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Nirvana se presentó en el Estadio José Amalfitani el 30 de octubre de 1992, en pleno auge de la banda, donde tocaron frente a 50.000 personas. Allí no entraba ni un alfiler, todos se encontraban a la expectativa de ver a una de las mejores bandas del momento. Pero antes de que comenzara el recital, sucedió algo que a los muchachos de Seattle no les gustó para nada, en especial a Kurt Cobain. Tan así, que incluso pensaron en cancelar el show.


Aunque finalmente Nirvana salió al escenario, hicieron todo de mala manera. Fueron descuidados y tocaron una lista de canciones que la mayoría del público desconocía, incluyendo varios temas inéditos para ese entonces.


Kurt Cobain compartió su experiencia una vez finalizado el show: "Cuando tocamos en Buenos Aires llevamos una banda de chicas de Portland llamada Calamity Jane para que sean teloneras. Cuando estaban tocando la gente comenzó a tirar monedas, tierra y rocas, todo lo que encontraban en sus bolsillos. Eventualmente, las chicas rompieron en llantos. Fue terrible, una de las peores cosas que había visto en mi vida. Fue mucho sexismo al mismo tiempo. Kris -Novoselic-, conociendo mi manera de pensar sobre estas cosas, intentó calmarme porque yo me negaba a salir a tocar. Pero terminamos pasándola bien, mofándonos de ellos -la audiencia-. Antes de cada canción tocábamos la intro de 'Smells Like Teen Spirit" y después parábamos. Ellos no se daban cuenta que era una forma de protesta a lo que habían hecho antes. Tocamos alrededor de 40 minutos y la mayoría de las canciones eran de Incesticide -disco que todavía no se había editado-, por lo que no reconocieron ninguna canción. Terminamos el show tocando la canción escondida "Endless, Nameless" que está al final de Nevermind, y como estábamos tan furiosos y enojados con toda esa situación, que esa canción y todo el set fue una de las mejores experiencias que me tocó vivir".


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