Todo indica que, como se vio a lo largo de varios meses en las encuestas, Morena podría terminar arrasando en las elecciones; al final terminó ganando todo lo que podía y tenía que ganar. Su triunfo es contundente e inobjetable.
Habrá tiempo para explicarse el porqué de un resultado tan contundente. Sin embargo, desde ahora se puede saber que mucho de lo que pasó ayer no es producto de un día; es resultado de años de gobiernos corruptos, desiguales y confusos, los cuales no ofrecieron alternativas contra el actual estado de las cosas.
Al no ofrecer alternativas reales en temas cruciales y lacerantes, como corrupción, impunidad e inseguridad, los ciudadanos optaron por Morena como camino de salida. Se trataba de sacar a quienes hoy gobiernan, y han gobernado a como dé lugar; el voto y Morena resultaron ser uno de los antídotos para ello.
López Obrador fue paciente y supo canalizar el hartazgo, pero no fue sólo eso. A lo largo de estos 18 años supo entender lo que la gente piensa y siente. Han sido muchos años de aprendizaje y en esta etapa hizo lo que en anteriores ocasiones no había hecho.
Realizó singulares alianzas, se allegó de personajes de toda índole y se dedicó a sumar, sin ton ni son. Habrá que ver ahora cómo logra manejar en su gobierno a personajes tan disímbolos y de posiciones abiertamente encontradas. Habrá que ver si las alianzas que hizo no le pasan a restar, más que a sumar.
La pregunta que muchos nos hacíamos no era si iba a ganar, lo cual era evidente que estaba a su mano; más bien la duda estaba en si los aparatos de gobierno, la maquinaria, le iba a permitir ganar y, sobre todo, llegar a la Presidencia.
No dudamos que estuvo rondando la tentación de hacerlo, pero haberlo hecho era algo cercano a un suicido. No había manera de frenar la ola pro López Obrador, es un movimiento que es al mismo tiempo AMLO a lo que se suma la esperanza de que alguien cambie el estado de las cosas.
El virtual presidente de México es la manifestación de la esperanza de mucha gente para que cambie el estado de las cosas. El tabasqueño ganó formalmente las elecciones ayer, pero en todos los sentidos lo hizo desde hace un buen tiempo.
Se dedicó a ver cómo se iba presentando la descomposición y el desgaste de un régimen, que al final termino sin rumbo y sin brújula en medio del escándalo.
Ayer varias cosas quedaron claras. Una de las más importantes fue que nuestro país adquirió el grado de madurez en su democracia. La forma en que reaccionaron los derrotados y el desarrollo del proceso, particularmente ayer, mostraron una cara hasta ahora un cuanto tanto desconocida.
López Obrador no es exactamente lo que se conoce como izquierda. Sin embargo el mundo ya lo define como de izquierda.
¿Qué viene? Es definitivamente un enigma, pero ayer la sociedad lanzó su ya basta.
RESQUICIOS.
Así nos lo dijeron el viernes:
CARLOS HEREDIA. CIDE.
La POLÍTICA MIGRATORIA de TRUMP sigue siendo la misma desde que llegó a la CASA BLANCA. A partir de abril de 2018 ha lanzado una nueva propuesta que establece que quien entre a EUA va ser detenido y deportado de inmediato; TOLERANCIA CERO.
A esto se suma la separación de los NIÑOS de sus PADRES internándolos en CENTRO de RECLUSIÓN, en muchos casos en JAULAS. La reacción nacional, que incluye la de la esposa de TRUMP, e internacional, obligó al PRESIDENTE a cambiar su estrategia.
Quienes llegan a las puertas de EUA ya no son los MIGRANTES TRADICIONALES; ahora son personas que HUYEN de sus PAÍSES por la VIOLENCIA y la PERSECUSIÓN. Las cosas han cambiado; los MIGRANTES ya no se dirigen a EUA sólo por razones económicas, ahora lo hacen sobre todo para SOBREVIVIR.
Quien gane las ELECCIONES en MÉXICO debe entender que con TRUMP no se NEGOCIA, deberá buscar hablar con la opinión púbica, lo cual es, aunque no parezca, posible.
Este artículo fue publicado en La Razón el 2 de julio de 2018, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.
