En temporada de destazar e inutilizar instituciones del Estado mexicano, ahora los diputados oficialistas se fueron hasta contra el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), uno de los proyectos más emblemáticos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya desaparición aprobaron para que el IMSS-Bienestar se haga cargo de la atención médica para personas que carecen de seguridad social.
Por 267 votos a favor, 222 en contra y sólo una abstención de los diputados federales, fue aprobada la reforma la Ley General de Salud para desaparecer el Insabi y trasladar sus funciones y recursos al IMSS-Bienestar para la atención de salud y medicamentos de las personas que carecen de seguridad social.
Emmanuel Reyes Carmona, presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, fue quien presentó la iniciativa de reforma a la Ley General de Salud para que el Insabi sea sustituido por el IMSS-Bienestar para que se haga cargo de los servicios de salud y medicamentos gratuitos para las personas sin seguridad social, lo que hará en colaboración con la Secretaría de Salud.
Al presentar la iniciativa, el diputado Reyes Carmona explicó que el Insabi desaparece, pero sus funciones serán integradas en el IMSS-Bienestar para que de esa forma “sea un solo organismo descentralizado el operador de la federación para la prestación de los servicios de salud en concurrencia. Se fortalece la rectoría de la Secretaría de Salud, especialmente en materia de salud pública con la creación del Servicio Nacional de Salud Pública”.
En el proyecto presentado por Reyes Carmona se lee: “El organismo público descentralizado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar) es la institución de salud del Estado mexicano encargada de la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados para las personas sin seguridad social”.
En ese adiós al Insabi también son derogados los artículos referentes a la designación de la Junta de Gobierno y director del Insabi, además de que se establece que la Secretaría de Salud será la encargada de liquidar al instituto, cuyo patrimonio y el Fondo de Salud para el Bienestar serán trasladados al IMSS-Bienestar.
De acuerdo con la iniciativa, el gobierno federal deberá destinar los recursos para que el IMSS-Bienestar preste gratuitamente los servicios de salud y medicamentos, además de para personal, equipamiento e infraestructura. Asimismo, se prohíbe el cobro de cuotas por esos servicios.
Morena consideró a la iniciativa de desaparición del Insabi como de urgente y obvia resolución, por lo que dispensó trámites para someterla a votación, aunque las bancadas del PAN y de Movimiento Ciudadano intentaron presentar mociones suspensivas, las que fueron rechazadas por la mayoría oficialista.
Ahora el dictamen pasa al Senado de la República.
El Insabi fue uno de los programas sociales estelares del presidente López Obrador, con el que pretendió sustituir el Seguro Popular, con resultados muy pobres. Fue una promesa de su campaña en pos de la Presidencia de la República dirigida a las personas que carecen de seguridad social laboral.
Al presentar el programa en enero de 2020, López Obrador y Juan Ferrer, director del Insabi, se comprometieron a que en un año estarían implementados los pilares de esa reforma, entre los que estaban el abasto y la distribución de medicamentos, suficiente personal médico y la construcción y mantenimiento de los establecimientos de salud. Evidentemente, ni siquiera tres años después se han logrado.
El 19 de diciembre de 2019, al tomar protesta a los integrantes de la Junta de Gobierno del Instituto de Salud para el Bienestar, López Obrador dijo: “Tenemos que mejorar el sistema de sistema de salud con atención especial a los que no cuentan con seguridad social, a la población más abandonada, más pobre”.
Ante esos objetivos, hoy se puede decir que el Insabi ni fue instituto ni de salud ni para el bienestar.
