Eso de llamar asesino al Ejército Mexicano

Compartir

El origen de la creencia de AMLO de que el Ejército Mexicano es asesino parece estar en una foto de su visita a Nueva York: el candidato presidencial de Morena sale de un recinto acompañado de un abogado que busca condenar al Ejército Mexicano de crímenes de lesa humanidad.


Es Netzaí Sandoval, a quien la Corte Penal Internacional aceptó una denuncia contra el expresidente Felipe Calderón y las Fuerzas Armadas por “desapariciones forzadas, torturas, ejecuciones extrajudiciales o las amputaciones y decapitaciones”, durante la “guerra contra el narco”.


En una entrevista con el semanario Zeta, Sandoval dijo que también “sería posible acusar a Peña Nieto en la CPI como jefe supremo del Ejército Mexicano, institución que utiliza prácticas contrarias al derecho internacional, como tortura para forzar a personas a que se autoinculpen”.


No son gratuitos los señalamientos de criminales que AMLO ha hecho a las Fuerzas Armadas: al menos dos en menos de un mes. Más bien parecieran integrar una pauta. No son para nada errores suyos, pues un político de su experiencia es conocedor del prestigio de las Fuerzas Armadas entre la ciudadanía.


La raíz de la estrategia en contra de los militares se encuentra evidentemente en la guerra judicial encarnizada que declaró hace años Sandoval al Ejército Mexicano, sobre el cual cree que existen elementos para acusarlo en la CPI por el caso Iguala.


“En la posible denuncia contra Peña Nieto existen nuevos elementos como la práctica de la desaparición forzada ejercida por el Estado mexicano, en casos documentados como el de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, ocurrida en Iguala, Guerrero”, aseguró a Zeta.


Se entiende entonces la respuesta de AMLO en Nueva York, luego de las protestas en su contra por parte de Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa: “El reclamo debe ser a las Fuerzas Armadas, a quienes intervinieron en ese crimen”.


Y también cuando consideró asesinos a los miembros de la Secretaría de Marina que sacaron de circulación a 11 integrantes del Cártel de los Beltrán Leyva, el 9 de febrero pasado en Tepic: “Ya no queremos más masacres, ajusticiaron a seres humanos, eran jóvenes e incluso algunos menores de edad”.


Sin embargo, en la acción (en la cual cayó el H-2, capo del cártel) quedó absolutamente demostrado que sólo murieron integrantes del crimen organizado, jamás menores de edad. AMLO nunca se retractó de su declaración.


Ningún bien hará al candidato puntero considerar asesina a una de las instituciones más respetadas y de mayor arraigo popular en el país: las próximas encuestas registrarán sin duda una baja en sus preferencias, debido a esas críticas.


Y será responsabilidad de su abogado.



Este artículo fue publicado en La Razón el 17 de marzo de 2017, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.

Autor