La reunión entre presidentes latinoamericanos y caribeños en Palacio Nacional, el sábado, mostró que dentro del nuevo organismo, la Celac, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, hay de todo menos unidad. Uruguay y Paraguay estuvieron en total desacuerdo en apoyar a los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, acusados de violar derechos humanos, de no permitir la participación de oposición y libertades ciudadanas.
Y la propuesta del presidente López Obrador y del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, de sustituir a la OEA por la Celac no pudo concretarse.
Sin embargo hubo una propuesta interesante, la de la Cepal, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que, en voz de su secretaria general, Alicia Bárcena, se trata de un plan de inversión para Centroamérica y el sur de México. Y, obvio, se trata de atacar de raíz el problema de la migración para crear puestos de trabajo, bien remunerados a las poblaciones locales.
El único problema de este Plan de Desarrollo Integral, o Plan Marshall para Centroamérica, son los recursos. La Cepal presentó un plan de 114 programas con inversión en infraestructura, creación de mercado interno y comercio entre la región. Pero para llevarlo adelante se necesitarían 45 mil millones de dólares… ¿y sin el apoyo financiero de Estados Unidos?
Estados Unidos no ha querido sumarse a las propuestas mexicanas para reactivar Honduras, El Salvador y Guatemala, así como el sur de nuestro país. Ahí el presidente López Obrador ha insistido, una y otra vez, en su plan de reforestación Sembrando Vida, así como en su plan de becas a jóvenes Construyendo el Futuro. Ninguno de esos programas es avalado por la administración estadunidense de Joe Biden: consideran que Sembrando Vida deforesta la flora nativa y que Construyendo el Futuro se queda en un plan de becas sin reinserción laboral al mercado formal de trabajo.
El plan cepalino es interesante. Trae el impulso de infraestructura (como el proyecto postergado del Istmo de Tehuantepec). Pero sin recursos, se quedará en eso, en una propuesta interesante.
HACIENDA Y, ¿A DÓNDE VAN LOS 7 MIL MDD?
El otro misterio de la semana ha sido el de Rogelio Ramírez de la O, el secretario de Hacienda. El balance del Banco de México indica que la Secretaría de Hacienda ya le compró al banco central siete mil millones de dólares.
Y sobre el destino de esos siete mil millones de dólares Hacienda ha hecho mutis. No ha dicho ni una sola palabra. Y comenzaron las especulaciones: ¿será para reducir la deuda soberana… o para la deuda de Pemex que es un barril sin fondo?
Ya hay hasta quien duda que sean recursos para reducir deuda, sino más bien para fortalecer el presupuesto, lo cual traería otras connotaciones: usar el dinero del Fondo Monetario Internacional para gasto corriente. El silencio hacendario no abona nada en el debate público.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 20 de septiembre de 2021. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
