Mientras no resolvamos a grandes rasgos los problemas de seguridad en el país, todo esfuerzo por darle salida al tema migratorio será limitado y hasta frustrante.
El muy interesante plan de la Cepal no va a cumplir sus objetivos si no hay un trabajo integral, lo que obliga también a México y a EU.
El dinero ayuda, y mucho, pero es fundamental considerar que un factor en todo esto tiene que ver con el ámbito social. El gran reto es cómo revertir la gran descomposición social que existe en Honduras, Guatemala, El Salvador y México.
Con matices, los cuatros países tienen problemas similares. El sur de nuestro país es la zona con más adversidades, las cuales lo ubican desde hace tiempo, como la zona más pobre; a lo que se suma que el problema se haya ido agudizando aún más.
Las caravanas han permitido ver el tamaño del problema migratorio y también el de la pobreza. La solidaridad en muchas ciudades mexicanas es algo así como una solidaridad entre iguales. La ayuda que ofrece mucha gente tiene que ver con su sentido de la vida y con saber lo que es no tener; en algún sentido, es verse en su espejo cuando están con los migrantes.
Donald Trump sabe muy bien de qué lado cojeamos, lo que aprovecha con su habitual soberbia. Al día siguiente de la presentación del plan de la Cepal, lo primero que hizo fue lanzar tuits arremetiendo, una vez más. contra México. Desde acá lo que se lanzó fue un nuevo “amor y paz” y si no me peleo con Trump, menos me voy a pelear con Germán Martínez.
El desplante de Trump fue rudo. En medio de intentos serios y con convicción para darle otro tipo de salidas a la migración, no hace referencia alguna a la propuesta, no se da por aludido, siendo que el proyecto de la Cepal lo incluye, y se mete en los terrenos que conoce y domina, pasar por alto lo que no quiere atender, y agrede, lo cual, por lo general, le sale.
Si bien se podrían interpretar los tuits de Trump como parte de lo que acostumbra hacer, es importante revisar el contexto de los tiempos y escenarios políticos en EU. El proceso electoral todavía no comienza, pero tanto republicanos como demócratas ya se están moviendo. Un dato: en la lista para precandidatos a la presidencia, por parte de los demócratas, van más de 24 suspirantes.
México será de nuevo uno de los grandes temas en las elecciones del año que entra en EU. Lo que vimos en las pasadas puede ser poco, para lo que se puede venir.
Trump ha puesto en el imaginario colectivo estadounidense el tema migrante; nunca había estado como ahora. A pesar de que la migración mexicana ha disminuido de manera notable, el presidente de EU se ha encargado de colocar a nuestro país en el centro del problema, porque no frena la migración centroamericana.
Otro factor que termina por influir y pesar es la sistemática referencia de Trump a la construcción del muro. Es un discurso con tintes claramente electorales y de consumo interno. Para Trump la frontera sur de EU ya no es sólo México, ahora incluye a Centroamérica, a la que ve como un todo.
El presidente requiere del tema migrante, meterlo en su mirada maniquea para que le ayude a volver a ganar. Desde fuera pudiera dar la impresión que su popularidad es desigual; sin embargo, no es así. Buena parte de los estadounidenses comparten con Trump su forma de ver las cosas y cómo gobierna.
México va a ser tema central en los debates políticos por venir en EU. En medio de lo que en muchos casos serán generalizaciones hay que apurar, entre otras cosas, el proyecto con la Cepal.
Y entender que la mejor manera de atender la migración es atacar la impunidad, la pobreza y la injusticia en Centroamérica y aquí mero.
RESQUICIOS.
Llega Zoé Robledo al IMSS. Había hecho bien las cosas en Segob, pero ya saben quién decidió moverlo. El reto es mayúsculo por la situación del instituto y porque no hay manera de que no atienda la carta-diagnóstico del cerca de volver a ser senador Germán Martínez.
Este artículo fue publicado en La Razón el 23 de mayo de 2019, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.
