Jorge Ramos es el extraño. El otro. Aquel que no pertenece a ningún lugar. El mexicano que vive en Estados Unidos. El estadounidense que todos los días piensa en regresar a México. De ese movimiento perpetuo, Ramos (Ciudad de México, 1958) ha extraído la energía que le ha llevado a ser mucho más que el presentador estrella de Univisión o el comunicador más influyente de América Latina. Después de 35 años en Estados Unidos, se ha vuelto un referente moral. Es el periodista que toma partido y hace frente a Donald Trump. “El silencio no es una opción. El principal peligro ahora es quedarnos callados”, afirma.
Fruto de esa resistencia es su último libro, Stranger (editorial Vintage Español). Una obra en la que Ramos revisa su vida y la de los inmigrantes latinos en la era Trump. “Antes de este presidente me sentía parte de este país, y ahora me siento como un extraño”, explica en mangas de camisa y poco antes de entrar en una reunión de informativos. Sus respuestas, como es habitual en él, son claras y directas.
Pregunta. Tras 16 meses de mandato, ¿es Trump como temía?
Respuesta. Donald Trump ha sido tan brutal como esperaba. Es el presidente más antiinmigrante desde los años cincuenta. Y además está imponiendo medidas crueles. Lo último es separar a padres e hijos que han entrado ilegalmente.
P. Usted fue crítico con Obama por extender las deportaciones. ¿Cómo le ve ahora?
R. ¡Cómo lo extrañamos! Hay que reconocer que deportó a millones de personas y destrozó a muchas familias hispanas. Pero fue el presidente que dio protección a los dreamers. Y nunca nos insultó.
P. En su libro recomienda la desobediencia frente a Trump.
R. Hay que desobedecer en casos de racismo, de discriminación, cuando se violan derechos humanos, ante la corrupción…
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