Convento de San Francisco, Centro Histórico, Ciudad de México

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Historia

 

En 1524 los franciscanos tuvieron un solar cercano al palacio de Moctezuma en la Plaza Mayor. En 1525 lo vendieron. Aquí nunca construyeron. Desde el siglo XVI hasta el XX hubo una discusión sobre si el origen de la catedral fue una edificación de la Orden de los Frailes Menores (OFM). Está probado que eso no ocurrió y que es una falsa versión que los franciscanos dejaron correr para dar prestigio a su institución.

La primera construcción es de 1525, sobre un terreno en la orilla oeste de la traza original de la ciudad. Fue una donación de Hernán Cortés donde se encontraba el zoológico de Moctezuma. En ese entonces Motolinia era el guardián del convento; él mismo dice que era una construcción que “sobrepasaba al gran teocalli” y podía verse desde cualquier punto del Valle de México. Tenía bóveda. La obra estuvo a cargo de un albañil español.

Zorita escribió 1585 que el convento y la iglesia fueron concluidos en 1525. Vetancurt proporciona una buena descripción de la iglesia original: dice que la nave tenía techo de madera y el santuario una bóveda de piedra tomadas de las escaleras del teocalli.

El convento contiguo incluía un pequeño claustro con dos pisos, con celdas, un aljibe y un departamento para el comisario general. Todo subsistió hasta 1649, cuando el conjunto fue demolido para levantar uno nuevo conventual.

Hacia 1569 la construcción resultaba inadecuada para los frailes. No sólo era pequeña sino que se encontraba a dos metros debajo del nivel de la calle, por lo que las aguas de la superficie inundaban frecuentemente la iglesia y el convento. Las vigas de los techos estaban podridas. Es el edificio que en su Crónica y Mexicus interior Cervantes de Salazar dice que era mediocre e inadecuado.

En 1567, por razón de los costos, se decidió ampliar la iglesia y no hacer una nueva. El proyecto era destruir el muro de una nave para sustituirlo por otro que ampliara el espacio. Se elevarían la pared de la nave restante y también el nivel del piso. Todo debía ser cubierto por un techo plano. Se reunió buena parte del material, pero no se hizo por falta de fondos.

La iglesia se vino a tierra en 1590, que fue cuando se inició la construcción de una nueva. La obra fue concluida en 1602. El hermano lego Francisco García se hizo cargo de la extracción de la piedra de una cantera en Los Remedios. Su muerte coincidió con la terminación de la obra y fue el primer franciscano enterrado aquí.

Portada de la Capilla de la Balvanera

Para 1697 el piso se había hundido tres metros y medio bajo el nivel de la calle (lo que sigue hasta hoy). De acuerdo con Torquemada, la supervisión de la obra estuvo a cargo de fray Francisco de Gamboa. Él también vigiló el trabajo de la realización y dorado del gran retablo que, según Vetancurt, tenía 16 santos de talla entera entre las columnas y tableros del afamado Basilio.

La estructura de 1525 se amplió en 1548, cuando se añadieron nuevos cuartos. El obispo Zumárraga, quien murió en 1548, sufragó los gastos del noviciado y la enfermería. Invirtió más de 40 mil pesos de sus ganancias en la encomienda de Jilotepec. En 1569 Beatriz de Andrade aportó para la construcción de una nueva sala De Profundis.

Ponce dice que en 1585 el edificio seguía en construcción. Contaba con un cuerpo de dos pisos, dormitorios con 300 celdas y dos claustros con fuente al centro. El refectorio tenía cupo para 500 personas sentadas y se servía desde una cocina en el patio. Cuatro escaleras monumentales permitían la comunicación entre los dos niveles del edificio (Kubler).

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La iglesia que ahora se puede ver es la tercera que se levantó en este lugar. Su construcción empezó en 1710 y terminó en 1716. En 1766 fue anexada a ésta la Capilla de Balvanera, cuya fachada ahora es el acceso principal a la iglesia de San Francisco, ya que su fachada principal está tapiada. La obra se atribuye al arquitecto Lorenzo Rodríguez, autor del Sagrario de la Catedral.

En la Nueva España fue el edificio conventual más grande. En el siglo XIX todavía conservaba sus 32 mil metros cuadrados de superficie (cuatro cuadras). Por las Leyes de Reforma de 1856, un decreto del gobierno suprimió el convento y sus bienes fueron declarados propiedad de la nación. Se fraccionó el predio y se vendió a diversos particulares. En el espacio que ocupaba ahora se encuentran la Torre Latinoamericana, los templos Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús y el Metodista, además de la librería del Fondo de Cultura Económica Juan José Arreola, entre otros edificios.

En la iglesia de los franciscanos fueron bautizados  algunos japoneses que participaron en las primeras travesías desde Japón hacia Nueva España. En 1611 fueron tres, durante la primera expedición organizada por Rodrigo de Vivero (quien había naufragado en Japón en 1609). En 1614 otros 22 que participaban en la embajada de Tsunenaga Hasekura, samurái japonés, vasallo del daimyō de Sendai, Date Masamune, que lo había mandado a España y Roma para tratar asuntos religiosos y comerciales con el rey Felipe III y el papa Paulo V.

Descripción

De la construcción original del siglo XVI ya no queda nada porque en 1649 fue demolida para levantar un nuevo conjunto, que después también fue modificado.

Atrio

Poco después de 2000, la Fundación del Centro Histórico rescató parte de lo que fue el atrio de la iglesia original. Ahora se utiliza para zona de descanso y exposiciones al aire libre. En una de las paredes descubiertas se pueden ver ventanas tapiadas de lo que fue el convento. Tuvo capilla abierta dedicada a san José.

A la derecha, en el dibujo, lo que fue el portal de peregrinos, que era la entrada al convento. Hoy, después de la restauración del atrio donde se quitaron algunas construcciones menores, se pueden observar los marcos de las ventanas que aquí se observan.

Iglesia  

Exterior

La fachada-portada que ahora se puede ver es el de la capilla de la Balvanera de 1766, obra del arquitecto Lorenzo Rodríguez. El estilo es churrigueresco.

La portada es magnífica, una de las grandes obras del churrigueresco. Tiene dos cuerpos integrados de manera que parece uno solo. En el primero un arco mixtilineo que remata en un nicho, que no tiene imagen. Se enmarca en dos juegos de dobles columnas estípite que en medio tienen dos nichos sin imágenes. En el segundo dos nichos sin imágenes, en medio de ellos un gran medallón y arriba de este otro más. Es un trabajo en piedra de gran calidad.

La iglesia está a tres o cuatro metros abajo del actual nivel de las calles. Se desciende por una escalinata que da a la calle de Madero.

Esta es la entrada principal a la iglesia de San Francisco. La portada ya no existe. Está al frente lo que queda del atrio. Se encuentra metros abajo del nivel de la calle.

Interior

Nave de la iglesia

El altar mayor es una obra del siglo XVIII, de Jerónimo Antonio Gil. Fue destruido en el siglo XIX y reconstruido en la década de los 40 del siglo XX. Tiene dos cuerpos. En el primero hay tres calles; en la central hay un nicho y una imagen. En las otras dos calles, divididas por columnas dobles con capiteles corintio, también hay nichos. En el segundo hay un gran nicho en medio de un semicírculo.

Altar estilo churrigueresco de la Capilla de la Balvanera. Tiene solo un cuerpo y en éste hay tres calles. En la del centro la Virgen de Guadalupe enmarcada en columnas estípite y en la parte de arriba un nicho con una imagen. En las calles laterales tres nichos con imágenes.

Convento

Éste fue el convento construido después de 1649, pero de él ya no se conserva nada. Tenía claustro alto y bajo con seis arcos en cada lado. Las columnas estaban labradas. Los capiteles eran corintios. El techo era de vigas de madera. Fue destruido totalmente en el siglo XIX.

A partir del claustro menor (Templo Metodista), que sí ha llegado a nuestros días, uno se puede dar una buena idea de cómo debió haber sido. Fue uno de los claustros más grandes de la Nueva España y de todos territorios de la corona española en lo que hoy es América Latina.

Claustro menor. Después de las Leyes de Reforma, este claustro sí se pudo conservar. Es parte de la construcción que se realizó después de que en 1649 fueron demolidas las viejas estructuras. Es sede del Templo Metodista de la Santísima Trinidad. Tiene claustro alto y bajo en cada uno hay cinco arcos de medio punto por lado. Están labrados. Los capitales son jónicos. Están bien conservados (calle Gante).

La compleja estructura del conjunto conventual de San Francisco. A mano derecha de la iglesia se puede ver el claustro menor, que todavía se conserva. Es cuadrado. En el dibujo se ven los arcos.

Comentario

El convento de San Francisco fue el primero que se construyó en la Nueva España y también el más grande. A mediados del siglo XVII se demolieron  las estructuras del siglo XVI. De ese tiempo no queda nada. En ese mismo siglo se construye un nuevo complejo conventual y una nueva iglesia en 1710.

Es una tragedia, para la arquitectura y el arte de México, que a mediados del siglo XIX se haya destruido el convento, como sucedió con el de Santo Domingo y San Agustín. Como bienes de la nación, si se hubieran dedicado a alojar escuelas u hospitales todavía se conservarían como patrimonio monumental.

Fuentes consultadas

Notas de las visitas.

Kubler, George, Arquitectura mexicana del siglo XVI, FCE, México, 1983.

Visitas

En 1972 hice la primera con el objetivo de ubicar cómo había sido el conjunto conventual. En esa ocasión vi por primera vez el claustro menor (Templo Metodista). Me impresionó. Espero que un día se pueda reconstruir tal como era, y así la Ciudad de México se haría de un gran monumento. A lo largo de los años he visitado en diversas ocasiones el claustro menor, la iglesia y cuando se abrió también el atrio. En julio de 2021 fue la última vez que la visité.


Twitter: @RubenAguilar

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