Partiré de tres premisas cínicas. Primera: todo gobierno difunde propaganda, entendida como información parcial. Los medios y ciudadanos deben contrastar y cuestionar. Segunda: el gabinete fue pensado para ganar votos y a lo largo de este año veremos bajas, pues muchos perfiles no corresponden al de tomador de decisiones; independientemente de la preparación. Tercera: el gabinete está formado por intereses disímbolos y a menudo opuestos que inhiben acciones cohesivas.
Veamos con lo anterior el problema del spot de SECTUR: grupos con poca experiencia en la administración pública y nula idea sobre lo que es la comunicación política hicieron una pieza de propaganda inadmisible para un gobierno, si no queremos suponer dolo.
Olvidemos la indebida promoción de ejecutivo y partido: no genera confianza un mensaje que desestima la información previa sobre turismo. Alabar un modelo de desarrollo es irrelevante para un inversor y para un público nacional no es más que propaganda.
¿Los gobiernos anteriores hacían lo mismo? No a ese nivel: antes había un disclaimerque decía algo como que esa promoción no debía usarse para fines distintos al programa que se presenta. Lo peor: no hay responsables al momento, aun cuando las infracciones son graves.
Este artículo fue publicado en Político.mx el 1 de marzo de 2019, agradecemos a Fernando Dworak su autorización para publicarlo en nuestra página.
