Les tengo una primicia. Bueno, en realidad son varias; ah, y una cajita de sorpresas. Esta es la última portada del año de su revista etcétera. Y como lo que se ve sí se juzga, espero que les guste igual que a nosotros, o sea mucho; la fotografía es de David Flores Rubio y Dionisia Fandiño (ellos todavía no saben que su trabajo fue contemplado para este relieve).
Ustedes conocen el estilo etcétera. Aquí no caben las proclamas o los sesgos que produce el prejuicio y así repasamos la inesperada para muchos expertos victoria de Donald Trump pero sobre todo intentamos comprender con quienes sí saben de esto en nuestra opinión: Martin F. Mendoza y María Cristina Rosas González además de mi siempre entrañable Regina Freyman (también repasamos, con la pluma rigurosa y precisa de Angélica Recillas García, la gran derrota que tuvieron buena parte de los medios como Newsweek y algunos periodistas como Jorge Ramos además de los connacionales mexicanos como La Jornada o Carlos Puig, entre otros).
El mismo esfuerzo de equilibrio intelectual realizamos para analizar a Cuba más allá de los extremos de ocasión, con datos en la mano y escondiendo la bola de cristal al momento de revisar circunstancias históricas.
Pero como ustedes saben, el impreso de etcétera intenta abarcar algo más que el momento inmediato (por muy conmovedor que sea). Por eso ustedes encontrarán varias imágenes y un texto de Cecilia Rodarte, quien sin duda está entre las mejores fotógrafas de México (para mí es la más destacada –no dejen de mirar algo de su trabajo en el despliegue de las setenta y dos páginas de etcétera –y si lo omiten es bajo su responsabilidad); un texto que desvela los mitos mexicanos de diferentes momentos de la historia nacional, hecho por Rubén Aguilar Valenzuela, así como la reseña de doce episodios en donde los medios de comunicación tuvieron un papel protagónico, y donde sobresalen las grandes pifias del periodismo militante (que desde luego, a pesar de su contundencia siguen sin ser reconocidas como tales).
Como cada mes, está el texto de Juan Manuel Alegría, quien pregunta y desde luego busca respuestas, sobre quiénes mandan en la prensa y cuáles son los otros factores que delinean los contenidos informativos con todo y sus sesgos e incluso adulteraciones. Y en la ruta de estudiar los contenidos de los diarios e incluso su rol político a través de la historia tenemos un extraordinario material (esa es la palabra, extraordinario) confeccionado por la entrevista de Ariel Ruiz a Arno Burkholder sobre el libro más reciente del historiador sobre Excélsior (que aquí reseñé hace unas semanas). Qué les digo de la brillante inteligencia de Alejandro Colina Fajardo, su texto es parte de la caja de sorpresas de la que antes les hablé y lo mismo les pido con el ensayo de Ana Lilia González, donde pregunta quién controla la red.
Ustedes ya nos conocen, somos festivos y entrañables, al menos, como dijera Miguelángel Díaz Monges en esta edición, “Mientras dure diciembre”, por eso seguimos festejando los treinta años del CEU y publicamos un texto puntual de Adolfo Miranda, que tiene la virtud de mirar a ese movimiento como parte de un proceso –y no como una epopeya–, que continúa hasta nuestros días; y somos nostálgicos y ostentosos, en la ruta de un relato extraordinario de América Pacheco que les pido descubrir. Igual que esa soberbia tan simpática y tan entrañable que tiene Daniel Herrera, esta vez, para referirse a Rollins Band. También ya lo saben: somos presumidos y así informamos que Jorge Flores-Oliver ya es parte de los columnistas nuestros; su texto sobre “El beso de la mujer araña” es emblemático de su expertis pero, acaso sobre todo, de la cachondería de las mujeres y los hombres que confeccionan cada mes esta revista, los mismos editores que casi festejamos a besos el apunte sobre El erotismo de Siglo de Oro, hecho por Salvador Mendiola y Mariano Yberry.
Ah, casi lo olvido. Si algo saben ustedes es que a etcétera la edita una empresa modesta, y por eso comprenden el esfuerzo que hacemos para que enviar a dos reporteros a la Habana; son los dos únicos que tiene la revista: Alejandra Escobar y Mariano Yberry. Mientras yo atiendo por acá el changarro (porque somos retebien poquitos), ellos harán crónicas, reportajes, entrevistas y todo lo que les sea posible para ofrecerles a ustedes un mosaico tan heterogéneo y complejo como el que representa la isla; estarán en La Habana, Matanzas, Varadero, Santa Clara, Trinidad y otros sitios y todo el material se difundirá en nuestro portal. La línea editorial que les marqué se divide en dos: 1) quiero historias que complementen o desmientan datos, un panorama diverso y colmado de matices para que nos ayuden a comprender sin proclamas ni diatribas lo que sucede allá, y 2) les pedí que se sumerjan en el mar, que beban y fumen y bailen y canten e incluso que si la ocasión lo amerita, hagan como que tuvieron muchos problemas por lo que no pudieron reportarse conmigo hasta acá, aunque haya sido porque simple y sencillamente, se abandonaron entre el ron y el tabaco, a la aventura de sonreír y rasgar la guitarra con los cubanos o se empaparon de mojitos. Les pido que juntos expresemos lo mejor para nuestros jóvenes reporteros.