En el verano de 2010, el ex primer ministro británico Tony Blair firmó un contrato con la compañía petrolera de un hijo del Rey de Arabia Saudí por entonces, llamada Petro Saudí, con la finalidad de ingresar al mercado chino, revela este viernes el periódico The Guardian. Detalla que el político percibió unos 52 mil euros al mes, además de un 2% de los negocios que se cerrasen; Blair era por entonces representante del Cuarteto para la Paz en Oriente Medio, que componen Estados Unidos, la UE, Rusia y la ONU.
Según la información difundida por el rotativo, Blair hizo el negocio con su empresa TBA; asimismo subraya que la operación pudo haber las leyes regulatorias, sin embargo, admite que no existen hasta el momento pruebas que así lo demuestren. En tanto, los portavoces de Blair han recalcado que no hizo nada incorrecto.
La compañía Petro Saudí, con sede en Londres, es propiedad del príncipe Turki Bin Abdullah, hijo del monarca de entonces. Tras la mediación de Blair, logró reunirse en Arabia Saudí con el presidente de la compañía nacional china de petróleo. En su contrato con PetroSaudí, Blair, primer ministro entre 1997 y 2007, exigió que se mantuviese la confidencialidad sobre su cometido.
Los negocios de Blair tras su salida de la política son un tema recurrente en el Reino Unido; la prensa de aquel país le atribuye una fortuna de 100 millones de libras, unos 127 millones de euros. Entre sus negocios han aparecido consultorías y su puesto como consejero de JP Morgan o la aseguradora Zurich. Entre sus asesorías más controvertidas figuran las que llevó a cabo para el dictador de Kazajistán, o los gobiernos de Mongolia, Kuwait y Abu Dhabi.
Su patrimonio inmobiliario se calcula en un valor de mercado de 34.5 millones de euros, con diez casas y 27 departamentos, varios de ellos en exclusivas zonas del centro de Londres. Algunas de las propiedades que se le atribuyen forman parte de una promoción inmobiliaria en Manchester de la que su esposa es socia con uno de sus hijos.
(Con información de ABC)