A pesar que desde hace casi una década existen acuerdos para la protección de periodistas en zonas de conflicto, estos no se llevan a cabo y las estadísticas sobre los asesinatos en Siria se han duplicado desde 2014 alcanzando las 15 muertes.
De acuerdo con la agencia turca de noticias Dogan este viernes fueron encontrados al sureste del país los cuerpos decapitados de dos periodistas sirios que publicaban información critica sobre el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
La policía informó que los cuerpos de Ibrahim Abdulkair y Firas Hammadi fueron hallados en su vivienda en la ciudad de Sanliurfa, cerca de la frontera con Siria, además que ya iniciaron una investigación que hasta el momento a resultado en la detención de siete ciudadanos sirios.
Los reporteros ya habían sido amenazados por EI por sus publicaciones críticas a través de redes sociales y el diario El Vatan, periódico que ellos mismos crearon y publicaron desde su domicilio.
Según señala el diario turco Radikal, la imagen de los dos periodistas muertos fue publicada en una cuenta de Twitter vinculada al grupo yihadista en Raqa, la autoproclamada capital del grupo terrorista en Siria, y desde donde los reporteros criticaron la tiranía y la opresión impuesta por EI, antes de refugiarse en Turquía.
Cabe señalar que desde el 2006 el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la resolución 1738 para que todas las partes de los conflictos armados respeten y protejan a los periodistas, los profesionales de los medios de comunicación y el personal asociado, así como prevenir actos de violencia, la lucha contra la impunidad, la protección del equipo y las instalaciones de los medios de comunicación.
Asimismo, la UNESCO reafirmó en 2007 la necesidad de proteger a los periodistas en zonas peligrosas, y recordó que los Convenios de Ginebra de 1949 prohíben a todos los actores efectuar ataques intencionales contra civiles y proteger a todos los “actores de la información”. Finalmente en 2013, la resolución 68/163 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, apunta que los periodistas, los profesionales de los medios de comunicación y el personal asociado que realizan peligrosas misiones profesionales en zonas de conflicto armado deberán considerarse civiles y ser respetados y protegidos como tales.
(Con información de EFE)
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