Mientras en varios hospitales de Michoacán mantienen inutilizados por asuntos administrativos (subrogación, traslado al IMSS-Bienestar) aparatos médicos para males como insuficiencias renales, cientos de personas esperan infructuosamente esos servicios, lo que es un problema que cuesta vidas, según mostró un reportaje de Humberto Padgett.

Durante la semana que termina, Padgett presentó durante tres días en el noticiero Ciro Gómez Leyva por la mañana, de Grupo Fórmula, los resultados de su visita a hospitales en Ciudad Hidalgo y en Morelia, Michoacán, especialmente en lo referente al tratamiento de la insuficiencia renal, que requiere de hemodiálisis.

El reportero mostró el caso de Arturo Tello Bucio, paciente de insuficiencia renal aguda, abandonado por cualquier servicio de salud. Para sobrevivir requiere un trasplante de riñón, pero no ha podido ni siquiera acceder a la hemodiálisis en el hospital regional de Ciudad Hidalgo.

La madre de Arturo comentó a Padgett que se comenzó a poner mal en septiembre de 2022, y que a través de contribuciones de gente que conocen y a través de boteo han podido pagar parte de los costos de la atención médica en hospital privado, especialmente de la hemodiálisis, que cuesta mil 200 pesos y se tiene que practicar al menos tres a la semana.

Ha acudido al hospital regional, donde no ha sido dializado porque no hay lugar, “hay mucho enfermo”. Lo anotaron en una lista para llamarle después, cuando hubiera algún espacio, pero ya ha pasado casi un año sin que esto ocurra. No puede trabajar, además de que quedó sordo y de que con un ojo ya ve borroso.

Tello Bucio no está en ninguna lista para trasplante de riñón, que es su única opción de vida; es más, no le dan medicamentos ni está tomando nada para su padecimiento. No se está sometiendo a ningún tratamiento.

Donde lo han dializado es en un hospital privado, que es el que se ha beneficiado de esa falta de atención en centros públicos de salud.

Además, reportó Padgett, en el hospital regional de Ciudad Hidalgo, del IMSS-Bienestar, hay 15 hemodializadores, riñones artificiales, adquiridos por cerca de 15 millones de pesos desde 2018 por el gobierno de Michoacán, pero que fueron desenchufados en septiembre de 2022 y están embodegados.

En el hospital hay otros 15 que sí están en servicio, pero que son insuficientes. Además, explicó Padgett, estos “fueron dados en comodato en un nuevo esquema de licitación por el cual el actual gobierno del estado, de Alfredo Ramírez Bedolla, decidió darle a una empresa diferente a la que le había comprado los riñones artificiales que tiene embodegados un convenio por el cual recibe un servicio integral para dar las hemodiálisis, pero no tiene la capacidad suficiente para atender a los pacientes”.

El periodista refirió el caso de una familia que da aportaciones voluntarias por mil 500 pesos mensuales al IMSS, pero ni así les están dando el servicio de salud ya no de tratamientos como hemodiálisis, sino ni siquiera de un nutriólogo.

La falta de hemodiálisis ha provocado numerosas demandas de amparo, de las que Padgett mostró un documento en el que se enlistan al menos 150 casos entre 2022 y 2023.

“Nada, nada”

Tras la presentación de la primera parte del reportaje, Padgett dijo que el IMSS le envió una tarjeta informativa, en la que afirmó que todos sus afiliados tienen garantizada la atención médica, por lo que invitó a Tello a acudir a su próxima cita. Además, señaló que en el hospital regional del IMSS-Bienestar de Ciudad Hidalgo “se brinda el servicio de hemodiálisis a los pacientes que lo requieran”.

Sobre las máquinas de hemodiálisis embodegadas, el IMSS dijo que son propiedad de la empresa que otorgaba el servicio subrogado, el cual ya terminó, por lo que se está a la espera de que el proveedor acuda a recogerlas.

Sin embargo, Padgett mostró el contrato de compraventa, no de comodato, de las máquinas que están embodegadas en el hospital regional de Ciudad Hidalgo, que fue establecido por el gobierno de Michoacán en 2018. También mencionó los problemas de la transición hacia el modelo del IMSS-Bienestar.

Además, indicó que pudiera darse la situación de que el gobierno del estado, pese a contar con los 15 hemodializadores, haya subrogado ese servicio y le haya dado un contrato a otra empresa para dar el servicio integral. Dijo que puede ser un caso de corrupción.

Sobre que el IMSS garantiza el servicio a los pacientes que lo requieran, Padgett presentó otro caso de principio de año, de un campesino accidentado que requería diálisis, pero no fue atendido porque no había lugar, según el testimonio de su esposa.

Tras un accidente, una caída de un árbol mientras trabajaba, se rompió la clavícula y se le halló la insuficiencia renal. Él tuvo que pagar la placa de metal para su lesión, tuvo que comprar un catéter para la diálisis y tuvieron que hacerse cargo de más gastos médicos, incluyendo los de servicios privados. “Hay demasiada cola para las diálisis”, dijo la señora. Desde noviembre habían solicitado el servicio; su esposo falleció el 10 de enero.

“Nada, nada” de apoyo ha recibido de los gobiernos estatal ni federal, refiere la viuda, que también recuerda que tenía que comprar medicamento al menos tres veces a la semana y pagar hemodiálisis de 2 mil pesos. Aún debe 600 peso del ataúd de su esposo.

El periodista encontró que en el Hospital Civil de Morelia, ya también adscrito al IMSS-Bienestar, también hay equipos médicos emplayados, como un tomógrafo. Sin embargo, los pacientes están siendo canalizados a laboratorios de bajo costo con cargo al erario para desahogar la demanda de servicios.

Lo que ocurre, dijo Padgett, es que el contrato que el gobierno del estado tenía con una empresa concluyó e hizo otro con otra compañía. Pero en el trámite administrativo las autoridades decidieron emplayar el equipo que ya es de su propiedad, pese a la necesidad y urgencia de los pacientes.

Así, hay equipos que han sido adquiridos pero no han sido instalados, mientras que también hay equipos descompuestos que no han sido reparados desde hace días.

Mientras eso ocurre, cientos de personas esperan esos servicios, en lo que a no pocas de ellas se les va la vida.