“Aves de presa” tiene los ingredientes suficientes para satisfacer a los fanáticos del cómic y entretener al gran público (entretener, sí, la cinta no tiene mayores pretensiones).
La historia es narrada por Harley Quinn, personaje que nació hace casi 28 años en la serie animada de “Batman” y, en septiembre de 1993, en los cómics del encapotado como una más de sus rivales (muy por arriba de Hiedra Venenosa pero abajo de Gatúbela). Este dato es central para comprender desvaríos, decepciones y el intento de ella y sus amigas por actuar libres a pesar de la cultura imperante en la que hasta el mismo villano es más inteligente y sagaz que ellas.
Harley Quinn, creada por Paul Dini y Bruce Timm, es estelarizada por Margot Robbie (también productora del filme distribuido por la Warner Bros, en este universo alternativo de DC). Creo que tiene los suficientes elementos de explosión visual, situaciones absurdas, cómicas y aún escatológicas que comprende el personaje y las trampas en las que ha participado en dibujos animados y revistas; en todo caso, por esa patina feminista, Harley apenas muestra cierta sensualidad cuando esa es una de sus características principales desde 1992 hasta la fecha, incluso el aquelarre sexual que sostiene con Robin en la más reciente cinta animada la muestra con una energía erótica tremenda.
“Aves de presa” es la historia de un grupo de mujeres que logra acabar con un psicótico y narcisista villano al poner en juego toda su inteligencia y sagacidad, además de la disposición para trabajar juntas. Entre esa sencilla narrativa y el destino visual de cómic el resultado, aunque es previsible, resulta emocionante porque esas mujeres pudieron salvar la vida se una niña ladrona que tenía estómago de acero, por lo que el diamante que tenía en la barriga tardó más de lo que cualquiera hubiera imaginado.
Creo que una vez más, aunque tenga menos producciones DC, se encuentra muy superior a la demencial y confusa producción de Marvel.
