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lunes 23 diciembre 2024

China y el coronavirus

por María Cristina Rosas

La República Popular China (RP China) es un país asiático con una población de 1 400 050 000 habitantes que equivale la quinta parte de la población mundial. Con un producto interno bruto (PIB) de 24. 2 billones (trillions) de dólares, es también la primera economía mundial y posee un ingreso per cápita de 17 206 dólares -medidos ambos en términos del poder adquisitivo. La RP China ocupa el 85° lugar en los índices de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con un desarrollo alto. Figura en el 28° lugar -en un listado de 141 países- en el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial correspondiente a 2020.[1] En el índice de libertad económica de la Fundación Heritage, la RP China se encuentra en la 103ª posición.[2] En el índice de percepción de la corrupción de Transparency International, el país asiático se ubicó en el 80° lugar entre 198 naciones en 2019.[3] En el índice de paz global de 2020, la RP China está en el 144° lugar en un listado de 163 países.[4] En el índice de seguridad en salud global está en el 51° lugar entre 195 países.[5]

Con una extensión territorial de 9 596 960 kilómetros cuadrados, la RP China es el cuarto país más grande del mundo, sólo superado por Rusia, Canadá y Estados Unidos. Tiene fronteras con 14 países, a saber: con Afganistán (76 kilómetros), Bután (470 kilómetros), Myanmar (2 185 kilómetros), India (3 380 kilómetros), Kazajstán (1 5 33 kilómetros), Corea del Norte (1 416 kilómetros), Kirguizistán (858 kilómetros), Laos (423 kilómetros), Mongolia (4 677 kilómetros), Nepal (1 236 kilómetros), Pakistán (523 kilómetros), Rusia (3 645 kilómetros), Tayikistán (414 kilómetros), y Vietnam (1 281 kilómetros). Aun cuando Hong Kong y Macao forman parte de la RP China, en diversos estudios aparecen como territorios con “fronteras administrativas” de 30 y 0. 34 kilómetros de extensión, respectivamente. Asimismo, el gigante asiático tiene fronteras marítimas con Corea del Sur, Japón, Filipinas, Brunéi, Malasia e Indonesia. Poseedor de un solo litoral, la franja costera del país tiene una extensión de 32 mil kilómetros.

En los pasados dos mil años, China desarrolló la economía más grande y poderosa a nivel mundial. Sin embargo, no tuvo, a diferencia de los que hoy son países capitalistas avanzados, una revolución industrial, y sobrevino, en consecuencia, su estancamiento. Si bien inició un proceso de reorganización de su economía tras la creación de la República Popular en 1949, lo cierto es que no fue sino a partir de finales de los años 70, tras la introducción de importantes reformas, que su crecimiento y transformación progresaron de manera espectacular.

Con todo, la revolución industrial china que, en principio, se lleva a cabo aceleradamente desde los cambios económicos introducidos por Deng Xiaoping en lo que ha dado en llamarse socialismo de mercado, se produce en un contexto internacional donde prevalece otra revolución económica: la del conocimiento y la información. Así, el país asiático debe hacer frente a, por lo menos, dos dramáticas transiciones:

  • de una economía agrícola a una industrial y de servicios, y
  • de una economía de planificación central no capitalista a un socialismo de mercado.[6]

A fin de garantizar el buen éxito en estas transiciones, la RP China ha estado obligada a reforzar su sistema educativo, fomentar la investigación científica y tecnológica y crear infraestructura apropiada para la era de la información. Parte del crecimiento chino se explica por el uso intensivo de la mano de obra que ha estado acompañado de fuertes flujos de inversión extranjera y doméstica. Sin embargo, ha logrado una impresionante transformación económica, educativa, social y tecnológica que le ha permitido convertirse en la primera economía mundial.

A los ojos de los expertos, las fortalezas que posee la economía china son, entre otras, una relativa estabilidad, una importante tasa de ahorro interno, una historia importante de reformas pragmáticas, una diáspora china que apoya las transformaciones financieras y comerciales del país y una creciente capacidad administrativa. Sus debilidades son los períodos de inestabilidad económica que aparecen porque las reformas, presumiblemente no han sido llevadas hasta sus últimas consecuencias, el creciente desempleo y la inseguridad en el ingreso, el deterioro ecológico y sobre todo en las zonas urbanas, los crecientes costos de la autosuficiencia alimentaria, la desigualdad y los niveles de pobreza -y, al igual que en América Latina, la pésima distribución de la riqueza-, y un ambiente internacional hostil.[7]

El 16 de octubre de 1964, la RP China detonó su primer artefacto nuclear en el desierto de Lop Nor. En ese tiempo, el país asiático no podía producir plutonio, por lo que el combustible empleado fue el uranio. Dos años después, el 9 de mayo de 1966, los chinos detonarían exitosamente su primera bomba termonuclear, convirtiéndose así en el primer país que logró un rápido tránsito de las bombas nucleares a las termonucleares dentro del llamado club nuclear. Para 1968 ya contaba con bombas de fisión que podían ser desplegadas en misiles estratégicos. Y sólo transcurrieron 32 meses entre el primer ensayo nuclear y la detonación de la primera bomba de hidrógeno.[8]

La RP China es vista por la comunidad internacional con admiración pero también con temor, lo que resulta desafiante para los intereses del país asiático en el mundo. Sus capacidades nucleares sumadas a las dimensiones de sus fuerzas armadas y a su presencia, como miembro permanente con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sumado todo ello al desarrollo económico y tecnológico mostrado en décadas recientes, abonan a la percepción de una amenaza china. De ahí que para mitigar esa imagen ante el mundo haya apostado a un discurso sobre su ascenso pacífico y, un poco después y para evitar suspicacias, del desarrollo pacífico. Con el pragmatismo que le caracteriza, Beijing espera convencer a la comunidad internacional de que sus éxitos económicos más su modernización militar no constituyen una amenaza y que, por el contrario, son hechos positivos para el mundo. La relación con Taiwán se cocina aparte, toda vez que la RP China considera a este territorio como una más de sus provincias en tanto los taiwaneses siguen reivindicando su soberanía.

Es de destacar el empleo del poder suave como parte de esa estrategia encaminada a presentar a la RP China ante la comunidad de naciones como un país amistoso, cooperativo, defensor del multilateralismo y promotor de la paz. La organización de los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008; la participación del ejército de liberación popular (ELP) en las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas; las crecientes aportaciones financieras que destina a organismos internacionales; la promoción de la enseñanza de su lengua y cultura a través de los Institutos Confucio; la diplomacia del panda, que le ha permitido asegurar jugosos contratos y el acceso a acuerdos comerciales en sectores estratégicos con diversas naciones; y, de manera más reciente, la diplomacia del cubrebocas también llamada de las mascarillas al lado de la diplomacia de las vacunas ante la pandemia del SARSCoV2, agente casual del COVID-19, son sólo algunos ejemplos de la estrategia emprendida por Beijing en aras de generar mejores condiciones para la proyección de sus intereses estratégicos en el mundo del siglo XXI.

Situación demográfica y epidemiológica

La RP China es el país más poblado del planeta con una población de 1 400 050 000 habitantes. Considerando sus dimensiones territoriales, equivalentes a 9 596 961 kilómetros cuadros, la densidad demográfica es de 145 habitantes por kilómetro cuadrado. A pesar de que por su extensión el país tiene cinco husos horarios, por ley la hora en todo el territorio es la de la capital Beijing.

Gráfico 1

RP China: pirámide demográfica

 

Fuente: Organización de las Naciones Unidas.

El territorio tiene deltas, llanuras y colinas en la parte oriental y desiertos, altas mesetas y montañas en la porción occidental. Asimismo, los climas son muy variados pues van desde los más fríos en Manchuria, hasta los más calurosos en Hainan, en el sur. El 94 por ciento de la población se asienta en la tercera parte del país, en la zona oriental.[9]

El país es multiétnico, si bien los han constituyen la mayoría de la población a razón de un 91 por ciento. Las autoridades reconocen a 56 etnias que Beijing identifica como nacionalidades que incluyen además a los manchú y los hui, quienes, al igual que los han hablan chino mandarín, en tanto el resto, por ejemplo, los yi, monba, li, tibetanos, wua, uigur, maonan, salar, etcétera hablan sus propias lenguas. Cabe destacar que contrario a lo que se cree, en la RP China la mayor parte de sus habitantes o bien 1 200 millones de personas, son ateas, esto es, que no profesan religión alguna. La población restante, o bien, la séptima parte, practica alguna religión como se observa en el gráfico 2.

El país ha vivido una dramática migración interna de las zonas rurales a las urbes, estimulada por la expectativa de mejores salarios y una mayor productividad. En la RP China, las autoridades expiden un certificado de residencia o hukou donde se asienta el lugar de nacimiento y de residencia de cada uno de los habitantes. Este certificado había permitido controlar la migración del campo a las ciudades, si bien a lo largo del presente siglo los migrantes indocumentados en posesión o no de un hukou rural, irrumpieron en las ciudades en cantidades crecientes. Ciertamente la vida en las ciudades no es fácil para los emigrados rurales. Generalmente trabajan en actividades que son de alto riesgo y donde los accidentes laborales son continuos. Los hijos de los migrantes lo pasan mal: dado que uno o sus dos padres emigran muchas veces en condiciones de ilegalidad a las ciudades, no pueden matricularse para asistir a la escuela en las urbes, por lo que son enviados de vuelta al campo donde viven con los abuelos. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) calcula que alrededor de 29 millones de niños en el país viven sin sus dos padres, en tanto 61 millones viven sin uno de ellos.[10] El sistema hukou ha venido siendo reformado para revertir la situación, de manera que los niños chinos puedan acceder a la educación y a servicios de salud y sociales básicos.[11]

La pirámide demográfica muestra una base estrecha que se ensancha en el rango de edades de 30 a 34 años y, nuevamente de los 45 a los 54 años. La RP China es uno de los pocos países del mundo donde el número de hombres supera al de las mujeres. El grafico 3 muestra que desde el triunfo de la revolución, la proporción de hombres frente a la de las mujeres se ha mantenido sin grandes cambios, de manera que, hacia 2019 se estimaba que residían en el país 715 millones de hombres, en tanto la cantidad de mujeres era de 685 millones.

Como se puede observar en el gráfico 4, la urbanización ha sido la nota en el presente siglo, toda vez que hacia el 2019 el 60. 3 por ciento de la población residía en ciudades. Este hecho marca un enorme contraste respecto a 1960, cuando solamente el 16. 2 por ciento de los chinos habitaban en ciudades y el país era esencialmente rural.

Con la urbanización y las políticas de planificación familiar se ha producido una importante reducción de la tasa de natalidad en el gigante asiático: el gráfico 5 revela que, mientras que en 1960 la tasa de fertilidad era de 5. 75 hijos por mujer y que, inclusive en 1965 creció aún más para ubicarse en 6. 38 hijos, para 2018 se había desplomado a, apenas, 1. 69 hijos por mujer, lejos de la tasa de reemplazo de 2.1.

Así, la sociedad china está envejeciendo. Desde 1995 la tasa de fertilidad se ha mantenido más o menos constante siendo de 1. 66 hace cinco lustros y de 1.69 en 2018. Los demógrafos atribuyen el envejecimiento de la población a la política del hijo único que las autoridades desarrollaron desde la década de los 80 del siglo pasado. “Además, hay un grave problema de desequilibrio de género debido, en buena medida, a los abortos selectivos relacionados con la preferencia tradicional por el hijo varón. Los varones son los herederos del linaje ancestral y asumen la responsabilidad de apoyar y cuidar a los padres en la vejez. Según el censo, por cada 100 niñas nacieron 118 niños entre 2001 y 2010 (…) Según los especialistas, a mediados del siglo XXI, la RP China tendrá una de las poblaciones más ancianas del mundo y contará con una base laboral relativamente limitada que deberá sustentar a un pequeño número de niños y a una multitud de jubilados.”[12]

  

La esperanza de vida en el país ha aumentado considerablemente, habiendo sido de 43. 72 años en 1960, para ubicarse, en 2018, en 76. 7 años. La esperanza de vida para las mujeres es de 79. 05 años, en tanto para los hombres es de 74. 54 años.

Hacia 1970, la RP China tenía una alta tasa de mortalidad infantil por cada 1 000 nacidos vivos: 79. 5 niños muertos. Para 2019 se había logrado reducirla a 6. 8. Sin embargo subsisten importantes diferencias entre las zonas urbanas y las rurales. En estas últimas, la mortalidad infantil es mayor sobre todo porque se carece de servicios médicos de buena calidad.[13]

  

El sistema de salud de la República Popular China

En general existen principalmente cuatro sistemas de salud en el mundo, a saber:

  • El mutualista o bismarckiano, basado en cotizaciones como fuente principal de financiamiento, que se basa en las aportaciones obligatorias del trabajador y de la empresa en la que labora para su solvencia. Este sistema prevalece actualmente en Alemania y también en Austria, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Japón.[14] Al modelo bismarckiano también se le conoce como modelo de los seguros sociales.[15]
  • El modelo Beveridge. Este sistema nació en 1942, en plena segunda guerra mundial de la mano de Lord William Beveridge, en el cual el Estado se hace cargo del financiamiento del sistema de salud unificando el sistema de seguridad social bajo su égida, a través de impuestos. Este modelo también se aplica en Francia -donde Pierre Laroque encabezó los esfuerzos para brindar protección social a la población, de manera que en 1946 se creó el sistema nacional de seguridad social-,[16] Suecia, Dinamarca, España e Italia, entre otros.
  • El liberal, cuyo principal representante es Estados Unidos. Conforme a sus premisas, la salud es un bien de consumo donde son las libres fuerzas del mercado las que distribuyen los recursos sanitarios a la sociedad. El Estado no tiene la responsabilidad de promover la salud y su participación es marginal, dirigiendo su atención sobre todo a grupos desfavorecidos o carentes de recursos. El usuario paga directamente al proveedor o bien, lo hace a través de compañías privadas de seguros. Si bien el modelo favorece la competitividad entre los proveedores y da libertad a la sociedad de elegir al de su preferencia, cubre de manera imperfecta el aprovisionamiento de servicios de salud, dejando fuera numerosos padecimientos y también a diversos sectores de la población, incluso a aquellos que cuentan con un seguro privado.
  • El socialista, del que subsisten ya muy pocos ejemplos, siendo Corea del Norte y sobre todo Cuba, sus máximos exponentes. En este modelo el financiamiento corre por cuenta del Estado e incluye a la totalidad de la población. Por lo tanto, tiene cobertura universal y gratuita. Las ventajas son evidentes: se apuesta por la medicina preventiva y la educación y alfabetización sanitarias para elevar la salud de la población. Con todo es un sistema rígido y burocrático.[17]

En el caso de la RP China y contrario a lo que se podría pensar, el sistema de salud no es el de un país socialista: el gigante asiático no cuenta con una cobertura universal de salud. En todo el país los hospitales operan conforme a un régimen de copago. El sistema cubre al 95 por ciento de la población y opera de la siguiente manera, a saber:

  • seguro médico para trabajadores de las zonas urbanas, pagado en su mayoría por el empleador o empresa contratante;
  • seguro médico para residentes de las zonas urbanas, que provee el Estado a personas que no trabajan; y
  • seguro médico cooperativo, destinado a las personas que residen en las zonas rurales.[18]

 Los dos primeros sistemas cubren a unos 300 millones de personas, en tanto el tercero incluye a 800 millones.[19] Por ello se le considera un sistema casi público pero que, como se explicaba, no es ni universal, mucho menos gratuito. Esto es así porque, si bien tras la revolución china, Mao Zedong nacionalizó el sistema de salud en 1949, el país era eminentemente rural en ese tiempo. Ciertamente el líder chino impulsó campañas médicas para brindar servicios básicos a la población, pero el acceso, la atención y la disponibilidad eran escasos y de baja calidad.[20]

Como es sabido, en el país hay una medicina tradicional de larga data. Así, tras la revolución de 1949 la RP China contaba con “un enorme legado de tradiciones médicas; en esa época la cantidad de médicos y otros recursos humanos era totalmente inadecuada para atender a toda la población, y cosa igual puede decirse de las facilidades físicas y materiales; en 1955 el gobierno de Beijing tenía registrados poco más de 486 mil médicos del estilo tradicional, y aproximadamente 20 mil que habían sido entrenados, antes de la revolución, en centros más avanzados de Europa, Japón y Estados Unidos.”[21]

Desde 1949 y hasta la revolución cultural, la medicina tradicional fue subsidiaria de la medicina occidental en el aprovisionamiento de servicios de salud en el país. Más tarde, la revolución cultural modificó esta estructura generando una política de rotación entre médicos y estudiantes de medicina de zonas urbanas hacia las rurales y viceversa. La medicina tradicional tuvo así un papel primigenio en el acceso a la salud para la población. “Los curricula de estudios médicos todos incluyen la acupuntura y otros tratamientos ancestrales adecuadamente combinados con los cursos que enseñan las más modernas técnicas de diagnóstico y tratamiento médicos.”[22] Fue aquí que se desarrolló el modelo del doctor descalzo, personaje entrenado para trabajar en las zonas rurales usando los recursos disponibles en aldeas y comunidades campesinas. Aquí descalzo significa que no posee recursos como los que existen en las zonas urbanas. En el campo, el doctor descalzo debía proveer servicios de salud en las zonas más recónditas del país con el apoyo de las comunas y brigadas de producción, quienes abonaban pequeñas cuotas fijas para financiar la atención médica.[23]

  

Tras la muerte de Mao y la introducción de diversas reformas económicas en el país, se liberalizó al sistema de salud, buscando que el financiamiento otorgado por parte del Estado se redujera. Se entiende que esta decisión tiene que ver con la dimensión demográfica del país: dar servicios de salud a la población más grande del mundo, no es sencillo. Así, ingresaron empresas y proveedores privados de salud y se favoreció que el financiamiento de los nosocomios fuera generado sobre todo por la venta de servicios y medicamentos. Conforme a este esquema la salud era financiada sobre todo por los pacientes.

Lo que ocurrió entonces es que se exacerbaron las diferencias en el acceso a servicios de salud entre las zonas urbanas, con estándares semejantes a los de los países desarrollados y las zonas rurales con servicios muy deficientes. Si una persona se enferma en las zonas rurales y requiere un tratamiento u hospitalización, generalmente él/ella o sus familiares buscan trasladarse a las ciudades, donde deben asumir los costos del traslado, el alojamiento en sitios cercanos al nosocomio y asegurar una autorización, dado que el hukou establece que deben acceder a servicios de salud en la localidad en que residen.[24]


En la RP China, el presupuesto en salud se ha mantenido relativamente estable en el presente siglo, siendo del 4. 47 por ciento del PIB en 2000 y de 5. 15 por ciento en 2017. En contraste, el gasto en salud per cápita se ha elevado en el mismo período al pasar de 42. 25 dólares corrientes de Estados Unidos en 2000 a 440. 82 dólares en 2017, esto es, con un incremento de 10 veces en ese lapso. El hecho de que la RP China ya no crece a tasas de dos dígitos sino de uno solo, y que esta tendencia seguramente se mantendrá en el futuro, sugiere que será necesario llevar a cabo nuevas estrategias para crear un sistema de salud que pueda cubrir a toda la población, la cual, como se explicaba, tiende a envejecer rápidamente, ello sin dejar de lado las enfermedades que tienden a padecer los habitantes del gigante asiático, como se verá más adelante.

En el gigante asiático, el gasto de bolsillo en salud, como se sugería anteriormente es muy alto a pesar de que con las reformas que se han introducido en años recientes, se ha buscado reducir el desembolso que las personas hacen para acceder a servicios de salud y medicamentos. Así, en el año 2000 el gasto de bolsillo era del 60. 12 por ciento respecto al presupuesto total de salud. Lo que es más: en 2001 creció a 64. 19 por ciento. Para 2017 la cifra era del 36. 05 por ciento, si bien sigue representando una erogación muy significativa. Baste mencionar que los pacientes pagan con sus propios recursos, en promedio, más del 30 por ciento de las facturas médicas, en tanto los tratamientos y medicamentos para determinadas enfermedades son sumamente altos. En las zonas rurales, por ejemplo, la tasa de supervivencia para pacientes con cáncer es, de apenas, el 30 por ciento, debido a que no cuentan con los recursos para el pago de medicamentos oncológicos. Existe también la opción de servicios de salud privados, sólo que sus costos son excesivamente onerosos y sólo están al alcance de unos cuantos.[25]

La infraestructura hospitalaria en el país debe mejorar especialmente en lo que se refiere a la atención primaria. Prácticamente cualquier padecimiento que enfrenta la población debe ser atendido en hospitales debido a la escasez de infraestructura para atención primaria.[26] Existen centros de salud comunitarios que son extremadamente importantes para dar a la población acceso a servicios de salud en el primer nivel. Estos servicios comunitarios, en 2015 contaban con 34 mil clínicas de salud comunitarias que daban atención a unos 700 millones de personas en todo el país.[27]

Como se puede observar en el gráfico 11, la disponibilidad de camas de hospital ha crecido en tres veces entre 1965 y 2017, pasando de 1. 44 a 4. 31 por cada mil habitantes. En lo que se refiere al personal médico, si bien prácticamente se ha logrado duplicar el número de galenos por cada 1 000 habitantes entre 1965 y 2017, la cifra se mantiene baja con 1. 98 médicos. En cuanto al personal de enfermería, ha crecido en tres veces entre 1990 y 2017, al pasar de 0. 82 a 2. 66, respectivamente.

  La transición demográfica y epidemiológica que ha vivido el país coloca a las enfermedades crónico-degenerativas no transmisibles como las principales causas de defunción el país. En 2017, los accidentes cerebrovasculares se colocaron en el primer lugar, seguidos de las enfermedades isquémicas del corazón y de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. El cáncer pulmonar y el de hígado están presentes en la cuarta y séptima posiciones, respectivamente.

Mención especial merecen los accidentes de tránsito, ubicados en el quinto lugar entre las principales causas de defunción en el país. En 2018 se produjeron 63 194 muertes relacionadas con accidentes de tránsito. Como el país es el mayor fabricante de automóviles a escala planetaria -produce 23. 5 millones de coches para pasajeros que constituye el 27. 6 de la producción vehicular mundial- se ha hecho necesario desarrollar legislaciones como la de 2004 para penalizar a los choferes imprudentes; la de 2011 para castigar a quien maneje bajo la influencia del alcohol y también la obligación de que las personas que quieran conducir un vehículo, aprueben el examen correspondiente, tema crucial considerando que cada año hay unos 20 millones de chinos que se suman a la lista de conductores potenciales de vehículos.[28]

Un estudio de la Alianza Global para la Salud y la Contaminación publicado en 2019, reveló que la RP China es, detrás de India, el país donde más personas fallecen por la contaminación ambiental. En 2017, 1. 8 millones de personas murieron por esa razón en el gigante asiático.[29] Otro estudio sugiere que las muertes por la contaminación ambiental superan a las que causa el tabaquismo.[30]

La política de un solo hijo, la migración del campo a la ciudad, una creciente cultura del consumo y el dinero, son elementos que abonan a esta crisis. En las ciudades, muchas mujeres aceptan la política de un solo hijo porque ello posibilita mejores condiciones de vida y acceso a oportunidades. En contraste, en las zonas rurales los hijos son la base de la economía familiar. En el campo, si el primogénito es niña, la pareja puede pedir autorización para tener otro hijo, pero son las autoridades las que toman la decisión y deciden cuándo debe proceder el embarazo. Asimismo, es común que en las zonas rurales haya matrimonios arreglados y culturalmente la mujer es sometida a su padre y luego a su esposo y suegra. El suicidio es una salida a estos escenarios, sin dejar de lado que los abortos son otro importante detonante. Las mujeres chinas, sobre todo en el campo, son forzadas a abortar si no consiguen evitar embarazos no deseados, o bien es común el aborto selectivo cuando se identifica que el bebé es niña. Tras el aborto sobreviene la depresión en las mujeres, por el dolor que genera la pérdida. Asimismo, los suicidios se acentúan en la población joven cuyas edades oscilan entre los 15 y los 34 años.[32] Ser hijo único expone a la persona a una enorme presión familiar para que tenga éxito y la sobreprotección a que es sometido (a) lleva a que no sea capaz de asimilar el fracaso.[33] Dado que hay más hombres que mujeres, muchas féminas son raptadas/secuestradas y convertidas en esclavas sexuales. Por la vergüenza, ya no regresan a sus hogares y optan por quitarse la vida.[34]El suicidio es un serio problema de salud pública en el país y se acentúa en las mujeres. La cuarta parte de los suicidios que acontecen en el mundo se producen en la RP China, si bien es también una de las pocas naciones donde son más mujeres que hombres quienes deciden poner fin a sus vidas. El 56 por ciento de todas las mujeres que se quiten la vida en el mundo, son chinas. Existen factores culturales que explican la problemática. Para empezar, el suicidio no tiene el estigma que se observa en otras partes del mundo. Los chinos no están acostumbrados a expresar sus emociones, por lo que, quitarse la vida es visto socialmente como una suerte de protesta silenciosa sólo personal y en silencio.[31]

Los suicidios acontecen con la ingesta de raticidas, especialmente en las zonas rurales y como los servicios de salud son limitados, resulta difícil socorrer a las personas. “La doctrina de Confucio, como filosofía y religión, es la influencia cultural más importante en China. La actitud hacia la muerte, incluido el suicidio, tiene que ver con virtudes confucianas como zhong, la lealtad o fidelidad; xiao, la piedad, atención, respeto y reverencia a los padres; ren, benevolencia, humanidad; yi, rectitud, justicia, equidad. Desde la China feudal hasta la moderna, la mujer se ha suicidado por lealtad hacia el esposo cuando éste moría. Otra razón ha sido la muerte de la mujer para proteger el buen nombre y la decencia de la familia, si había sido violada o había mantenido una relación prematrimonial. Muchas veces, la viuda recurría al suicidio si se veía en la necesidad de romper las reglas de la decencia para sobrevivir, como iniciar una nueva relación por motivos económicos. Estas pinceladas dan una idea del problema actual. Herencia del pasado, negligencia por parte de las autoridades, escasez de recursos sanitarios y económicos, falta de sensibilidad, incapacidad para exteriorizar sentimientos… Los chinos a lo largo de la historia han socializado sus dificultades personales e interpersonales a través del suicidio, método aceptado para comunicarse con la sociedad y para dar solución a las presiones.”[35]

A propósito de factores culturales que impactan en la salud de la población, el consumo de cigarrillos es un factor de riesgo pero que tiene en la RP China a uno de los mercados más importantes del mundo. Con 300 millones de fumadores, el mercado es enorme. Se calcula que el 50 por ciento de los hombres y sólo el 2. 4 por ciento de las mujeres fuman. A pesar de que se ha documentado ampliamente el efecto perjudicial del tabaquismo para la salud, en el país asiático hay unas 400 marcas de cigarrillos de toda clase de calidades y precios. Se fuma para destacar un determinado estatus social, pero también como una manera de socializar, de romper el hielo, de iniciar una conversación y hasta de mostrar lealtad al elegir determinadas marcas producidas en el lugar donde se encuentran los fumadores.[36]

En 2016, las autoridades chinas aprobaron el plan China saludable 2030. En él se busca poner al país en sintonía con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y el plan incluye el apoyo y mejoramiento de áreas como servicios de salud pública, gestión ambiental, industria médica y seguridad de alimentos y medicamentos.[37] También la salud mental de la población ya es un tema que empieza a ser atendido por las autoridades, de manera que la educación sobre el particular se espera que posibilitará una mejor atención a los problemas de estrés y sobre todo de depresión que aquejan a la población.[38]

 

Lecciones aprendidas: China y el SARSCoV

Como es sabido, hasta ahora se han identificado siete tipos de coronavirus: cuatro de ellos (HCoV-229E, HCoV-OC43, HCoV-NL63 y HCoV-HKU1) son muy comunes y algunos están presentes en el resfriado cotidiano junto a otros agentes patógenos como los rinovirus, por lo que se estima que una proporción muy alta de la población ha desarrollado defensas frente a ellos estando mayoritariamente inmunizados.[39] Además de estos cuatro coronavirus, han aparecido de forma más reciente otros tres, de los que el SARSCoV2 es el más famoso si bien sus otros dos hermanos debutaron en el presente siglo encendiendo las alertas de la comunidad científica, debido a la incidencia y distintos grados de letalidad: se trata del síndrome respiratorio agudo severo (SARSCoV) y del síndrome respiratorio agudo severo del Medio Oriente (MERSCoV).

Como se puede observar en la imagen 1, la familia de los coronavirus se encuentra muy extendida en el reino animal, y es una de las causas más frecuentes de resfriado en las personas. Los coronavirus provocan infecciones pulmonares en contextos epidemiológicos concretos. Esta familia de virus se caracteriza por una importante capacidad de mutabilidad, lo que dificulta la previsión epidemiológica y el desarrollo de vacunas.[40]

El SARSCoV apareció en Foshan, una ciudad al suroeste de Guangzhou, en la provincia de Guangdong en la RP China en noviembre de 2002. En ese tiempo, el sistema de salud del país asiático se encontraba muy centralizado, existía un conocimiento escaso sobre el tratamiento de enfermedades infecciosas y tampoco había una estrategia adecuada para comunicar información a la población. Las autoridades centrales enfrentaron dificultades con las entidades locales quienes no asumieron la responsabilidad para enfrentar la crisis sanitaria. La propagación del virus procedió con celeridad, llegando a Hong Kong en febrero de 2003 y de ahí a Singapur, Canadá -en especial en Toronto- y Estados Unidos, mientras que las autoridades ocultaron el desarrollo del brote, no revelaron datos veraces y afirmaron que tenían todo bajo control. Ante la falta de información creció el pánico en la población y frente al creciente número de defunciones y la presión internacional, el gobierno de Beijing reconoció la crisis. La capital china sufrió especialmente ante la enfermedad y su alcalde fue destituido, al igual que el Ministro de Salud. La economía, de todas maneras, se vio duramente golpeada y el producto interno bruto (PIB) del gigante asiático perdió entre 1 y 2 puntos porcentuales en 2003 a causa de la epidemia.

El SARSCoV afectó principalmente a los familiares de los pacientes y el personal médico. En febrero de 2003, la enfermedad se propagaba por el mundo. A finales de febrero, en Hong Kong y Vietnam había brotes del SARSCoV. El 10 de marzo, en el Hospital Wales en Hong Kong, 18 personas del personal médico informaron de casos del SARSCoV. A los pocos días, más de 50 personas del personal médico del hospital se habían contagiado. A mediados de marzo, en Singapur y Canadá se encontraron pacientes con SARSCoV, y el 12 de marzo la OMS emitió una alerta sanitaria. A partir de ese momento un total de 32 países y regiones del mundo informaron de casos confirmados por pruebas de laboratorio. De noviembre de 2002 a agosto de 2003, se notifican un total de 8 422 casos y 916 defunciones, siendo la tasa de mortalidad promedio de los casos notificados del 9. 3 por ciento. Sin embargo, se registraron importante variaciones por edad. Por ejemplo, en personas mayores de 65 años, la tasa de letalidad fue del 50 por ciento y la enfermedad tendió a afectar más a hombres que a mujeres.[41] De todas las defunciones registradas 349 se produjeron en la RP China y 299 en Hong Kong.[42]

La epidemia del SARSCoV provocó una de las mayores crisis socio-políticas y económicas para la RP China desde 1989, cuando se produjeron los sucesos de Tiananmen y que llevaron a las naciones occidentales a imponer una serie de sanciones al país ante lo que percibieron como graves violaciones de los derechos humanos.[43] El líder Wen Jiabao reconocía en una reunión ministerial con las autoridades del país que la salud y la seguridad de la población, al igual que las reformas, el desarrollo y el interés nacional más la imagen internacional del país estaban en riesgo. Ante ello, las autoridades desarrollaron acciones masivas para controlar la enfermedad, lo que aconteció en junio y ya para mediados de agosto de 2003 se eliminaron todos los casos conocidos.[44]

Entre las lecciones aprendidas figura la necesidad de mejorar la salud pública en las zonas rurales. En ese tiempo, poco más del 60 por ciento de la población se asentaba en las zonas rurales donde, como se explicaba, los servicios de salud tienen una accesibilidad y calidad inferiores respecto a las zonas urbanas. En 2009, las autoridades chinas introdujeron un ambicioso programa de reformas del sistema de salud elevando el gasto en salud de manera que se buscaría que hacia 2020 posibilitara servicios médicos accesibles y de calidad para la población. Se creó un nuevo esquema médico cooperativo para las zonas rurales enfocado a enfermedades específicas. Se buscó que los tratamientos para determinados padecimientos ya no fueran financiados por los campesinos. Se impulsó la mejora de la infraestructura médica y la formación de recursos humanos, incrementando también el aprovisionamiento de servicios de manera que 12 enfermedades crónico-degenerativas no transmisibles incluyen tratamientos gratuitos. La reforma también estimula al sector privado para que se integra en el aprovisionamiento de servicios y ayude a mitigar la demanda que enfrentan los servicios públicos.[45]

China y el coronavirus

El 31 de diciembre de 2019, las autoridades chinas informaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de varios casos de una neumonía atípica reportados en Wuhan. Los casos se registraron entre el 12 y el 29 de diciembre. Sin embargo, posteriormente se ha divulgado información que sugiere que el virus posiblemente estuvo circulando desde semanas y meses anteriores. El 1 de enero de 2020, las autoridades sanitarias chinas cerraron un mercado mayorista en Huanan localizado en el sur de Wuhan, luego de que se revelara que los animales ahí consumidos podrían ser los que transmitieron la enfermedad a personas -y esto ha sido avalado por información de inteligencia de EEUU y sus aliados.[46] El 5 de enero es dado a conocer que los nuevos casos de neumonía no corresponden ni al SARSCoV ni al MERSCoV. El 7 de enero se determina que la enfermedad es causada por un nuevo coronavirus al que en un primer momento se denominó 2019-nCoV y que posteriormente sería rebautizado como SARSCoV2, agente causal del COVID-19.

El 11 de enero la RP China da a conocer la primera defunción en el país a causa del nuevo coronavirus y el 19 de enero se reportan casos por primera vez en Beijing y en Shenzhen. La época en que aflora esta enfermedad corresponde a la celebración del año nuevo lunar, el cual genera una amplia movilización de la población para los festejos alusivos. Sin embargo, las autoridades turísticas decidieron cancelar todas las celebraciones y el 23 de enero inicia el confinamiento en Wuhan con la suspensión de prácticamente todas las actividades económicas, educativas, culturales en lo que muchos han calificado como “draconiano”, puesto que hasta el tráfico vehicular fue suspendido y todos los residentes debieron permanecer en sus casas.[47]

El 30 de enero, en cumplimiento con lo establecido en el reglamento sanitario internacional de 2005, la OMS declara que el nuevo coronavirus es una emergencia internacional de salud pública. El organismo internacional despachó el 10 de febrero a un grupo de expertos para apoyar en la contención del nuevo virus. Un mes después, el 11 de marzo, el virus se estaba propagando por el mundo y la OMS declara que se trata de una pandemia.

En el momento de escribir estas líneas (20 de diciembre de 2020), la RP China tiene 95 027 casos confirmados y 4 763 defunciones, lo que ubica al país con una tasa de letalidad del 5 por ciento, equivalente a la mitad de la tasa de letalidad que tuvo el SARSCoV en 2002-2003. En este sentido, se puede considerar que las acciones emprendidas por las autoridades del país son exitosas y que aprendió de la traumática experiencia previa.

De entrada, a diferencia de 2003, la RP China se encuentra más globalizada y su prosperidad y bienestar dependen crecientemente del comercio y las inversiones que desarrollo con la comunidad internacional. Ello aunado a la posible estigmatización que el SARSCoV2 pudiera generar -se recuerda al Presidente de EEUU Donald Trump calificando como “virus chino” al nuevo coronavirus- ha propiciado que Beijing haya adoptado una actitud más proactiva para enfrentar la enfermedad y también para trasparentar lo que sucede en el país y cooperar con la comunidad internacional.

Cabe destacar que, tras un acuerdo de cooperación entre las autoridades chinas y francesas, se inauguró el 4 de enero de 2018 el primer laboratorio de bioseguridad nivel 4 en Wuhan,[48] conocido como Wuhan P4.[49] Con una instalación de este tipo, la RP China puede desarrollar investigación y análisis de patógenos de alto riesgo, capaces de generar enfermedades letales y para los que no hay vacuna ni tratamiento disponibles. Esto ha permitido generar información sobre el SARSCoV2 que el gobierno chino ha compartido con la OMS y la comunidad internacional y que resulta muy valiosa para lidiar con la enfermedad.

La RP China también ha desarrollado pruebas rápidas para la detección del SARSCoV2. Estas pruebas, vendidas o donadas a todo el mundo han tenido distintas calidades, pero, sin duda, han contribuido a tener información importante sobre la incidencia de la enfermedad. La capacidad para efectuar pruebas diagnósticas dentro de la RP China es notable: el pasado mes de octubre, las autoridades sanitarias desarrollaron 11 millones de pruebas luego de que, con el arribo de la época fría, empezaron a producirse nuevos contagios en el país.[50] El problema con estas pruebas es que tienen márgenes de error y pueden revelar falses negativos. Por ello se ha desarrollado una máquina capaz de llevar a cabo las pruebas PCR que son más confiables pero que también requieren tiempo para revelar resultados. En el caso de la Flash 20 de manufactura china, se trata de una herramienta que permite conducir pruebas PCR y tener resultados en media hora. Este instrumento ya ha sido certificado en diversos países de la Unión Europea y Australia y es empleada en hospitales y aeropuertos de la RP China.[51]

La RP China tiene que quitarse -o al menos reducir- de todos modos, la imagen de ser el origen de la contagiosa enfermedad que mantiene al mundo en vilo. Como comentaba una editorial de un diario ecuatoriano: si China estornuda, al mundo le da pulmonía y ese es el sentir de la comunidad internacional, la que, agobiada por la crisis sanitaria, económica, comercial, turística, cultural y política, necesita identificar culpables. Así, la RP China ha usado su poder suave, de manera análoga a lo hecho a partir de la diplomacia del panda,[52] en esta oportunidad con la que ha sido bautizada como la diplomacia de las mascarillas para, vía la diplomacia en salud, no sólo revertir una mala imagen pública, sino también para acceder a contratos para el aprovisionamiento de equipo e instrumental médico que favorezca a sus empresas; incrementar su influencia en el mundo, aprovechando la errática respuesta que tanto en el mundo como a nivel interno ha tenido Estados Unidos durante el gobierno de Donald Trump, y, posiblemente, para que las sanciones que los países occidentales le aplican desde los sucesos de Tiananmen de 1989, lleguen a su fin a manera de agradecimiento.

La ayuda internacional de la RP China en medio de la pandemia se desarrolla principalmente por cuatro canales, a saber:

  • de gobierno a gobierno a 150 países,[53] más la Unión Africana proporcionando especialmente pruebas rápidas, cubrebocas o barbijos, y ropa protectora;
  • cooperación en tecnología para la salud, incluyendo información sobre medidas diagnósticas y terapéuticas, videoconferencias con expertos médicos, y el envío de equipos de expertos médicos a zonas afectadas;
  • asistencia subnacional de parte de gobiernos locales chinos; y
  • asistencia no gubernamental de parte de empresas y organismos no gubernamentales.[54]

Un tema insoslayable es el apoyo que la RP China brinda a la OMS en el marco de la pandemia, el cual se ha tornado más explícito y más publicitado tras el anuncio, de parte de la administración de Donald Trump, de que EEUU primeramente suspendería sus aportaciones al organismo internacional y un poco después, cuando dio a conocer que su país “daba por terminada” su relación con el atribulado organismo internacional. Para muchos, la errática política exterior de Donald Trump, quien previo a la pandemia se había enemistado con la mayor parte de sus aliados, se suma a la renuncia del republicado a liderar la lucha contra la contagiosa enfermedad en casa y en el mundo. Estados Unidos es el país más golpeado a escala global por la enfermedad con 18 millones de casos confirmados y más de 300 mil defunciones, algo que contrasta con las menos de 5 mil defunciones registradas en el país más poblado del planeta. Es posible que la RP China logre un mejor posicionamiento en las relaciones internacionales con motivo de la pandemia a costa de Estados Unidos, si bien tiene que seguir trabajando en mejorar su imagen internacional. Por ejemplo, a principios del presente año, las autoridades chinas edificaron un flamante hospital en tan sólo seis días con una capacidad de 1 000 camas para atender los casos de SARSCoV2 que se presentasen en Wuhan.[55] La celeridad con que el nosocomio fue construido y que además fue muy publicitado, contrastó con las dramáticas imágenes de hospitales europeos y en la ciudad de Nueva York, donde, ante la falta de camas de hospital, las personas permanecían en pasillos, o en la calle, esperando a ser atendidas. El mensaje que Beijing buscaba enviar al mundo es que, en el país asiático, aprendieron la lección del SARSCoV y tienen la capacidad para responder ante una nueva emergencia sanitaria de manera eficiente.

A la diplomacia de las mascarillas hay que sumar también ahora la de la vacuna. La diplomacia de la vacuna se perfila como crucial para que la RP China se transforme del “villano donde se originó la pandemia” en el “salvador de la humanidad.” Al respecto, la empresa de biotecnología, Sinovac ha logrado producir la vacuna CoronaVac de la que se espera pueda entregar seis millones de dosis a Brasil en enero de 2021. Como es sabido, Brasil es el país latinoamericano más golpeado por el SARSCoV2 con alrededor de 7 millones 250 mil casos confirmados -tercer lugar mundial detrás de EEUU e India- y 186 764 defunciones -segundo lugar mundial detrás de EEUU. No sobra decir que, pese a que el gobierno que encabeza Jair Bolsonaro estrechó las relaciones diplomáticas con EEUU bajo la administración de Donald Trump, lo cierto es que la crisis sanitaria, política, económica y social que enfrenta Brasil demanda soluciones pragmáticas y, por el lado de la RP China, se antoja como una gran oportunidad para atajar la presencia estadunidense en el gigante sudamericano.[56]

Así, mientras las vacunas elaboradas por Pfizer y Moderna acaparan la atención de los medios de información en el mundo entero, la RP China trabaja en la logística para distribuir las vacunas elaboradas por Sinovac, Sinopharm y CanSino, además de diseñar el plan de vacunación para su enorme población en casa. A finales del presente año, el gigante asiático confía en entregar 600 millones de dosis. La RP China quiere aprovechar que, a diferencia de otras naciones donde la enfermedad progresa rápidamente, en el territorio chino, a pesar de que se han registrado nuevos casos, es evidente que la enfermedad está bajo control, lo que le da tiempo para exportar grandes cantidades de dosis, mientras diseña el plan de vacunación para su población sin la presión que tiene países como los europeos, EEUU, Brasil y México, entre otros.[57]

Si bien hay países desarrollados que han manifestado interés en las vacunas chinas, el cliente más importante para el gigante asiático son los países en desarrollo, los que, con sistemas de salud precarios y capacidad de innovación e investigación médicas limitadas, requieren acceder a la inmunización y la posibilidad de que puedan pagar a Pfizer, Moderna u otras corporaciones multinacionales por ello, parece difícil, sin contar que la fila es larga. La RP China ve la ventana de oportunidad para mejorar su posicionamiento en el Sur en esta coyuntura.[58] No menos interesante es la llamada ruta de la seda de la salud, que se basa en la nueva ruta de la seda pero en esta oportunidad apoyándose sobre todo en el aprovisionamiento de instrumental médico y, ahora también, vacunas.

El líder chino, Xi Jinping, ha insistido en más de una ocasión en que la (s) vacuna (s) china (s) deberá ser un bien público global y que se le deberá dar acceso a ella (s) a toda la humanidad.[59] No queda claro que será así, pero la RP China sin duda impulsa una narrativa distinta de la estadunidense donde la administración Trump señaló que la vacuna de Pfizer será prioritariamente para inmunizar a los estadunidenses. También queda por ver cómo actuarán las empresas farmacéuticas occidentales, mismas que han invertido recursos millonarios para el desarrollo de vacunas y, naturalmente, esperan recuperar lo invertido y algo más. En este sentido, la oferta de vacunas de la RP China es una buena noticia porque podría generar un ambiente de mayor accesibilidad del mundo a la inmunización, dado que, al menos en teoría, las farmacéuticas como Pfizer no podrían ofertar su vacuna a precios estratosféricos dado que no es ni la única y tampoco la de más fácil almacenamiento. Aunque el riesgo para Beijing es que sus vacunas sean motivo de sabotaje para desprestigiarlas y mantener la primacía de las poderosas empresas farmacéuticas occidentales en los mercados internacionales de vacunación.

En cualquier caso, la RP China de 2020 y del SARSCoV2 no es la misma de 2003. No sólo aprendió de los errores de principios de siglo. Le ayuda mucho contar con una población disciplinada y acostumbrada al uso del cubrebocas no sólo por la experiencia del SARSCoV, sino por la terrible contaminación ambiental que aqueja al país. Es de destacar el régimen político, el cual tiene la capacidad para suspender de golpe todas las actividades económicas, laborales, escolares, culturales y demás. También es verdad que la RP China ha realizado transformaciones en el aprovisionamiento de servicios de salud para la población y se ha posicionado como un actor central en las relaciones internacionales del siglo XXI. Enfrenta muchos desafíos a nivel interno, pero, a diferencia de 2003, hoy se puede dar el lujo no solo de mantener a raya a la contagiosa enfermedad, sino de apoyar los esfuerzos de la comunidad internacional y, de paso, perfilarse como una potencia en ascenso que podría revertir la imagen de la amenaza china y ciertamente la del país donde se originó la actual pandemia.

[1] Klaus Schwab (2020), World Competitiveness Report 2020, Geneva, World Economic Forum, p. xiii, disponible en http://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf

[2] The Heritage Foundation (2020), 2020 Index of Economic Freedom, Washington D. C. The Heritage Foundation, disponible en https://www.heritage.org/index/country/China

[3] Transparency International (2019), Corruption perception Index 2017, Berlin, Transparency International, disponible en https://www.transparency.org/en/cpi/2019/results/China

[4] Institute for Economics and Peace (2020), Global Peace Index 2020. Measuring Peace in a Complex World, Sydney, Institute for Economics and Peace, disponible en http://visionofhumanity.org/indexes/global-peace-index/

[5] John Hopkins (October 2019), Global Health Security Index. Building  Collective Action and Accountability, disponible en https://www.ghsindex.org/wp-content/uploads/2020/04/2019-Global-Health-Security-Index.pdf

[6] Carl J. Dahlman y Jean-Eric Aubert (2001), China and the Knowledge Economy. Seizing the 21st Century, Washington D. C., The World Bank, p. xv.

[7] The World Bank (1997), China 2020. Integration with the Global Economy. China Engaged, Washington, D. C., The World Bank Group, pp. 1-2.

[8] John Wilson Lewis y Xue Litai (1988), China Builds the Bomb, California, Stanford University Press.

[9] National Geographic (26 de enero de 2011), “China”, disponible en https://www.nationalgeographic.es/viaje-y-aventuras/china

[10] Alessandro Zadro (11/01/2019), “El fenómeno de la migración interna en China: Hukou y la población flotante”, en Sapore di Cina, disponible en https://www.saporedicina.com/es/migracion-interna-china-hukou/

[11] UNICEF (s/f) China, disponible en https://www.unicef.org/spanish/infobycountry/china_china.html

[12] Lien-Tan Pan (mayo-agosto 2017), “Vejez y envejecimiento en China”, en Estudios de Asia y África, vol. 52, no. 2, p. 461, disponible en https://www.redalyc.org/pdf/586/58650386010.pdf

[13] UNICEF, Ibid.

[14] Ibid.

[15] I. Vera (24 de septiembre 2018), “Bismarck vs Beveridge: el cara a cara de los sistemas de salud en la Unión Europea”, en Planta Doce, disponible en https://www.plantadoce.com/entorno/bismarck-vs-beveridge-el-cara-a-cara-de-los-sistemas-sanitarios-en-la-union-europea.html

[16] Organización Internacional del Trabajo (1 de diciembre 2009), De Bismarck a Beveridge: seguridad social para todos, Ginebra, OIT, disponible en https://www.ilo.org/global/publications/world-of-work-magazine/articles/ilo-in-history/WCMS_122242/lang–es/index.htm

[17] Universidad Autónoma de Madrid (2011), Introducción a los sistemas sanitarios. El sistema sanitario español, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid-Unidad de Medicina de Familia y Atención Primaria-Facultad de Medicina, disponible en https://formacion.uam.es/pluginfile.php/122653/mod_resource/content/1/Tema_7.pdf

[18] José María Rodero (01/02/2020), “El sistema sanitario en China: casi público pero ni universal, ni gratuito”, en NIUS Diario, disponible en https://www.niusdiario.es/internacional/sistema-sanitario-chino-ni-publico-universal_18_2892495105.html

[19] Ibid.

[20] Ibid.

[21] Jorge Haddad Quiñónez (1974), “Los servicios de salud en la República Popular China”, en Revista Médica de Honduras, Vol. 42, p. 2, disponible en http://www.bvs.hn/RMH/pdf/1974/pdf/Vol42-1-1974-2.pdf

[22] Ibid.

[23] Ibid.

[24] José María Rodero, Ibid.

[25] Ibid.

[26] Ibid.

[27] ONUSIDA (21 de agosto de 2017), Los servicios de salud comunitarios de China son un modelo para el mundo, disponible en https://www.unaids.org/es/resources/presscentre/featurestories/2017/august/20170821_community-health

[28] Sarah O’Meara (July 17, 2020), “The road to reducing traffic accidents in China”, en Science, disponible en https://www.sciencemag.org/features/2020/07/road-reducing-traffic-accidents-china

[29] Francisco Martín León (24 de diciembre de 2019), “Muertes relacionadas con la contaminación: estudio actualizado”, en Tiempo, disponible en https://www.tiempo.com/ram/muertes-relacionadas-con-la-contaminacion-estudio-actualizado.html

[30] Marlowe Hood (25/06/2019), “La contaminación ya causa más muertes que el tabaco”, en La Voz de Asturias, disponible en https://www.lavozdeasturias.es/noticia/actualidad/2019/03/12/contaminacion-causa-muertes-tabaco/00031552394432982810959.htm

[31] Claudia Gutiérrez Ercasi (s/f), “La cultura del suicidio en China”, en Fluvium, disponible en http://www.fluvium.org/textos/mujer/muj93.htm

[32] Instituto Gerontológico (s/f), “La depresión y el estrés, principales causas de suicidio en China”, disponible en https://www.igerontologico.com/noticias/psiquiatria/depresion-estres-principales-causas-suicidio-2978.htm

[33] Claudia Gutiérrez Ercasi, Ibid.

[34] Ibid.

[35] Ibid.

[36] Oriol Rodríguez (1 de octubre de 2014), “El tabaco en China: su industria, consumo y marcas destacadas”, en Chinalati, disponible en http://chinalati.com/profiles/blogs/tabaco-en-china-industria-consumo-y-marcas-destacadas

[37] China Hoy (15 de julio de 2019), “China emite nuevos documentos para implementar el plan China Saludable 2030”, disponible en https://www.chinahoy.mx/2019/07/15/china-emite-nuevos-documentos-para-implementar-iniciativa-china-saludable/

[38] Noticias médicas (s/f), “China intenta mejorar la salud mental de sus ciudadanos”, disponible en https://noticias.medsbla.com/noticias-medicas/china-intenta-mejorar-la-salud-mental-de-sus-ciudadanos/

[39] Ismael Mingarro (24 de marzo de 2020), “Los siete tipos de coronavirus que infectan humanos”, en National Geographic, disponible en https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/7-tipos-coronavirus-que-infectan-humanos_15353

[40] G. Hernández (23 de octubre de 2003), “SARS: epidemiología y mecanismos de transmisión”, en Med Intensiva, Vol. 27, no. 10, p. 46, disponible en https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Fwww.medintensiva.org%2Findex.php%3Fp%3Drevista%26tipo%3Dpdf-simple%26pii%3D13055984&psig=AOvVaw3jWf2sl6wuiIx4Dsl0w36h&ust=1608433622033000&source=images&cd=vfe&ved=0CAIQjRxqFwoTCIjelauI2e0CFQAAAAAdAAAAABAD

[41] Ibid.

[42] David Stanway (22 de enero de 2020), “La sombra del SARS: China aprendió  por las malas cómo lidiar con una pandemia”, en Reuters, disponible en https://lta.reuters.com/article/idESKBN1ZL1PJ

[43] La RP China es, según Amnistía Internacional, el país que más ejecuciones desarrolla a nivel mundial. El código penal del país asiático contempla la pena de muerte para 46 delitos. Véase Clarín (10/04/2019), “Informe anual de Amnistía: China el mayor ejecutor del mundo”, disponible en https://www.clarin.com/mundo/pena-muerte-china-mayor-ejecutor-mundo_0_qKQTJQ6it.html

[44] Yanzhong Huang (Autumn 2003), “The SARS Epidemic and its Aftermath in China: a political perspective”, en Harvard Asia Quarterly, disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK92479/

[45] The World Bank Group (2016), Deepening Health Reform in China. Building High-Quality and Value-Based Service Delivery, Washington D. C., The World Bank Group/World Health Organization, pp. xxvii.

[46] Alex Marquardt, Kylie Atwood y Zachary Cohen (5 de mayo, 2020), “Inteligencia compartida entre aliados de EEUU indica que el brote del virus probablemente vino de un mercado, no de un laboratorio chino”, en CNN en español, disponible en https://cnnespanol.cnn.com/2020/05/05/inteligencia-compartida-entre-aliados-de-ee-uu-indica-que-el-brote-del-virus-probablemente-vino-de-un-mercado-no-de-un-laboratorio-chino/

[47] AP (November 23, 2020), “China tests millions after coronavirus flareups in 3 cities”, disponible en https://apnews.com/article/china-tests-millions-coronavirus-flareup-66cf06db318a7c2511e9b49c78788a2d

[48] Xinhua en español (2018-01-04), “Empieza a funcionar primer laboratorio  de nivel 4 de bioseguridad en China”, disponible en http://spanish.xinhuanet.com/2018-01/04/c_136872213.htm

[49] Existen cuatro tipos de laboratorios de bioseguridad, a saber:

  • Nivel 1 (BSL-1): Prácticas, equipo y medidas adecuadas para el nivel de enseñanza. El trabajo se realiza con cepas definidas y caracterizadas de microorganismos que no causen enfermedad en humanos adultos sanos. No se necesita el uso de equipo especial de protección.
  • Nivel 2 (BSL-2): Prácticas, equipo y medidas adecuadas para laboratorios de análisis clínico y de patología clínica donde se manejen microorganismos de riesgo moderado que están presentes en la comunidad y se encuentran asociados a enfermedades humanas de severidad variable.
  • Nivel 3 (BSL-3): Prácticas, equipo y medidas adecuadas para laboratorios de análisis clínico e investigación donde se manejen agentes conocidos no conocidos que potencialmente puedan transmitirse por aerosol o salpicaduras y que puedan causar una infección potencialmente letal.
  • Nivel 4 (BSL-4): Prácticas, equipo y medidas adecuadas para laboratorios de análisis clínico e investigación que involucren la manipulación de agentes exóticos peligrosos que representen un gran riesgo por causar enfermedades letales, que pueden transmitirse vía aerosol y para los cuales no haya vacuna ni terapia conocida. Véase Humberto Lara Villegas, Nilda Vanesa Ayala Núñez, y Cristina Rodríguez Padilla (octubre-diciembre 2007), “Laboratorios de bioseguridad nivel 3 y 4: investigación de patógenos peligrosos”, en Revista Mexicana de Patología Clínica, 54, No. 4, disponible en https://www.medigraphic.com/pdfs/patol/pt-2007/pt074e.pdf

[50] Xinhuanet (2020-10-25), “China’s Qingdao tests 11 million after local COVID-19 cases emerge”, disponible en http://www.xinhuanet.com/english/2020-10/15/c_139442983.htm

[51] Ludovic Eret (September 29, 2020), “Chinese company targets global sales with quick COVID-19 tests”, en CTV News, disponible en https://www.ctvnews.ca/health/coronavirus/chinese-company-targets-global-sales-with-quick-covid-19-tests-1.5124899

[52] La RP China ha hecho de la diplomacia del panda un instrumento para no sólo mejorar su imagen internacional, sino para adquirir uranio de una renuente Australia, aliada de EEUU, quien finalmente accedió a los deseos de Beijing a cambio del arriendo de una pareja de panditas para el Zoológico de Brisbane. Arreglos similares han sido desarrollados con naciones europeas, o bien por motivaciones más políticas, por ejemplo, con Taiwán, a quien arrendó panditas para mejorar la relación con la “provincia rebelde” o, de manera más reciente, con el envío de una pareja de panditas al Zoológico de Moscú para afianzar la estratégica alianza con la Rusia de Vladímir Putin. Véase María Cristina Rosas (2016), “El poder suave y la diplomacia del panda”, en Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública, Vol. 5, núm. 1, disponible en http://www.remap.ugto.mx/index.php/remap/article/view/169

[53] Jacob Kurtzer (November 17, 2020), “China’s Humanitarian Aid: Cooperation amidst Competition”, CSIS, disponible en https://www.csis.org/analysis/chinas-humanitarian-aid-cooperation-amidst-competition

[54] Tom Alton (s/f), China’s Global Aid Blitz and ”Mask Diplomacy”, China Institute, University of Alberta, disponible en https://www.ualberta.ca/china-institute/media-library/media-gallery/research/commentary/final-copy—china-aid.pdf

[55] BBC Nes (25 de enero de 2020), “Coronavirus: la construcción de un hospital en 6 días y otras medidas de urgencia con las que China intenta frenar la acelerada expansión del virus”, disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51249360

[56] Emma Graham-Harrison y Tom Phillips (November 29, 2020), “China hopes ‘vaccine diplomacy’ will restore its image and boost its influence”, en The Guardian, disponible en https://www.theguardian.com/world/2020/nov/29/china-hopes-vaccine-diplomacy-will-restore-its-image-and-boost-its-influence

[57] Nikkei Asia (December 17, 2020), “China forges on with vaccinediplomacy amid Pfizer fanfare”, disponible en https://asia.nikkei.com/Spotlight/Coronavirus/China-forges-on-with-vaccine-diplomacy-amid-Pfizer-fanfare

[58] Carlos Santamaria (December 14, 2020), “Vaccine Diplomacy: China in the Global South”, en GZero, disponible en https://www.gzeromedia.com/vaccine-diplomacy-china-in-the-global-south

[59] Jacob Mardell (November 24, 2020), “China’s Vaccine Diplomacy assumes geopolitical importance”, en Merics, disponible en https://merics.org/en/short-analysis/chinas-vaccine-diplomacy-assumes-geopolitical-importance

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