Los grandes magnates de Silicon Valley, ese planeta tecnológico de donde proviene Facebook, Apple, Yahoo, Ebay, Intel u Oracle, se reunirán este miércoles con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump en la Trump Tower ubicada en Manhattan.
Este encuentro será el primer acercamiento de los tecnológico con algún gobierno de EU, sin embargo a opinión de ellos, preferirían hacerlo con la demócrata Hillary Clinton, a quien apoyaban casi de forma unánime durante la pasada campaña presidencial, no obstante, aceptaron la invitación del magnate para abordar temas importantes sobre la industria de las comunicaciones.
La idea de la reunión es intentar acercar posturas con el republicano, quien, en varias ocasiones, ha hecho declaraciones sobre la restricción de la migración y una mayor regulación de Internet (muy en contra a la ideología empresarial californiana).
Larry Page, CEO de Alphabet (matriz de Google) acudirá junto a principales dirigentes como Jeff Bezos (Amazon), Tim Cook (Apple), Elon Musk (Tesla Motors) y Sheryl Sandberg (segunda de Facebook).
El evento ha sido organizado por el yerno del presidente electo, Jared Kushner, el jefe de Gabinete Reince Priebus y Peter Thiel, el único de la industria tecnológica que ha mostrado públicamente su apoyo a Donald Trump.
Según fuentes cercanas a Trump, la reunión será introductoria y no saldrán acuerdos concretos ni anuncios de inversiones. El tema principal de la conversación, según el diario The New York Times, será el empleo, pues el nuevo mandatario persigue la idea que de estas firmas que normalmente cuentan con pocos empleados se conviertan en una fuente de empleo en otras zonas del país. "Será un gran logro para mí cuando consiga que Apple construya una planta grande en EU, o muchas de ellas", dijo Trump el pasado mes de noviembre.
En tanto, los ejecutivos de Silicon Valley buscan dialogar sobre la vigilancia de la Red por parte del gobierno, los sistemas de encriptación y la exportación de la producción a otros países, ya que Trump criticó a Apple por fabricar sus iPhones en China y no revelar al gobierno federal cómo penetrar en su tecnología de encriptación.
(Con información de El País)
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