En un hecho inédito, Donald Trump se ha convertido en el primer expresidente de Estados Unidos en ser declarado culpable de delitos graves por un jurado. El republicano enfrentaba acusaciones por 34 cargos relacionados con la alteración de registros financieros.
Trump, quien busca nuevamente la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones del próximo 5 de noviembre, enfrentó 34 cargos que le levantó la Fiscalía de Manhattan por falsificación de registros comerciales, lo que es considerado delito grave, lo que hizo en 2016 al intentar ocultar haber saldado con su abogado un pago de 130 mil dólares a la actriz pornográfica Stormy Daniels con la intención de encubrir una relación con ella ocurrida 10 años antes.
La decisión del jurado, integrado por 12 miembros (siente hombres y cinco mujeres), abre la posibilidad de llevar a Trump a la cárcel, aunque le puede ser otorgada libertad condicional e incluso prisión domiciliaria. El juez del caso deberá dar a conocer su sentencia el 11 de julio, pero se ha advertido que aunque fuera condenado a prisión, el expresidente no estaría impedido de lanzar su candidatura en la próxima Convención Nacional del Partido Republicano, que ocurrirá entre el 15 y el 18 de julio.
Sin embargo, de inmediato Trump, quien escuchó el veredicto con los brazos cruzados, ya puso presión sobre el juez al insistir en reclamar su inocencia. El empresario calificó lo ocurrido como “una vergüenza”, e insistió en que se trata de una maniobra para intentar detener su camino hacia la Casa Blanca, pero que la sentencia, en realidad, la dará el pueblo en poco más de cinco meses.
“El juicio fue amañado y una gran vergüenza. El veredicto real lo dará el pueblo el 5 de noviembre el pueblo, que sabe lo que pasó aquí”, declaró Trump a los periodistas al salir de la sala donde escuchó la resolución del jurado. Se lanzó contra el juez, al que tildó de “corrupto”, volvió a denunciar persecución política y anunció que continuará luchando.
Como no podía ser de otra manera, Trump aprovechó para hacer proselitismo: “Ya no tenemos el mismo país: tenemos un desastre dividido. Estamos en decadencia, con millones de personas colándose desde prisiones e instituciones mentales, terroristas apoderándose del país”.
