GABRIELA PÉREZ MONTIEL /CUARTOSCURO
En el contexto de la falta de transparencia en el proceso de Morena para seleccionar candidato al gobierno de la Ciudad de México, e incurriendo en actos anticipados de campaña, Andrés Manuel López Obrador afirmó que quienes no están a su lado son parte de la mafia en el poder y, con ese desplante, nos situó a millones de mexicanos en el bando de los malos, como si a eso se redujera la política -a una confrontación entre buenos y malos- y por ello ignoró a una sociedad que, como la nuestra, es heterogénea y plural. Ese desplante ocurre también entre sus faltas de definiciones respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio o la resolución de la Corte en favor del preponderante Telcel y, en el ámbito internacional, los actos terroristas y la difícil situación en Venezuela donde el gobierno cada día toma más decisiones de corte autoritario. Mejor, en un contexto mediático favorable donde ahora incluso las principales televisoras son sus aliadas, este hombre que en noviembre cumplirá 64 años dice que él no será un eterno candidato a la Presidencia y que su futuro es Palacio Nacional o Palenque, por lo que no contendría una cuarta vez para la Próxima de la República cuando tendría 71 años y 24 años de andar en esa ruta.n
Andrés Manuel López Obrador es un político errático, incongruente y conservador pero tiene la enorme ventaja de poder aprovechar para su causa el enorme descrédito que tiene la política y los partidos y ese factor junto con una izquierda extraviada, seguirá operando en su favor, no obstante, confío en que en el intercambio público vaya ocupando poco a poco el sitio que le corresponde y que, desde luego, para mí está más cerca de Palenque que de Palacio Nacional.
