional y no debe seguirse exponiendo al Ejército. Es una institución que debemos cuidar todos, no socavar al Ejército. Tenemos que ir regresando al Ejército en la medida en que se va profesionalizando la policía. Ese es mi plan, que nos va a llevar seis meses el ir regresando al Ejército para que sea la nueva Policía Federal la que se haga cargo de garantizar la tranquilidad y la seguridad pública”.
El 25 de marzo de 2012, cuestionado sobre el periodo en que devolvería el Ejército a los cuarteles, López Obrador contestó que “a partir de seis meses, porque la nueva policía federal que vamos a formar se ocupará de la seguridad pública”.
Un par de meses después insistió en cuidar, no exponer y no socavar al Ejército, por lo cual él crearía la policía federal nacional (sic) para que “vaya haciéndose cargo de la seguridad pública y el Ejército se vaya retirando a sus cuarteles”, lo que se realizaría gradualmente porque si se hacía por decreto “se dejaría a mucha gente en estado de indefensión, porque hay regiones en donde no existe la policía municipal o no existen las policías estatales o existen, pero están muy penetradas por la delincuencia”.
“Yo estoy muy contento, muy satisfecho, con el apoyo que he recibido de las Fuerzas Armadas”, concluyó sobre el tema este jueves López Obrador.
