La masacre ocurrida en San Miguel Totolapan, Guerrero, hunde al país en una nueva espiral de violencia e inseguridad.
Implica un ataque a las instituciones democráticas y al principio de la representación popular, porque en México ninguna democracia tendrá sentido si es incapaz de ofrecer seguridad, paz y justicia.
El Estado continúa fallándole a Guerrero, pues el gobierno estatal y federal conocían la situación crítica de inseguridad que prevalecía y prevalece en el municipio y la región; sin embargo, han optado por politizar la seguridad e impartir justicia de manera selectiva.
Por ello, insistimos en denunciar la simulación y clara ineficiencia de los trabajos de diálogo para la pacificación del país, así como los nulos resultados de la estrategia de seguridad.
Dado que las promesas de campaña no se han convertido en hechos, demandamos la renuncia de todo el gabinete de seguridad y llamamos a construir una estrategia en conjunto con las víctimas de violencia y sus familiares, especialistas, defensores de derechos humanos, colectivos y la sociedad civil.
Nos solidarizarnos con las familias de las víctimas y seguiremos trabajando para impulsar una discusión nacional, comprometida con la construcción de un modelo de justicia transicional en México como un mecanismo extraordinario para que los atentados como este, no vuelvan a repetirse jamás.
Construir una verdadera paz, justicia, verdad, reparación, no repetición y memoria en nuestro país, es inaplazable y depende de las decisiones que tomemos hoy.
¡Democracia ya, patria para todas y todos!
