Aunque hace años AMLO aseguró que para construir el Tren Maya no se tiraría “ni un árbol”, la construcción de los tramos 5, 6, y 7 devastaron 6 mil 18 hectáreas de la selva de la Península de Yucatán, según un estudio hecho por el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura (CCMS). Esta cifra no incluye los daños provocados por los tramos del 1 al 4.
El organismo hizo un estudio de imágenes satelitales oficiales, obtenidas por el Sistema de Información de Cambios de la Cobertura Forestal (Sicamfor), y documentó que la obra estrella del gobierno obradorista deforestó miles de hectáreas. El Tramo 5 se llevó 2 mil 15 hectáreas; el 6, 2 mil 76 y el 7, mil 927.
El mismo organismo informó en mayo pasado que durante el sexenio de López Obrador la deforestación de la Península de Yucatán ha sido de 285 mil 580 hectáreas, un promedio de 71 mil 395 hectáreas anuales o 196 hectáreas diarias. Se recordará que diversos organismos denunciaron el impacto negativo del programa “Sembrando Vida”, que en lugar de impulsar la reforestación provocó pérdida de cobertura forestal.
La organización CartoCrítica ya había dado cifras preocupantes en agosto de 2023, puesto que informó que para esa fecha, entre los 7 tramos se habían deforestado 6 mil 559 hectáreas. Los datos más recientes indican que para este julio de 2024, 6 mil 18 hectáreas se perdieron por los tramos mencionados. Más del 80% de la tala se realizó sin las autorizaciones de ley.
A ello se suma el grave impacto de la obra sobre el sistema de cenotes y ríos subterráneos de la zona, único en el planeta.
No sólo eso: la obra también provocó el desplazamiento de comunidades mayas, afectadas por la obra, además de la afectación a la fauna del lugar, denunciada por activistas y organizaciones ambientales.
Por si fuera poco, el gobierno ha usado recursos etiquetados para la atención al cambio climático para seguir construyendo la obra. En una nota de este miércoles, El Universal informó que en el presupuesto de este año el gobierno decidió quitar 24 mil 98 millones de pesos al combate al cambio climático y destinarlos al Tren Maya, obra que AMLO tiene prisa por dejar concluida antes de irse.
Cabe recordar que, como se ha informado durante todo el sexenio, la obra se realizó sin tomar en cuenta las afectaciones a los ecosistemas regionales, sin contar con estudios completos de impacto ambiental, expropiando numerosos predios privados y comunitarios y sin realizar el trasplante de los millones de árboles eliminados, tal como el presidente dijo que se haría.
La tasa de deforestación de la Península de Yucatán llegó a sus niveles más altos en el actual sexenio, por el efecto combinado del Tren Maya y el programa Sembrando Vida.
No obstante, el presidente López Obrador ha presumido que su gobierno es el que más reforesta en el mundo.
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