El malestar con las instituciones, que es producto de la corrupción, la violencia la inseguridad, la desigualdad, el déficit de Estado de derecho y la falta de crecimiento económico, ha provocado que los avances políticos del país no sean valorados, dijo José Woldenberg, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
Al participar en la mesa “La democracia hoy y mañana” dentro del Coloquio Democracia 2020, organizado por el Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España, Woldenberg señaló que la crisis de salud, un gran número de contagiados, hospitalizados y fallecidos, aunada a la crisis económica, con empresas que cierran y desempleo, ha generado una insatisfacción que “puede ir creciendo y que los nutrientes del desencanto pueden ser mayores”.
Así, consideró el exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral, “estas condiciones, instaladas en la sociedad mexicana, han sido el caldo de cultivo para que en nuestro país muchos de los avances que se dieron en los últimos años en materia política no sean valorados con suficiencia”.
Además, advirtió que “si hoy y ayer no existía un suficiente aprecio por los partidos, por los políticos, por los congresos y por los gobiernos, que son los sujetos y las instituciones de la democracia, es probable que en los años que tenemos enfrente ese aprecio sea incluso menor”.
“También creo que de ese caldo de cultivo, de una economía que no crece, de una sociedad irritada y de una política que no tiene suficientes puentes de comunicación con sus representados, pueda surgir realidades más ominosas que las que vivimos hoy”.
Ante ese panorama, comentó que para los jóvenes y algunos grupos sociales, “vivir ejerciendo libertades les parece algo natural, que está dado de una vez y para siempre, y no se comprende cabalmente que eso es una construcción social, que como toda construcción social puede fortalecerse, pero puede debilitarse o puede incluso desaparecer”. Por ello es necesario dedicarles una pedagogía democrática.
En su intervención, Rolando Cordera, profesor emérito de la Facultad de Economía de la UNAM, destacó la separación de la “democracia realmente existente” (lo que incluye al Congreso y a los partidos políticos) con la cuestión social, en la que se observa una pobreza masiva que se ubica cada vez más en las ciudades y ya no sólo en el campo.
Además, según Cordera, también hay un divorcio entre la democracia y la gestión económica del Estado y del país, pese a que, por mandato constitucional, el Estado debe ser rector de la economía nacional y atender los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Por su parte, Jacqueline Peschard, profesora de la FCPyS de la UNAM, comentó que hay erosión de la legitimidad de la democracia mexicana: “Hay malestar por la separación entre los políticos y sus promesas no cumplidas de tener una sociedad más libre, más justa y equitativa”.
Hizo una advertencia grave sobre la actualidad política del país: entre los gobernantes se mantiene la concentración en el poder personal, un afán por polarizar a la sociedad, desdibujar el pluralismo, desprestigiar a las instituciones independientes y un repudio por la mediación política.