En una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, su contrincante en la contienda electoral, Xóchitl Gálvez, aunque le deseó bien, hizo una serie de críticas severas al gobierno anterior y le pidió distanciarse de sus políticas y conductas, contra casi toda evidencia.
En vísperas de que a Sheinbaum le fuera ceñida la banda presidencial, la hidalguense difundió en sus redes sociales una misiva dirigida a la flamante mandataria en la que le desea que le vaya bien, y repitió un lugar común: que si le va bien a ella, le va bien al país.
Tras señalar la elección de Estado ocurrida este año, la excandidata presidencial expresó su anhelo de que Sheinbaum se aleje de las políticas de su antecesor (las cuales, por cierto, la política morenista defendió, promovió y hasta imitó con enjundia): por ejemplo, las mentiras y los mensajes de odio y de división en conferencias de prensa, que se impulsen las energías limpias, un sistema de salud con personal con condiciones laborales dignas y con abasto de medicamentos (al respecto, la opositora recordó aquella ocasión que en Chiapas, a preguntas de la entonces candidata oficialista, la gente manifestó su gran insatisfacción con los servicios públicos de salud).
Gálvez se refirió a las grandes obras públicas, y le sugirió a Sheinbaum que sean para impulsar el desarrollo “y no sirvan para pagar favores y facturas de campañas electorales”, además de que los contratos respectivos sean para las empresas “más competitivas y no para los de los hijos, familiares y compadres de los poderosos”.
Por supuesto, lo anterior trae a la memoria la operación del Clan de los López Beltrán, el principal de los cuales, Andy, está en un puesto estratégico en el partido oficial, y varios de cuyos miembros han sido ratificados en cargos públicos.
La hidalguense criticó el viejo clientelismo que sigue tan vigente, y le recomendó a la presidenta que “por fin vean a los pobres como seres humanos con sueños y aspiraciones, y no como acarreados para el mitin o votos para la elección”.
Los temas de seguridad y justicia también fueron incluidos en la misiva: Gálvez llamó a Sheinbaum a, ella sí, atender a las madres buscadoras y a las víctimas de la violencia, a escuchar a los trabajadores del Poder Judicial y a perseguir a los corruptos, pero que esto no sirva “como pretexto para destruir las instituciones que tanto esfuerzo costó construir a lo largo de generaciones”.
Llamó a la nueva presidenta a no imitar a López Obrador: la convocó a terminar con la intriga y la polarización, no asumir sus odios, a tener una voz independiente, a demostrar que “las mujeres gobernamos de manera diferente sin que ningún hombre nos mande”.
“Yo estaré aquí del lado de las mujeres y hombres que reconoceremos las buenas decisiones y que levantaremos la voz ante los errores. Defenderemos a la patria de los abusos de quienes gobiernan”, concluyó Gálvez.
Así, Xóchitl Gálvez invitó a Claudia Sheinbaum a abandonar el obradorismo.
