Leonardo DiCaprio tendrá que ir a juicio para declarar por dar vida al estafador Jordan Belfort en la película "El lobo de Wall Street", según ordenó el juez de la Corte de Long Island, Nueva York, el pasado jueves. El conflicto legal obedece a una demanda interpuesta a finales del 2015 por uno de los extrabajadores de Belfort contra la productora del filme, por “injurias y calumnias”.
Se trata de Andrew Greene, uno de los subordinados del corredor de Bolsa, que asegura que uno de los personajes está inspirado en su persona y que éste lo retrata con una imagen de "borracho y degenerado".
Greene dice que el personaje de la película Nicky Rugrat Koskoff es una caricatura suya que "sobrepasa los límites de lo permisible", por lo que exige una indemnización de unos 13 millones de euros a varias productoras de Hollywood, entre ellas Appian Way, la empresa propiedad de DiCaprio. Los abogados de la productora alegan que el personaje se basó en varias personas que rodeaban a Belfort, y no solo en Greene.
Asimismo argumentan que la cinta está protegida por la Primera Enmienda, que en Estados Unidos garantiza la libertad de expresión, y que los creadores no diseñaron a los personajes con ninguna malicia, condición para considerarlo una difamación.
“El lobo de Wall Street” se basa en hechos reales ocurridos a mediados de la década de los 90 en el mercado bursátil de Nueva York. DiCaprio consiguió una nominación al Oscar a mejor actor por su papel protagonista como hombre de negocios dando vida a Jordan Belfort, que en la vida real estaba al mando de la compañía Stratton Oakmont, a través de la cual estafó millones de dólares a sus clientes.
(Con información de El País)