Claudia Sheinbaum, presidenta electa, designó a la senadora Citlalli Hernández Mora como próxima titular de la naciente Secretaría de las Mujeres, y hasta la presentó como “activista feminista”, aunque en este sexenio dio claras muestras de todo lo contrario por su subordinación al obradorismo.
Este lunes Sheinbaum anunció la conversión del Instituto Nacional de las Mujeres en secretaría y presentó como su primera titular a Hernández Mora, “una joven de 34 años”, secretaria general de Morena, política proveniente del Oriente de la Ciudad de México y “activista feminista”. Añadió que “se ha caracterizado por la defensa de los derechos humanos, la igualdad de género e incentivar la participación y organización ciudadana de las mujeres”.
Por su parte, la próxima secretaria agradeció la confianza de Sheinbaum por designarla, dijo que buscará que las mujeres cuenten con mejores condiciones de vida, que les llevará una cartilla con sus derechos, que atenderá la violencia de género, y concluyó: “Por el bien de todos, primero LAS pobres”.
Sin embargo, se debe señalar que el presunto y precario “feminismo” de Hernández ha sido más políticamente correcto y propagandístico que efectivo en la realidad. Así, por ejemplo, y como lo ha documentado etcétera, su obradorismo está por encima de cualquier consideración feminista o de derechos humanos: por ello, por ejemplo, se ha abstenido de condenar la eliminación de las estancias infantiles que beneficiaban a muchas trabajadoras, lo mismo que con el recorte de recursos para la atención del cáncer de mama. Pero aun así hoy afirma que acompañará “el sistema público de cuidados”.
Pero en general ha mostrado una recalcitrante afiliación al machismo desplegado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, tanto que hasta ha dicho que, antes de él, la izquierda no había profundizado en el feminismo. Pero incluso ella misma ha reconocido que es un “hombre mayor”, con la intención de justificar la ignorancia del tabasqueño en el tema, y ha dicho que “es un error esperar que AMLO utilice nuestros conceptos feministas”. Y hasta en el Día Internacional de la Mujer se ha reunido con otras mujeres para ovacionar al presidente.
En su obradorismo, Citlalli Hernández tampoco se ha ocupado en deplorar las acciones represivas del gobierno capitalino, cuando era encabezado por Sheinbaum, contra las manifestaciones en defensa de los derechos de las mujeres. No sólo ello, sino que en agosto de 2021 hasta se burló de la agresión que sufrió Lía Limón, entonces alcaldesa electa de Álvaro Obregón, a manos de la policía capitalina. Entonces muchos le recordaron una frase que ella y sus amigas han usado para presumir su “feminismo”: “Si tocan a una, tocan a todas”.
Sobre su muy convenenciero “feminismo” se debe recordar que, cuando fue parodiada en un programa de Tv Azteca, se exaltó y expresó: “Me parece un exceso que una persona que desde una posición de poder busque lastimar la dignidad de una persona y no haya consecuencias”. No, no era un señalamiento sobre López Obrador (que ha hecho lo denunciado por la senadora con mujeres como Xóchitl Gálvez, María Amparo Casar y Xóchitl Gálvez, sin que ella haga ningún reparo), sino contra Ricardo Salinas Pliego.
También debe recordarse una buena razón para que la senadora sostenga su “obradorismo feminista” (válgase el oxímoron): que su hermana Xóchitl recibió, entre 2020 y 2021, más de 230 mil pesos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Esto, mientras se intentaba encarcelar a científicos (entre ellos destacadas mujeres), se eliminaban fideicomisos para programas y proyectos de ciencia y se recortaban becas.
En materia de derechos humanos, debe recordarse que en 2017, en ocasión del debate sobre la Ley de Seguridad Interior propuesta por Enrique Peña Nieto, Hernández Mora denunció que había una violación de los derechos humanos que se intentaba legalizar “al darle más poder a las fuerzas militares. Con mucha responsabilidad digo que esta sería la puerta para instaurar un fascismo en nuestro país”. Por supuesto, en el gobierno del macuspano ha respaldado la militarización que antes condenaba.
De Hernández Mora se recuerda especialmente su actitud agresiva cuando, en noviembre de 2019, arremetió físicamente contra el legislador Gustavo Madero en ocasión de la turbia elección de Rosario Ibarra, su compañera de partido, como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Ella es personaje de un tenebroso episodio durante este sexenio: el 30 de mayo de 2019, al abrir una caja con forma de libro, supuestamente recibió una llamarada y una sustancia en su rostro (después se supo que era talco). Entonces se difundió que había resultado herida y con quemaduras leves; ella misma tuvo que desmentir esas versiones posteriormente. Se supuso que fue un ataque contra ella, quien descalificó a quienes empezaron a hablar de un “autoatentado”. La investigación de tan siniestro hecho quedó a cargo de la Fiscalía General de la República, pero, a más de cinco años, no se sabe qué ocurrió; en ocasiones, cuando alguien le ha preguntado sobre ello, Hernández Mora ha respondido hasta con agresividad.
Como dato anecdótico pero no menor de los conocimientos de Hernández Mora está que en octubre de 2020, el día de los comicios en Hidalgo y Coahuila ella estaba llamando al voto, por lo cual fue reconvenida por Ciro Murayama, entonces consejero del Instituto Nacional Electoral, quien le llamó “senadora”. Ella había pedido licencia como legisladora con anterioridad y le respondió que “no soy Senadora desde hace un mes”. Él tuvo que hacer de su conocimiento algo básico: “Pues si es usted senadora con licencia”.
De los datos curriculares de Hernández Mora leídos por Sheinbaum también se debe destacar su total falta de experiencia en la administración pública.
Lo expuesto es algo representativo de la trayectoria de Citlalli Hernández, quien será secretaria de las Mujeres durante el próximo gobierno.
