Seis importantes asociaciones de juzgadores manifestaron su rechazo a la iniciativa de reforma del Poder Judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador, llamaron a enfrentar la amenaza de acabar con su independencia y a detener la destrucción del freno al poder absoluto. Descalificaron los diálogos que se realizan sobre el tema.
En el marco del Día de los Abogados, las asociaciones Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, Mexicana de Mujeres Juezas y Magistradas, Mexicana de Juzgadoras, Justicia Independiente y Todos Somos Garantes de la Constitución, además del Colegio de Secretarios y Actuarios de la Judicatura Federal, presentaron un pronunciamiento contra la reforma judicial del tabasqueño.
Los juzgadores enfatizaron en que han servido “digna y honrosamente a México”, y se dijeron “orgullosos de nuestro trabajo como defensores de los derechos humanos”, mientras que señalaron que en los últimos seis años han sido sometidos a calumnias, amenazas e intimidaciones “mediante un continuo discurso público de agresión verbal y odio”.
En un marco en el que dicen que son “perseguidos, exhibidos y presionados”, además de que podrían perder su trabajo y su vida profesional, “levantan su voz” en contra de la reforma actualmente en discusión.
En ese sentido, los juzgadores declararon falsas partes clave del discurso del gobierno y del oficialismo en su contra: que son corruptos y conservadores, que liberan delincuentes, que tengan vínculos con las élites financieras, que son una burocracia dorada, que sean responsables de problemas que van desde las desigualdades hasta el crimen organizado, así como que la elección popular de jueces solucione los problemas de la justicia.
Dejaron en claro qué es lo que consideran que se busca con la reforma judicial: “Lo que realmente se pretende es destruir a la única institución pública que ha frenado la instauración del PODER POLÍTICO ABSOLUTO”.
Al respecto, dijeron que la reforma judicial pretende que los jueces se sometan a los intereses de la política, lo que elimina la división de Poderes y desmantela “el brazo más sólido y vigoroso del Estado Constitucional cuyo objeto y condición prohíbe concentrar el poder”.
Así, expresaron que su trabajo es, por el contrario, “controlar el poder arbitrario que se ejerce fuera de la ley y ese es el motivo principal para tratar de desaparecer al Poder Judicial Federal”.
Rechazaron cualquier intención de compartir el poder político, y manifestaron que su poder es “interpretar leyes, condenar delincuentes cuando existe debido proceso y pruebas”, además de que no defienden ideologías. Y aclararon: “Nosotros no rendimos pleitesía al Ejecutivo ni al Legislativo: somos su contrapeso”.
Asimismo, los juzgadores manifestaron que “somos un poder que defiende a las personas frente al poder mismo del Estado Mexicano, porque la Constitución así los establece y demanda”. A ello añadieron su función incomoda, por lo que falsamente se les acusa de ser “un poder corrupto”.
“Sin temor a equivocarnos, este poder judicial es el mejor que ha tenido México en su historia”, expresaron, lo que remataron con un mensaje muy directo: “Las personas juzgadoras llegamos al cargo con años de experiencia en puestos primarios y mandos medios, con horarios y cargas de trabajo extenuentaes”.
Su juicio sobre los Diálogos Nacionales para la Reforma del Poder Judicial, que actualmente se realizan en diversas ciudades del país, es lapidario, ya que los consideran como “una estrategia dilatoria con la finalidad de frenar la protesta de todos los integrantes del Poder Judicial”.
