En estos tiempos en que hasta a los grandes medios en el mundo se les escapa la liebre; donde la falsa información se cuela en las redacciones más importantes; en que diversos organismos insisten en la práctica ética de contrastar, verificar y confirmar la información vemos que al “Gran Diario de México”, El Universal, también cae en faltas de ética al publicar falsedades. Al contrario de los éxitos que ha alcanzado en el periodismo de investigación, en su sección web “El Universal Opinión”, no existe el mismo profesionalismo. Una muestra es lo que publicó el pasado 1 de marzo. A manera de título se indica:
“#SabíasQue Benito Juárez casi le entrega parte de Veracruz, Tabasco y Oaxaca a Estados Unidos, porque necesitaba dinero para la guerra de Reforma. Pero EU canceló el trato por su guerra civil interna” (https://www.facebook.com/univers a l o p i n i o n / v i d e o s / 1 4 8 3 3 5 6 5 2 8 372328/).
Como si existieran las guerras civiles “externas”…
Dos meses después el video llevaba poco más de tres millones 860 mil reproducciones. Sin mayor explicación, que deja a Juárez como un vulgar “vendepatrias”, los autores anónimos añaden que “Los siguientes intentos para apoderarse del istmo se dieron durante el gobierno de Porfirio Díaz. Primero, el presidente estadunidense (no dicen quién) ofreció comprar Veracruz, Tabasco y Oaxaca pero Díaz lo rechazó”.
No se indica por medio de quién se hizo la oferta ni cuándo ocurrió. Luego se expresa una desmesura al comparar las condiciones que se dieron para que Texas se independizara, con el papel de un personaje: “Por eso mandaron a William Walker, un saqueador profesional, a apoderarse de Oaxaca como lo hicieron con Texas comprando terrenos y poblándolos con ciudadanos armados para luego declarar la independencia del lugar”.
Por supuesto no se indica en qué fechas ni por qué ningún gobierno, estatal o federal, dijo nada sobre la gente extranjera armada que entraba a Oaxaca. Agregan que “el Ejército los descubrió y los expulsó. Además crearon el artículo 27 para que no pasara otra vez”.
Esos son datos que debieron ocupar las planas de los periódicos del porfiriato y en los libros de historia, pero no aparecen. Con esa redacción se da entender que la Constitución nació sin ese artículo. No obstante, desde que se constituyó ese documento, en 1857, aparece el 27, donde se habla de la propiedad y la expropiación. No es sino hasta 1917 cuando cambia, en el marco de la Revolución mexicana, siete años después de que Porfirio Díaz dejara el poder, y obviamente, no tuvo que ver con ninguna expulsión de norteamericanos de Oaxaca. En el artículo hay una prescripción para extranjeros:
“el Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar por lo mismo la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquéllos; bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder en beneficio de la Nación los bienes que hubieren adquirido en virtud del mismo […] por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir el dominio directo sobre las tierras y aguas”.
Según El Universal, como no se pudo ejecutar el “Plan Texas” (bautizo por cuenta del autor de del texto): “los estadunidenses decidieron mandar una flota para invadir el puerto de Salina Cruz en Oaxaca” (ya les había gustado ese estado para sus planes). Una estrategia bastante mala, porque era más sencillo llegar la sede de los poderes federales invadiendo por la frontera norte y los puertos de Tampico, Acapulco y Veracruz… La armada norteña tenía la experiencia de la pasada invasión.
Los historiadores o periodistas del diario, agregan: “Pero el general Mondragón ya los esperaba en México y evitó la invasión con 2 cañones de largo alcance. EU se rindió con el istmo [¿se rindieron los dos?) y dos meses después encontraron el Canal de Panamá”.
Es abismal la ignorancia de los historiadores de El Universal. ¿Con dos cañones se pudo doblegar a la poderosa armada gringa? Y de no ser por eso, tal vez Estados Unidos jamás hubiera descubierto el Canal de Panamá, porque, así como lo dicen, se supone que ya existía.
Ignoran, por supuesto, que desde 1819, el gobierno de España autorizó la creación de una empresa y la construcción de una vía que cruzara lo que en ese tiempo era el Virreinato del Istmo de Panamá. El proyecto no se concretó; siguió la independencia. En 1876, se creó una compañía internacional, y en 1878 el gobierno colombiano (del cual dependía entonces Panamá) le autorizó una concesión; los trabajos iniciaron en enero de 1881. Pero debido a múltiples problemas, la compañía se declaró en quiebra en 1888. La guerra de los Mil Días (1899 y 1902) mantuvo en suspenso la construcción. La obra la tomó otro francés pero, también por problemas financieros, le cedió los derechos al gobierno de EU. Finalmente, muy poco después de haberse separado Panamá de Colombia, con el tratado internacional Hay-Bunau Varilla, firmado por el representante del Canal francés y los Estados Unidos, el 18 de noviembre de 1903 continuó la construcción del canal; años antes de que un supuesto general Mondragón enfrentara a los “marines” de entonces.
Sobre el primer tema, la supuesta entrega de Juárez a EU, si esos historiadores que auxilian a El Universal, estudiaran, sabrían que, desde la cesión territorial de la guerra del 47, los Estados Unidos insistían en obtener un paso por el Istmo de Tehuantepec, incluso ofrecieron 15 millones de pesos. No se pudo. Tres años después, en 1850 (era presidente José Joaquín Herrera) un enviado del país del norte, Robert P. Letcher, logró que se firmara el 22 de junio de 1850 un tratado en que se señalaba que Estados Unidos auxiliaría al gobierno mexicano en la protección del “camino, ferrocarril o canal, que atravesando el Istmo de Tehuantepec comunique los océanos Atlántico y Pacífico […] siempre que sea solicitado por el gobierno mexicano”. Pero no lo aprobó el senado gringo. En 1851 con Mariano Arista como presidente, se firmó un convenio “para proteger una vía de comunicaciones por el Istmo de Tehuantepec”, y así hubo algunos otros hasta llegar al famoso Tratado McLane-Ocampo, al que habría que leer para saber que Juárez no aceptó entregar nada en propiedad; como afirma la historiadora Patricia Galeana: “no se vendía absolutamente ninguna porción de territorio”.
Pero lo más vergonzoso para los historiadores de El Universal es que mencionen que los Estados Unidos enviaron a “William Walker, un saqueador profesional”.
No pudo ser. William Walker (nacido en 1824), conocido como el “Filibustero” intentó apoderarse de Baja California y de Sonora entre 1853 y 1854 y fracasó. El problema es que este señor murió fusilado en septiembre de 1860, cerca de Trujillo, en Honduras, por lo cual, durante el porfiriato, no pudo estar saqueando nada en Oaxaca (ni en ninguna otra parte).
¿De dónde sacaron tantas sandeces los autores de El Universal? De una página que se llama Historia Fringe de México (http://historiademexicofringe.blogspot. mx/2013/09/los-canones-de-salina- ruz.html); ahí aparece una historia ficticia sobre un ataque al puerto de Salina Cruz por la armada estadounidense, supuestamente en 1909. Se titula: “Los cañones de Salina Cruz” y fue publicada el 12 de septiembre de 2013. Ahí se hace mención del tal Walker.
El inventor del cuento señala “Cuando todas las triquiñuelas fallaron, intentaron la ultima (sic), una ocupación (sic) militar de Salina Cruz, para ello enviaron el Escuadron (sic) del Pacifico (sic), compuesto por un acorazado, varios cruceros y algunos destructores, junto a varios transportesde tropas”.
Agrega que el gobierno de México ya estaba enterado y había reforzado el puerto “con oficiales superiores bien probados en los combates de la Guerra contra los franceses” (se supone que ya algo maduritos, pues esa guerra hacía cuarenta años que había terminado), y que el general Manuel Mondragón (que en el texto llaman “ingeniero”) “quizas (sic) el mas (sic) grande armero en la Historia de Mexico (sic), fue comisionado para crear las piezas de artilleria (sic) mas (sic) grandes que jamas (sic) se hubiesen hecho en el pais (sic).”
El “historiador”, que antes estaba muy seguro de sus datos, duda: “los cañones fueron construidos, no se sabe si en Mexico (sic) o solo el diseño se hizo aquí (sic) y se encargaron en el extranjero, como los posteriores Saint Chaumond-Mondragon, no hay informacion (sic) precisa de que (sic) calibre y peso eran los cañones, ni tampoco de donde (sic) se emplazaron (sic), ni de su destino.” De nada está seguro.
El caso es que cuando la gran armada extranjera apareció en el horizonte, los dos cañones de Mondragón le marcaron el alto:
“los norteamericanos vieron con estupor que cayo justo enfrente del buque en la cabeza de la formacion, pero aun asi siguieron, creyeron que era un tiro de suerte, cuando el segundo disparo volo parte de la superestructura, entonces se dieron cuenta de que la flota no duraria ni quince minutos si seguian adelante los cientos de metros que aun hacian falta para que sus piezas pudieran disparar, asi que dieron vuelta y regresaron a toda maquina.” (Sic).
El inventor explica: “puede inferir que la artilleria mexicana era de mucho mas calibre que la usual norteamericana, asi que es posible pensar que los cañones eran de 12 pulgadas o mayores” (Sic). Por ello:
“La experiencia fue muy traumatica para los norteamericanos, que pedian la retirada de la artilleria de Santa [Salina] Cruz en cada negociacion que hacian con el gobierno mexicano, al parecer Madero o Venustiano Carranza finalmente aceptaron retirar los cañones a cambio del reconocimineto oficial norteamericano y la provision de armamento para sus tropas, segun algunos los cañones fueron desmontados y vendidos a Turquia, que los uso en la defensa de los Dardanelos”. (Sic).
¿Cómo podría pasar inadvertida esa acción bélica para los periódicos de ese tiempo y para los historiadores? ¿Cómo darle crédito a una historia cuando no hay ninguna fuente?
Los periodistas o historiadores de El Universal debieron sospechar desde el nombre de la página: “Historia Fringe de Mexico”. Al principio de cada texto aparece una leyenda a la que nadie puso atención:
“La rica Historia de Mexico se ha olvidado en parte, Heroes y Hazañas se han perdido hasta el punto de solo ser mitos, en este blog encontraras un punto de encuentro entre la Historia y el Mito de muchos de esos eventos, aqui estaran albergados a salvo, hasta el momento en que algun Historiador demuestre su existencia”. (Sic).
Ahí se advierte que se habla de un “híbrido” (mezcla de historia y mito), por eso se indica que ahí estarán esos textos hasta “que algún Historiador demuestre su existencia” (o su inexistencia, diremos… y les corrija la ortografía).
Si los periodistas de El Universal tuvieran un atisbo de interés investigativo se habrían preguntado qué significa “Fringe” y en una rápida búsqueda sabrían que se refiere a la serie de ciencia ficción estadounidense de ese nombre, transmitida por la Fox entre 2008 y 2013. Así llamada por “la División Fringe”, una unidad especial del FBI que investiga los casos raros que se ubican entre los límites de la ciencia y lo paranormal. Son casos inexplicables, relacionados, en general, con un misterioso universo paralelo; se la considera una mezcla entre “The X-Files”, “Altered States” y “The Twilight Zone”. Por lo pronto, hay varios millones de mexicanos que van por la vida con datos falsos y orgullo ilusorio que alimenta su nacionalismo. A los que se suman los lectores de un buen número de medios que cree en esas sandeces y las replican.