En una carta dirigida a Claudia Sheinbaum, juzgadores egresados del Instituto de la Judicatura Federal le hicieron un llamado a la razón, a no destruir instituciones ni personas, y le expresaron categóricamente su rechazo a la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros.
En la misiva, firmada por 43 jueces de Distrito y magistrados de Circuito, egresados de la especialidad en Administración de Justicia en Juzgados de Distrito, del Instituto de la Judicatura Federal, generación 2011-2012, le recordaron a Sheinbaum los esfuerzos por la profesionalización del Poder Judicial de la Federación.
Así, esos juzgadores indicaron que en las tres últimas décadas el Poder Judicial ha hecho “una gran inversión en formar profesionales al servicio de México, no solamente económica sino en investigaciones, desarrollo de planes de estudio, programas académicos y en sensibilización y conocimiento de la problemática nacional, a partir de una visión interdisciplinaria de la protección de los derechos humanos”.
Eso será hecho a un lado si se acepta la elección directa de jueces y magistrados, y enfatizaron: “El voto popular no está dirigido a favorecer las cualidades derivadas de la formación social y profesional del juzgador. El voto popular es fuente y producto de la actividad política, que no nos corresponde realizar”.
En su documento, los juzgadores mencionan que hace tres años ya se hizo una reforma constitucional al Poder Judicial que dio origen a la Ley de Carrera Judicial, con lo cual se confirmó la eficacia del método para nombrar funcionarios y juzgadores. Por ello recriminan que ahora se tome una postura en sentido contrario.
También rechazaron la generalización de las acusaciones de corrupción contra quienes forman parte del Poder Judicial: “Se dice que todo el Poder Judicial es corrupto y se arreglará con la reforma. Nuestra vocación nos ha enseñado que actuar con justicia pasa por no generalizar, dar razones que sustenten nuestros dichos, apoyarnos en pruebas, no basarnos en prejuicios y, menos aún, actuar motivados por animadversión.
“Por ello, no podemos aceptar que se atribuya corrupción generalizada sin haber discutido los argumentos y fundamentos de las sentencias dictadas durante nuestra función, no haber señalado concretamente qué prueba sustenta ese dicho”.
También en ese sentido, exigen la sanción contra los malos juzgadores, pero también aclaran que no todos pueden ser condenados por la conducta de unos cuantos.
Sobre los dos temas arriba mencionados, apuntan los juzgadores: “No vemos, señora Presidenta, qué relación existe entre elegir juzgadores por voto y resolver un problema de corrupción; si así fuera no existiría ese mal en otras esferas del Poder Público y hemos visto que no es así”.
Asimismo, repudiaron la politización del Poder Judicial Federal: le aclararon a la morenista que éste ha resuelto a favor y en contra de gobiernos de todos los partidos, y que no es su papel favorecer o rechazar una causa política, y advirtieron en ese sentido: “Si en ello se ve la virtud de una reforma como la propuesta, no habría entonces equilibrio de poderes, sino en la prevalencia de uno solo”. Y añadieron: “El Poder Judicial no califica un buen o un mal gobierno, no es esa su función ni deben interpretarse de ese modo sus sentencias”.
“Presidenta, los juzgadores no somos políticos, no competimos en la arena política, menos aun si hemos sido señalados frecuentemente por no haber resuelto en el sentido que una de las partes pretendió, sin la posibilidad de rebatir en igualdad de condiciones esas críticas”, continuaron.
Indicaron que, para instaurar un gobierno no se debe destruir, sino construir; perfeccionar, no erosionar a las instituciones de la República.
Remataron: “Por todo ello hacemos un llamado a la razón, a no destruir instituciones y personas, no a quienes por ejercer la función que la Constitución les impone, se les persiga y pretenda destituir”.
