Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, eximió a su país de cualquier intervención en el traslado de Ismael Zambada, el Mayo, hacia Nuevo México, y dijo que el jefe delictivo fue llevado contra su voluntad. También consideró que su detención es “una victoria grande para ambos países”.
En su conferencia de prensa de este viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionado sobre lo ocurrido con la detención del Mayo Zambada, dijo que las autoridades estadounidenses “no han entregado la información suficiente”, sino una “muy elemental, muy general”, de que llegó un avión clonado a El Paso porque tenían un acuerdo con Joaquín Guzmán López, pero que con él también arribó Zambada.
El tabasqueño preguntó: “¿Qué pasó con el piloto?, ¿qué hicieron con el piloto?, ¿quién era? Y, desde luego, ¿qué saben de dónde salió el avión?” (debe añadirse que sobre varios de esos puntos Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, difundió desinformación desde la misma tribuna presidencial).
“Queremos saber más sobre la negociación, si fue un acuerdo o cómo llegó a declarar el abogado del señor Zambada que lo habían detenido. Entonces, saber bien todo esto. Vamos a esperar”, dijo el presidente mexicano.
Así, “necesitamos informarle al pueblo qué pasó, cómo es que se van dos personajes famosos en un avión y llegan allá a Texas, y no sabemos nada los mexicanos o muy poco”.
Horas más tarde el embajador estadounidense fue cuestionado en una conferencia de prensa sobre el tema e incluso publicó un comunicado al respecto. En lo referente a Guzmán López, vástago de Joaquín Guzmán López, el Chapo, dijo que se entregó de manera voluntaria a las autoridades de su país, mientras que la evidencia con la que cuentan hasta ahora indica que el Mayo Zambada fue trasladado contra su voluntad.
Acerca del piloto y el avión, aspectos sobre los cuales manifestó su interés el tabasqueño, Salazar afirmó, categóricamente, que en el viaje no se utilizaron recursos de su país: “No fue nuestro avión ni nuestro piloto ni nuestra gente”. Del piloto, afirmó que no era estadounidense ni empleado ni contratado por su gobierno, pero no dio mayores detalles al respecto.
A la pregunta del lugar de donde salió el avión, Salazar respondió que a las autoridades de Estados Unidos no les fue presentado ningún plan de vuelo, pero que entienden que partió de Sinaloa y aterrizó en Santa Teresa, Nuevo México (no llegó a Texas, como sigue diciendo López Obrador, ni salió de Sonora, como dijo en un principio su secretaría Rodríguez).
Salazar dijo que la detención de Guzmán López y de Zambada significa “una victoria grande para ambos países”, y que fue “resultado de un trabajo muy definido y basado en los principios del respeto a nuestras soberanías y que hacemos este trabajo como socios”.
El diplomático estadounidense mencionó casos de otros narcos detenidos, como Rafael Caro Quintero y Ovidio Guzmán, y destacó que “la cooperación como socios entre nuestros países nos han permitido asestar estos golpes certeros y otros más”. Pero no explicó cuál cooperación hubo en las detenciones de Zambada y Guzmán López, que es el caso que comentaba.
Así, los gobiernos de México y Estados Unidos aún tienen mucho que explicar sobre este caso.
