El presidente López Obrador insiste en la narrativa nacionalista, la de salvemos a la Comisión Federal de Electricidad de los perversos intereses privados y extranjeros. La decisión presidencial camina por tres frentes distintos: la Corte, el Congreso y la regulación.
En la Suprema Corte de Justicia esta semana veremos la decisión clave de si la Ley de la Industria Eléctrica de 2021, enviada por el presidente López Obrador, es constitucional.
EN LA CORTE, LA TREMENDA MINISTRA
Hay controversias constitucionales por parte de la Comisión Federal de Electricidad, de opositores del Senado y del gobierno de Colima.
En la Corte, el proyecto lo trae Loretta Ortiz, otrora legisladora de Morena conocida por su oposición a la ley eléctrica de “periodos neoliberales”.
Los tres proyectos diseñados por la ministra Ortiz Ahlf le dan la razón a la ley enviada por AMLO. Sí consideran a la ley de 2021 como constitucional (faltaba más). En los tres se argumenta un interés público sobre los intereses privados. Dicha ley de la 4T impondría dos condiciones:
1.- El despacho eléctrico (Cenace, el Centro Nacional de Control de Energía) deberá comprar la electricidad, antes que a ningún productor, a la Comisión Federal de Electricidad. Aquí se elimina la compra de otros generadores que la den más barata y limpia.
2.- La CFE podrá participar en los Certificados de Energías Limpias (los CEL) sólo con sus hidroeléctricas, sin invertir en energías renovables. Es un golpe al incentivo a energías limpias privadas, eólicas y solares.
En la Corte, sólo se necesitan cuatro votos de ministros.
CONGRESO PARA HACERLA CONSTITUCIONAL
La segunda vía para aprobar la reforma eléctrica es el Congreso. AMLO envío una reforma constitucional. Pero no se tienen los votos. Aun con los votos de Morena y aliados, se necesitan 55 votos, y por más que el presidente López Obrador ha coqueteado con el PRI, el tricolor no ha escuchado los cantos de sirenas… porque no los cree. Esto se votaría en unos días que echaron a perder el asueto de Semana Santa, entre el lunes 11 y el miércoles 13 de abril.
Y la tercera vía es la de los hechos regulatorios. La CRE hace la vida imposible a los generadores privados.
WASHINGTON Y EL RIESGO DEL T-MEC
El gran riesgo es Estados Unidos. Vino nada menos que John Kerry, el encargado del cambio climático del presidente Joe Biden, y se reunió con el presidente López Obrador. Kerry le pidió crear un grupo de trabajo binacional para revisar la reforma. A Kerry lo acompañaron nueve empresas (AES, Sempra Energy, General Motors México, Ford, Talos, Blackstone, New Fortress Energy, Invenergy y Johnson Controls).
El presidente López Obrador contestó que él no se comprometió a nada. Así que hay tambores de guerra con nuestro principal socio comercial, a quien le exportamos 80% de nuestras ventas externas, el que mantiene el motor de crecimiento para la economía mexicana. Sí, con EU nos vamos a pelear en el T-MEC…y no saldremos bien librados.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 04 de abril de 2022. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
