Buen economista, conocedor de la importancia de las finanzas públicas sanas, con experiencia internacional, Arturo Herrera enfrenta el principal reto de su vida profesional: cómo poner diques a la 4T.
Es buen negociador. Lo mostró con Alfonso Romo y la banca de desarrollo. Sin embargo, las propuestas y condicionamientos de la 4T lo están rebasando.
Ejemplos sobran. Una iniciativa de afores incierta, propuesta por el Presidente López Obrador. O puede tomar un camino hacia una crisis financiera o bien, podría incrementar el monto de pensión de los trabajadores. Hacienda mantiene silencio.
La reciente iniciativa de bajar el IVA de 16% a 10% del senador Eduardo Ramírez, con el riesgo de reducir los mermados ingresos públicos. Hacienda guarda silencio.
La enorme falta de un plan contracíclico, donde el mismo Arturo Herrera había hablado de plan A, B, C, y a la fecha la economía mexicana se encamina hacia la más tortuosa recuperación. Hacienda se mantiene callada.
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LOS HACENDARIOS FRENTE A PRESIDENTES
En la historia económica, los secretarios de Hacienda dejan su sello, incluso con presidentes fuertes o difíciles. Desde Pedro Aspe con Carlos Salinas hasta Guillermo Ortiz o Gurría con Zedillo en plena crisis. Cómo no recordar cuando Francisco Gil lograba frenar la andanada de gasto que quería todo mundo con Fox. Ya ni se diga de los secretarios de Calderón, desde Agustín Carstens, pasando por Ernesto Cordero o el mismo José Antonio Meade, donde tampoco era fácil pararse frente a un Presidente que sabía de temas económicos. Los secretarios de Hacienda suelen ser el dique, ponen posturas, generan confianza. Así fue la confianza transexenal que generó Meade entre los sexenios de Calderón y Peña Nieto. Imponen sello, con fallas y aciertos, como Luis Videgaray con Peña. Suelen ser técnicos, como José Antonio González Anaya para cerrar el sexenio y dar el traspaso ordenado a la administración de López Obrador. Los secretarios de Hacienda son la última frontera que no se puede pasar.
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URZÚA TUVO QUE HACERLO
Herrera, al quedarse callado ante tantas iniciativas, pronunciamientos, y propuestas, que ponen en riesgo las finanzas o la recuperación, deja de ser positivo. Y conste que sale a entrevistas y es elocuente. No basta.
El secretario de Hacienda tendrá que decidir cómo poner sus barreras. A Carlos Urzúa le costó el puesto con López Obrador, pero rechazó el uso de Reservas, enfrentó iniciativas de comisiones bancarias y alertó de posible tráfico de influencias en el gabinete. ¿Herrera hasta dónde querrá o podrá llegar?
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HISTÓRICA CAÍDA DE LA INDUSTRIA, TORTUOSA RECUPERACIÓN
La actividad industrial cayó -25.1% en abril, a niveles no vistos. Superó el mínimo de octubre de 1995, el de la crisis del error de diciembre. La construcción se derrumbó -32.8 por ciento. La manufactura cayó -30.5 por ciento. La minería bajó -5.6% y la generación eléctrica un descenso de -1.1 por ciento. En lo dicho: el tejido empresarial quedó lastimado, y sin apoyos contracíclicos, la recuperación va a ser muy tardada. Va por la U o…¿la L?
Este artículo fue publicado en Excélsior el 12 de junio de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
