Recomendamos: Internet interplanetaria, un proyecto que está cada vez más cerca de ser realidad

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La conquista del espacio es la meta tecnológica que se impuso la humanidad para este nuevo siglo. Sin embargo, la llegada del hombre a otras latitudes abre la puerta a desafíos de un nivel superior. Uno de los más apremiantes es diseñar un método de comunicación – similar al modelo de internet que opera en la Tierra- para impulsar el desarrollo de nuevos descubrimientos.

En esta carrera por establecer la primera red de Internet interplanetaria hay diferentes propuestas sobre el tablero. Y algunas ya muestran los primeros resultados.

Van desde Starlink de Elon Musk, hasta el protocolo que utiliza la NASA para comunicarse con la Estación Espacial Internacional (EEI) y el Delay Tolerant Networking (DTN) en el desde hace unos años trabaja Vinton Cerf, considerado el “padre de Internet”.

“Para transmitir información a alguno de los planetas próximos, la distancia que deberá recorrer la información es inmensa. Para evitar que la señal se degrade, se está pensando en implementar ondas de radiofrecuencia o láser de alta potencia”, advierte el ingeniero Claudio Muñoz, docente del departamento de Ingeniería Electrónica del ITBA.

El DTN, en donde la NASA trabaja con Cerf, es un conjunto de protocolos diseñados para resistir potentes interrupciones en la conectividad, incluidas las causadas por un asteroide o el tránsito de un planeta que interrumpe la continuidad de la red.

Los detalles técnicos del proyecto están disponibles en el sitio IETF.

“El DTN es el equivalente al TCP/IP, el protocolo de Internet terrestre. Así, una vez definido cuáles son los saltos o nodos, que en este caso serán cuerpos celestes, la información viaja de un punto a otro, esperando la alineación de los astros que intervengan en el próximo salto y en ese instante se produce el reenvío”, aclara Muñoz.

Este mismo protocolo se viene ejecutando en modo beta desde el año 2004 y es el que permitió que este jueves el rover Perseverance enviara una imagen en baja resolución, casi en simultáneo, de su exitoso aterrizaje en Marte, desde una distancia de 62 millones de kilómetros.

“La gran diferencia es que en el protocolo TCP/IP la variable más crítica es la demora o latencia al generar el enrutamiento, mientras que en el DTN el retraso es intencional ya que asegura que la distancia a recorrer, en la inmensidad del espacio, sea la más corta posible entre el emisor y receptor del mensaje”, resume Muñoz.

La visión de Elon Musk

El proyecto de Musk es el mejor posicionado en la carrera de la Internet espacial. Los servicios de banda ancha desde el espacio se convirtieron es un nuevo campo de pruebas para la industria de las telecomunicaciones.

A corto plaza, la firma Starlink quiere alinear una constelación de 12.000 satélites que cubren todos los puntos del planeta. El objetivo de esta red es proveer internet de alta velocidad a lugares remotos de la Tierra y extender el servicio a barcos y aviones.

“La mayor ambición de Elon Musk es poner al hombre en Marte y para lograrlo, debe superar múltiples obstáculos. Entretanto, van surgiendo ideas y oportunidades de negocios. Debemos de comprender que todo nuevo aprendizaje, abre las puertas a un mundo desconocido, el cual, por la naturaleza del hombre, se buscará comenzar a conocer”, declara Muñoz.

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