Claudia Sheinbaum hace bien. Privilegia la salud frente a la economía. ¡Imagínese! Una Ciudad de México, con más 8.5 millones de habitantes, que llega a tener 21 millones de habitantes contando la zona conurbada, de seguir la cadena de contagio multiplicándose, se convertiría en una catástrofe sin precedentes. Llevaría a cerrar, todavía más, la economía.
CUBREBOCAS SÍ Y PRUEBAS TAMBIÉN
La jefa de Gobierno capitalino, se separó, de plano, de las recomendaciones de Hugo López-Gatell, el subsecretario de Prevención de Salud. López-Gatell ha tenido sus dudas sobre los cubrebocas. Y Sheinbaum le presentó el último estudio de nuestro Premio Nobel de Medicina, Mario Molina (el estudio se llama Identificando la transmisión atmosférica como ruta dominante para la propagación del covid-19). El hallazgo de Molina: El cubrebocas es indispensable, sí y sí funciona para evitar la propagación del aerosol que las personas emiten al hablar.
LA CIUDAD DE MÉXICO HACE BIEN EN EXIGIR EL CUBREBOCAS.
López-Gatell ha tenido dudas sobre las pruebas rápidas. Tiene un punto: las pruebas rápidas no son 100% certeras. Cierto. Pero son la mejor prevención posible para detectar casos asintomáticos y seguir su trazabilidad.
Ahí, otra vez, Sheinbaum hace bien en aplicar, diariamente, 2,700 pruebas rápidas en la Ciudad de México. Busca cortar cadenas de contagio.
La jefa de Gobierno capitalino eligió la ruta mejor … o la menos mala: posponer una semana más la transición a semáforo naranja. Nos quedamos en rojo. Primero la salud, luego la economía.
RESTAURANTES, CINES, CENTROS COMERCIALES, UN POCO MÁS DE ESPERA
Sabemos que la economía tampoco puede esperar mucho tiempo. Las actividades económicas se están derrumbando. Los establecimientos están quebrando. El desempleo crece.
Ante ello, Sheinbaum ha preferido mantener un diálogo con los sectores económicos.
Por ejemplo, los restauranteros (Canirac, presidida por Fernando Fernández) piden a gritos abrir los establecimientos al 30% con sana distancia. Con los restauranteros se acordó posponer para agosto la celebración del Día del Padre.
Servicios distintos, que son claves en la Ciudad de México, quieren abrir. Alejandro Ramírez, presidente de Cinépolis, también pide un SOS para abrir los cines. Que en los cines se guardaría la sana distancia, no habría contacto físico, y que en las salas habría asientos vacíos para evitar contagios y se tendría aire acondicionado para hacer circular las partículas suspendidas. En la Ciudad de México todavía tendrán que esperar.
Quien sí ya pudo abrir fue la construcción, con todos los cuidados. Es una actividad que genera muchos empleos.
La producción de cerveza, la construcción, las tiendas de barrio son de las pocas actividades que ya abrieron.
Los grandes centros comerciales, restaurantes, hoteles, museos, y desde luego el Centro Histórico, todavía deberán esperar. La decisión de Sheinbaum es correcta. Está privilegiando la salud a la economía. Sólo que debe ir acompañada de instrumentos de ayuda fiscal o económica para los sectores que generan empleos, si no, la crisis de desempleo será muy fuerte en la Ciudad de México.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 22 de junio de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
