Apenas han pasado tres meses del fallecimiento de su fundador y líder indiscutible, Hugh Hefner, pero al parecer la revista Playboy, el gran icono que revolucionó el mercado erótico, la cultura popular y la percepción moderna del sexo en el siglo XX, podría estar en el último año de su existencia como medio impreso, si bien prevalecería como marca comercial.
Los dueños del grupo de medios que edita Playboy se disponen a acabar este año con la edición impresa de la revista para adultos, y en su lugar solamente explotarían la icónica marca del conejito, mucho más rentable, en casinos y clubes de todo el mundo.
“No estoy seguro que el papel sea la mejor vía para comunicarnos con nuestros consumidores de aquí en adelante”, dijo Ben Kohn en una entrevista con The Wall Street Journal; el accionista de referencia en la compañía que edita Playboy asegura que la marca y su legado son mucho más grandes que la revista. La afirmación no es casual, la circulación de la publicación en efecto va en declive.
Playboy fue fundada por Hefner en 1953; en solo dos décadas creció hasta lograr 7.2 millones de copias vendidas. Para los 90, la irrupción de Internet castigó a la revista erótica líder que a comienzos del decenio vendía 2.5 millones de ejemplares de la imprenta. Ahora ronda las 474 mil copias, pero produce también contenido para televisión y genera ingresos con la licencia de su icónico logo.
“Históricamente se justificaban las pérdidas que generaba la revista por su valor de mercado, pero llegó el momento de pensar de otra manera”, dijo Kohn que es un gestor de fondos que salió al rescate de Playboy hace justo siete años, con una inversión de 207 millones de dólares. Hefner tenía entonces 84 años y FriendFinder Networks, dueña de la rival Penthouse, también hizo una oferta por la compañía.
La idea era usar ese dinero para la expansión internacional de la marca, una de las más reconocidas del mundo. Hefner pactó también que la revista seguiría publicándose mientras siguiera vivo. pero su reciente muerte a los 91 años, abrió así la vía para desmantelar un negocio que hace tiempo dejó de ser rentable para el grupo. Kohn, además, tiene un año de plazo para hacerse con la participación del 35% del fundador.
“La idea es utilizar 2018 para hacer una transición de una compañía de medios a una que gestione una marca”, explica al presentar su estrategia para lo que denomina el “Mundo de Playboy”. Busca poner el nombre de Playboy en clubes y casinos por todo el mundo, y trasladar a Las Vegas la sede desde donde se dirigirán las operaciones, en lugar de la legendaria mansión en Beverly Hills.
El fin de la revista no es, por tanto, una sorpresa. A los pocos días de fallecer Hefner el pasado septiembre, ya empezó a hablarse en Los Ángeles de que la publicación tenía los días contados. Pero para hacerse con el control total de la sociedad, Kohn deberá negociar antes con los herederos del magnate.
Playboy renunció hace dos años al desnudo completo en las páginas de la revista, pero Cooper Hefner, hijo del creador, consideró que esa decisión fue un error, y la pasada primavera optó por volver a las raíces y reclamar así su identidad. En cambio, sí dejó caer del cabezal de la revista la mención “Entretenimiento para hombres”, buscando conectar con los lectores de su generación.
(Con información de El País)
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