Está en todos lados

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La mejor estrategia de López Obrador ha sido y es recorrer el país una y otra vez, lo que le ha dado una presencia nacional inédita.

El tema es mucho más importante que la anécdota. El Presidente entiende que al hacerlo eleva su popularidad y tiene más elementos para la gobernabilidad. López Obrador ve, pero sobre todo interpreta lo que le dice la gente y no repara en detenerse con cualquier ciudadano sin importar el tiempo.

La estrategia lo acerca a la gente. Hay pocos antecedentes y cuando llegaba a pasar, en una infinidad de casos, eran puestas en escena en las que los mandatarios se hacían ver a pesar de estar lejos.

Como Presidente, López Obrador ha presentado variantes que lo hacen todavía más cercano. No es lo mismo ser dirigente del partido o candidato que ser Presidente y continuar con la misma estrategia. López Obrador no ha dejado de hacer lo que ha hecho a lo largo de su vida política, lo cual provoca, hoy en el cargo, que se le vea aún más cerca.

El Presidente entiende lo que la oposición no toma en cuenta. Está en el presente, pero también está diseñando el futuro, lo que incluye la gobernabilidad y los futuros procesos electorales; sigue en campaña al tiempo que queda totalmente claro quién gobierna.

Entendió y aprendió sobre un pasado del cual fue parte. Después de participar en varias elecciones, sabe que se empiezan a ganar en los lugares más recónditos.

Morena ya tiene su mayor fuerza en el campo. En las ciudades no gana con autoridad; Puebla es un ejemplo reciente. El PAN triunfó en las ciudades, en tanto que Morena lo hizo en las zonas rurales.

López Obrador es una marca que está en todo el país. En él sustentan los candidatos de Morena sus campañas y sus eventuales triunfos. La cuestión es lo que puede pasar en el mediano plazo, cuando las elecciones sean vistas como procesos locales y no federales. Morena en Veracruz y Puebla anda en la media tabla, y lo de Morelos apunta para una pronta crisis.

A mediados de los 70 tuvimos la oportunidad de recorrer diferentes carreteras por Guerrero con el muy destacado y reconocido sociólogo de la comunicación Armand Mattelart. Éramos un país muy distinto, se podían recorrer las carreteras a cualquier hora.

A Mattelart le llamó poderosamente la atención el hecho de que cualquier comunidad, por pequeña o grande que fuera, estaba tapizada de letreros de la Coca Cola, Bimbo y PRI.

De alguna manera de nuevo para allá vamos, pero ahora con Morena y López Obrador y quizá ya no con Coca Cola y Bimbo, en función de los muchos razonables debates sobre la dieta alimentaria.

El país empieza a tener a López Obrador en todas las comunidades, independientemente del tamaño que sean. A esto se suma su trabajo y presencia en zonas marginadas de las ciudades. La apuesta de la gobernabilidad y futuro para el Presidente está en un trabajo con presencia sistemática y consistente en estas grandes áreas que viven bajo la adversidad.

Más allá del trauma del tsunami, la oposición sigue como congelada. Sigue sin entender que el Gobierno no está sólo en el presente, está también estratégicamente diseñando el futuro.

Mientras se generan debates de toda índole en los medios, redes y comentocracia, López Obrador gobierna de la mano de los sectores más desprotegidos, que son en buena medida los que lo mantienen; todo indica que mantendrá altos niveles de popularidad y aceptación.

Aparecer como omnipresente y seguir recorriendo el país le da al Presidente el referente que quiere escuchar para gobernar, como en los 70, pero ahora ya sin la Coca Cola y Bimbo.

López Obrador llega y sabe llegar. La gran duda es si puede alcanzar sus objetivos con esta estrategia.

RESQUICIOS.

La otra duda es si lo puede hacer con su partido. Morena anda en el “máscara contra cabellera” dándose con puñaladas; por aquí puede aparecer el factor de lo inesperado.


Este artículo fue publicado en La Razón el 7 de febrero de 2020, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

Autor

  • Javier Solórzano

    Javier Solórzano es uno de los periodistas mexicanos más reconocidos del país, desde hace más de 25 años. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México, cursó estudios en la Universidad Iberoamericana y, hasta la década de los años 80, fue profesor de Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana.

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