Como si fuera el remake de alguna vieja película o serie televisiva, la extradición de Carlos Ahumada puede ocasionar el regreso de los video escándalos que, hace 20 años, evidenciaron el financiamiento ilícito de campañas electorales y un esquema de fraude en la asignación de contratos públicos. La secuela tendrá los mismos personajes, alguna que otra novedad y material hasta ahora inédito, celosamente guardado por el empresario argentino, pero lo trascendente es que varios de los protagonistas de aquellas bochornosas escenas son hoy poderosos políticos de la 4T,
Se recordará que el 3 de marzo de 2004, en el programa que transmitía en Televisa Víctor Trujillo, Brozo, se dio a conocer el primer video en el que René Bejarano aparecía recibiendo fajos de billetes que depositaba en su portafolio. Cuando quedó lleno, metió otros en sus bolsillos, se retiraba del lugar y regresaba para guardarse también las ligas elásticas que estaban sobre la mesa. Conocido como el Señor de las Ligas a partir de ahí, había sido durante tres años el Secretario Particular del entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal e iniciaba su periodo como diputado y coordinador de la mayoría perredista en la Legislatura capitalina. El 10 de marzo se difundió otro video en el que Santiago Ponce, el Secretario de Finanzas del GDF, apostaba en un casino de Las Vegas. En días posteriores aparecieron a cuadro Carlos Imaz (jefe delegacional de Tlalpan) y Ramón Sosamontes (quien trabajó en la oficina del Jefe de Gobierno y fue cercano colaborador de Rosario Robles cuando ésta presidió al PRD nacional).
Aunque no aparecieron en las videograbaciones, desde el principio quedaron relacionadas con ellas Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador. La presidenta electa, quien entonces era Secretaria de Medio Ambiente del gobierno capitalino, era la esposa de Imaz y éste confesó que parte del dinero recibido fue para un viaje familiar a Europa.
En cuanto al involucramiento de López Obrador, se debe recordar que en el año 2000 el actual presidente compitió por la Jefatura del Gobierno capitalino, para lo que tuvo todo el respaldo de Rosario Robles. Esta confluencia política se proyectó dos años más tarde, cuando Robles recibió el apoyo de AMLO para ser presidenta nacional del PRD, campaña en la que contó con el financiamiento de Ahumada. Además de esta relación que se rompió cuando Robles tuvo que renunciar a la dirigencia del PRD, López Obrador era el jefe de Bejarano, a quien otorgó funciones de operador político al grado de postularlo para diputado y coordinador parlamentario. Como lo recuerda Ahumada en su Derecho de Réplica (Grijalbo, 2009, página 114), en uno de aquellos videos se oye decir a Bejarano, refiriéndose a AMLO: “… él bien sabe lo que hice, estaba implícito pues yo era su operador. Si nos caen un día, fui yo, no él”. Más aún, en una entrevista posterior abundó: “No soy el único en esto. Actué por petición expresa de algún personaje político”.
Otros actores de la trama también siguen en el candelero. En el libro citado, Ahumada menciona que financió las aspiraciones de Armando Quintero (alcalde saliente de Iztacalco y futuro funcionario del gobierno de Clara Brugada), Fátima Mena y Leticia Robles (exdelegadas en Tláhuac y Álvaro Obregón), Higinio Martínez (que entonces buscó la alcaldía de Texcoco y actualmente es senador), Horacio Duarte (actual Secretario de Gobierno del Estado de México) y Luis Sánchez (que en ese tiempo consiguió la presidencia municipal de Nezahualcóyotl); respaldó a Raúl Ojeda y a Gabino Cué, quienes contendieron por las gubernaturas de Tabasco y Oaxaca. Según el empresario, Octavio Romero (actual director de Pemex) era la persona que recogía los apoyos para Ojeda. El empresario se ha reservado la existencia de más videos y de más involucrados. El 23 de diciembre del año pasado mencionó a Thalía Lagunes (que hace 20 años era funcionaria de la Secretaría de Finanzas capitalina y actualmente es Oficial Mayor de la SHCP) y a Reyna Basilio (hoy ocupa el cargo de administración y finanzas de la Secretaría de Bienestar), amagando con que podría dar a conocer los nombres y videos de otros altos funcionarios de la 4T.
El esquema de corrupción del que fue parte Ahumada, en contubernio con malos servidores públicos, consistía en financiar las aspiraciones políticas de éstos a cambio de favores para que sus empresas obtuvieran contratos de obra pública. Aunque él justifica su participación diciendo que todos los políticos y muchos empresarios actúan así, tales conductas constituyen los delitos de financiamiento ilegal de partidos y candidatos, así como el de influyentismo por parte de gobernantes. Veremos en qué para esta nueva temporada de los video escándalos, si en sanciones para los infractores o en una reedición del “pacto de silencio”.
Cincelada: Sentencia del Tribunal Electoral confirma que AMLO desvió recursos públicos para apoyar ilegalmente la campaña de Sheinbaum. Como el Cid, el PRD sigue ganando batallas jurídicas.
